La ruptura entre el presidente y su vice sume a Ecuador en una crisis

Por Ramiro Carrillo (dpa)

Jorge Glas y Lenin Moreno en tiempos mas felices. Foto: sonorama.com.ec

HAVANA TIMES – Lenín Moreno fue enfático. «Yo no me pronunciaré, yo tomaré decisiones», declaró el presidente de Ecuador cuando los periodistas le consultaron sobre las revelaciones según las cuales su vicepresidente, Jorge Glas, recibió sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Pasadas las horas, Moreno tomó su decisión.

Con un decreto ejecutivo, el mandatario, en el poder apenas desde hace dos meses y medio, adoptó el jueves una medida inédita en la historia política del país andino: dejar sin funciones a su vicepresidente, con carácter indefinido y llevando al máximo la ruptura entre los dos gobernantes.

La medida no lo destituye, pero deja al funcionario con tareas administrativas mínimas en su despacho. Ya no dirigirá la transformación del sistema productivo ni liderará los importantes consejos productivos y de reconstrucción de la costa, según el decreto.

El día anterior, Glas había emitido un fuerte comunicado en el que acusaba a Moreno de girar hacia la derecha y pactar con los viejos partidos ecuatorianos. Además acusó a Moreno de crear «un escenario propicio para la corrupción institucionalizada» y de entregar sectores clave, como el de la electricidad, a la derecha.

Lo que no fue de agrado de Glas es la política de diálogo con todos los sectores instaurada por el nuevo presidente, por la que Moreno abrió las puertas del Palacio de Gobierno a diversos líderes políticos, directores de medios, industriales y comerciantes, indígenas y diversos gremios.

El vicepresidente calificó esos contactos como traición a la línea del anterior gobierno y se preguntó: «¿Acaso (Lenín Moreno) está preparando el terreno para perseguir a sus antiguos compañeros, para saciar la sed de venganza de sus nuevos amigos (la derecha)?»

A esas críticas, que abrieron una brecha en el binomio gubernamental, se sumó una delación del ex director de Odebrecht en Ecuador José Conceição, quien dijo que Glas pedía dinero por cada contrato con la empresa brasileña cuando fungía como vicepresidente durante la administración anterior, encabezada por el presidente Rafael Correa.

Las grabaciones divulgadas sobre los sobornos dados por Odebrecht a funcionarios de Ecuador por 33,5 millones de dólares comprometen tanto al propio vicepresidente como a su tío, Ricardo Rivera, quien está arrestado por el caso, así como también al ex contralor Carlos Pólit.

A tal punto llegó la tensión entre el presidente y el vicepresidente,  que los otrora correligionarios del oficialismo se plantean también dejar el partido que llevó al poder tanto a Correa como a Moreno y formar una nueva agrupación.

La dirigente y asambleista Gabriela Rivadeneira (de Alianza País, AP) pidió a los militantes no dejar jamás que su partido «se convierta en un instrumento de legitimación de una agenda de caracter restaurador del pasado».

Desde Bélgica, donde reside, el ex presidente Correa arrojó leña a este fuego político. «Si AP calla ante esto, es mejor que desaparezca, o, los que no toleramos el cinismo, separarnos y hacer un nuevo movimiento», proclamó.