Iván Duque alcanza Presidencia de Colombia: noticia y análisis

Por Giuseppe Palacino (dpa)

Iván Duque Foto: captura de pantalla

HAVANA TIMES – El candidato derechista Iván Duque fue elegido hoy presidente de Colombia con un 53,95 por ciento de los votos frente a un 41,83 por ciento del izquierdista Gustavo Petro, sobre un 99,26 por ciento de las mesas escrutadas, y asumirá el cargo el 7 de agosto próximo.

Duque, quien lideró los sondeos desde el inicio de la campaña electoral, obtuvo un total de 10.313.999 votos. Por su parte, Petro cosechó 7.997.823 sufragios, mientras que los votos en blanco ascienden a 804.918.

Sobre un total de 36 millones de personas habilitadas para votar, un total de 19.411.268 de colombianos acudieron a las urnas, lo que representa un 52,77 por ciento del padrón.

Duque llega a la Presidencia del país con el partido de derecha radical Centro Democrático, liderado por el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), a quien la oposición señala de ser el “titiritero” del próximo mandatario.

La jornada electoral se desarrolló con normalidad, y al igual que la primera vuelta presidencial y las elecciones legislativas, ha sido una de las más pacíficas, impulsada por al acuerdo de paz que firmó el Gobierno del saliente Juan Manuel Santos con la ex guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y un cese de actividades anunciado a inicios de la semana por el último grupo rebelde que opera en el país, el ELN (Ejército de Liberación Nacional).

Los resultados de los comicios decisivos se conocieron apenas una hora después del cierre de las urnas, como es costumbre por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil, el órgano electoral.

“Llamé a Iván Duque para felicitarlo y desearle la mejor de las suertes. Le ofrecí toda la colaboración del Gobierno para hacer una transición ordenada y tranquila”, dijo Santos a través de Twitter apenas se conocieron los primeros resultados.

Las ideas de Gobierno de Duque, abogado de profesión y de 41 años, se oponen en varios aspectos a las de saliente presidente, Juan Manuel Santos, pues ha expresado su deseo de modificar los acuerdos de paz con la ex guerrilla de las FARC y condicionar la continuidad de las negociaciones con el último grupo rebelde del país, el ELN.

Duque, quien gobernará por cuatro años, ha expresado su intención de que los ex combatientes de las FARC paguen sus presuntos crímenes ante la justicia antes de ocupar cargos de elección popular.

En cuanto al ELN, recientemente manifestó que pedirá a los rebeldes concentrarse en una zona del país, con verificación internacional, y detener sus actividades delictivas como la extorsión y el narcotráfico. De no cumplir con esto, Duque levantaría la mesa de negociación.

Junto al candidato derechista las riendas del país también quedarán en manos de la primera mujer en llegar a la Vicepresidencia, Marta Lucía Ramírez, de 63 años y con una amplia experiencia en el sector público.

Santos se despide del Gobierno con una imagen favorable por debajo del 20 por ciento, a pesar de lograr el histórico acuerdo de fin del conflicto con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el reciente ingreso del país a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Victoria de Duque abre fase de incertidumbre en procesos de paz

Por Rodrigo Ruiz Tovar (dpa)

El triunfo del derechista Iván Duque en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de hoy en Colombia abre una etapa de incertidumbre en los procesos de paz emprendidos por el presidente saliente Juan Manuel Santos con la ex guerrilla de las FARC y con el ELN, que aún sigue alzado en armas.

Duque, del partido Centro Democrático, fue elegido con el apoyo del ex presidente Álvaro Uribe, el máximo líder de ese colectivo de derecha radical que durante los ocho años de mandato de Santos fue la principal fuerza de oposición, especialmente por el manejo que le dio al tema del conflicto armado que afecta al país desde 1964.

Santos abogó desde el inicio de su gestión, en 2010, por una salida pacífica al conflicto más antiguo de la región y en 2016 logró lo que parecía imposible: el desarme y desmovilización de unos 7.000 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

Convertido ahora en el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el otrora grupo guerrillero participa en la actividad política legal y elogia a Santos por haber firmado la paz, pero le critica el retraso en la implementación de algunos puntos del acuerdo.

El futuro presidente de Colombia advirtió durante la campaña que hará modificaciones al acuerdo de paz, principalmente en los puntos sobre la aplicación de justicia a los ex guerrilleros.

Dichos cambios pueden ocasionar grandes problemas a la implementación del acuerdo, aunque de todas formas Duque tiene una postura más moderada frente a la de algunos dirigentes de su partido que recomiendan desconocer de plano el pacto de paz.

Santos ha afirmado que los cambios no pueden ser profundos porque ya tienen un blindaje constitucional, en tanto que quienes dicen que el texto se debe mantener como fue firmado aseguran que el acuerdo compromete al Estado en su conjunto y no puede estar sometido al vaivén de un cambio de Gobierno.

“Nosotros creemos que el acuerdo está blindado. Pero no solamente el Gobierno, también la Corte Constitucional y la comunidad internacional. La propia Corte Constitucional en un fallo dijo que los próximos tres Gobiernos no podrán expedir leyes o tomar decisiones que vayan en contra de los acuerdos”, dijo Santos en una entrevista con dpa en mayo pasado.

Para el académico y experto en derecho constitucional Juan Manuel Charry, Duque seguramente presidirá un Gobierno moderado, aunque frente al acuerdo de paz hay incertidumbre por los cambios que pueda promover.

“Para Duque es muy difícil desconocer los acuerdos de paz, pues la Corte Constitucional ya dijo que algunos aspectos son irreversibles, como la amnistía y el indulto, pero en puntos neurálgicos podría haber modificaciones fuertes”, dijo Charry a dpa.

Con todo, los dirigentes de las FARC han asegurado que no regresarán a las armas y que continuarán su actividad política, aunque existe el temor de que los cambios que haga el próximo Gobierno lleven a algunos antiguos mandos bajos del grupo a retornar a la clandestinidad.

Otro frente en el que también se abren interrogantes es en el proceso de paz con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que empezó en febrero del año pasado en Ecuador y hace poco se trasladó a Cuba, donde se efectuaron las negociaciones con las FARC.

Duque ya anticipó que condicionará la continuación del diálogo a que el ELN acepte concentrar a todos sus miembros, alrededor de 1.500, en sitios específicos.

Se debe esperar a que Duque jure como presidente y formalice su exigencia, pero se presume que la condición no caerá bien en el ELN, al que varios observadores consideran como un grupo históricamente más radical que las FARC.

Delegados del Gobierno de Uribe (2002-2010) tuvieron en el pasado contactos con el ELN que avanzaron en varios puntos en la agenda, pero el proceso de paz fracasó cuando se le planteó al grupo una exigencia idéntica para concentrar a sus miembros.

Por ahora se abre un compás de espera que mantendrá a los colombianos a la expectativa hasta el inicio del Gobierno de derecha radical.