Publicidad resurge como ave fénix en Cuba

Por Pilar Montes

Ofertas-1HAVANA TIMES — La visita del Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry a La Habana para la reinauguración de la embajada de su país se anuncia para el viernes. Pero hoy, la comidilla en la ciudad es el servicio de clasificados, Ofertas, que le fue autorizado a editar a la Agencia Cubana de Noticias impreso, así como una versión digital en un sitio web cubano del mismo nombre y administrado por la misma agencia, al que se puede acceder por todas las redes cubanas, además de Internet.

Hubo hace algunos años otra publicación, Opina, que tuvo mucha aceptación y que sin ser la persona que llevaba los libros de la revista, estoy segura que se pagaba sola, pero a alguien le pareció que era mucho el gasto de papel y quizás alegó que daba mucho espacio a la publicidad.

En Cuba grandes empresas publicitarias como la McCann Erickson estaban representadas, al tiempo que se empleaban en este sector miles de cubanos. En el caso de las firmas, estas emigraron poco después de 1959 y los especialistas que permanecieron en Cuba luego se dedicaron a la fotografía, al diseño gráfico o a la pintura.

Según el periódico Revolución del 23 de septiembre de 1959, quedó limitada entonces a la promoción de marcas nacionales en publicaciones y medios que miraban hacia el extranjero.

Algunos antecedentes

Al triunfo de 1959, el trabajo de promoción se vistió, ante todo, de propaganda, arma movilizadora del poder popular en los primeros años, con carteles, himnos, canciones, artes plásticas, películas, así como series televisivas, algunas de las cuales adquirieron fama mundial, como las fotos de Alberto Korda y los documentales de Santiago Álvarez.

Ofertas-2 Primero, la publicidad fue vilipendiada, achacándosele promover el consumismo y la banalidad entre los cubanos. Después, en la medida que se secaron las entradas de petróleo barato de la antigua Unión Soviética y la venta a este país de azúcar, níquel y otros rubros nacionales, lo cierto es que los presupuestos de promoción de las empresas cubanas se redujeron sensiblemente y estas pudieron anunciarse cada vez menos.

Esta política llevó a recortar al máximo los gastos de promoción en el país y trasladarlos a manos de publicaciones y firmas promotoras en el extranjero que, en ocasiones, no lograban una relación efectiva entre costo y efecto diseminador.

Más tarde surgen los anuncios de bien público, relacionados con la Educación, las campañas de Salud pública, contra las indisciplinas sociales y alertar sobre el daño causado por las adicciones, lo cual es un destino válido para los objetivos sociales, pero no trabajan para promover y vender los productos y servicios cubanos.

Se crean nuevos especialistas

Mucho antes de aprobarse por ley los negocios particulares o el autoempleo, a quienes se atribuye el resurgimiento de la publicidad, a principios del siglo XXI, se rebautizó la escuela de Periodismo a nivel universitario como Comunicación Social, en la que se incluyeron las carreras de Periodismo, Comunicación Social y Relaciones Públicas.

En 2008, en las carreras de la Facultad se aplicaron planes de estudio que modificaron sustancialmente los perfiles y quedaron tres carreras: Comunicación Social, Periodismo y Ciencias de la Información. Esta última contendría los conocimientos de Bibliotecología, mientras la de Comunicación Social contiene los perfiles de Comunicación Institucional, Publicidad y Relaciones Públicas.

En la última edición del Festival de la Televisión Cubana, la especialista Guiomar Venegas afirmó que es indudable que la publicidad ha evolucionado de manera tangible a través de las nuevas tecnologías.

Según apuntó en su intervención las propuestas publicitarias están encaminadas a elevar el nivel cultural de la población. De igual manera, añadió, la publicidad de bien público ayuda a educar e informar a la población.

En el concurso Imagen de Cristal, varios videos de bien público merecieron reconocimientos no solo en el país, sino a nivel internacional, entre ellos, el titulado “Campaña de Alfabetización”, de Nelson Alomá.

Así, en opinión de alguien vinculada a una publicación que debía autofinanciarse para salir cada semana, creo que se sientan las bases de una publicidad responsable, pero eficaz en la promoción de los productos cubanos, desde la música y el arte, los productos innovadores de la biotecnología y, por qué no, el habano y el ron cubanos que, consumidos con moderación, hacen mejor la vida.