La Navidad incluye a los necesitados

By Ivett de las Mercedes

HAVANA TIMES – La comunidad de Sant Egidio, en La Habana, Cuba, cuya sede radica en la Casa de Paz y Diálogo, sita en Compostela número 663 entre Luz y Acosta, en la Plaza de Belén, vuelve a reunir el día 25 de diciembre a los más necesitados, proporcionándoles  almuerzo y cena.

En el año 2017 brindó ayuda en todo el mundo a 250,000 humildes; en Cuba a 2,700. La Iglesia Católica, todos los años hace un llamado a las parroquias de la capital cubana para que ofrezcan su colaboración tanto en alimentos, como en ropa y dinero.

Los feligreses de la iglesia San Francisco de Asís también brindan su aporte: regalos, materiales sanitarios y de aseo, juguetes, alimentos y dinero. Ese templo es un puente de ayuda pastoral para el franciscano Santa Clara de Asís, de Lawton, además de ofrecer su apoyo a algunas personas necesitadas de la arquidiócesis de La Habana.

Hasta el año 2017, allí llegaban donaciones de turistas procedentes de los cruceros; en la actualidad la Aduana ha puesto restricciones a esos donativos, y ahora se consigue muy poco por esa vía.

Los frailes franciscanos siempre van en busca de los más desamparados, como sucedió después del paso del ciclón Irma. Durante aquel evento, el Arzobispo de La Habana y el Cardenal convocaron a la comunicad católica de la ciudad para que expresara con hechos su solidaridad.

La iglesia de San Francisco de Asís también realiza trabajo con los niños, los cuales asisten a la catequesis cada sábado, a las cuatro de la tarde; también realizan dinámicas educativas y enseñanzas religiosas, juegos didácticos, proyecciones de filmes de animados religiosos.

Además, se imparten clases sobre ética, virtudes y valores, y se convoca a los padres para que participen. Muchas veces esas actividades se realizan en comunión con las hermanas Brigidinas; esos programas se efectúan a lo largo y ancho de la Isla, los niños se preparan para posteriormente tomar los primeros sacramentos, el bautismo, y los que ya están bautizados toman la primera comunión y confirman la fe católica.

La cena del día 25 de diciembre es momento de reflexión y regocijo en la fe, en la que prima el amor y la entrega desinteresada al otro. Es un alivio para los más desfavorecidos que deambulan por las calles o que tienen un hogar, pero su economía no alcanza para satisfacer sus necesidades.

 

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