El “ultra” Bolsonaro, favorito para ser elegido presidente de Brasil

Por Isaac Risco (dpa)

Foto: cubahora.cu

HAVANA TIMES – Elogia la dictadura y ha insultado a negros, mujeres y minorías sexuales, pero el populista de derecha Jair Bolsonaro tiene buenas posibilidades de ser elegido este domingo presidente de Brasil.

Bolsonaro, un controvertido ex capitán del Ejército de 63 años, es el favorito para ganar la segunda vuelta de las elecciones frente al izquierdista Fernando Haddad, de 55, después de ganar la primera ronda el 7 de octubre impulsado por el voto de protesta de muchos brasileños hastiados de la corrupción y de la criminalidad en el país más grande y económicamente potente de América Latina .

Aunque su ventaja se contrajo ligeramente en los últimos días, Bolsonaro alcanzaba un 56 por ciento del voto válido en las última encuesta del instituto Datafolha, frente al 44 por ciento de Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). Más de 147 millones de brasileños están llamados a las urnas.

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Bolsonaro, calificado a menudo como el “Donald Trump brasileño” por su agresivo discurso contra las instituciones, capitalizó en los últimos meses la rabia y el descontento de los electores, y se quedó cerca de ganar en primera vuelta.

“Los electores dieron un mensaje muy claro de que quieren un cambio”, consideró el politólogo Mauricio Santoro.

El ascenso de Bolsonaro “es el resultado quizá inevitable de una crisis política y económica muy dura en los últimos cinco años”, dijo a la agencia dpa Santoro, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.

Brasil está sumido desde hace años en una fuerte crisis institucional por los múltiples escándalos de corrupción destapados sobre todo por el caso “Lava Jato” (“Lavado de autos”), dado a conocer en 2014, y que salpica prácticamente a toda la clase política.

A ello se suman los efectos de una dura recesión, que condujo a una contracción de – 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño entre 2015 y 2016, y una ola de inseguridad.

El año pasado murieron más de 63.000 personas de forma violenta en el país sudamericano. Río de Janeiro, la segunda metrópoli del país, está desde febrero bajo intervención militar debido a los violentos enfrentamientos entre bandas criminales y las fuerzas de seguridad en las favelas.

Pese a que es diputado desde 1991, Bolsonaro consiguió presentarse como el candidato “antisistema” que representa la renovación. Sus propuestas centrales son armar a la población para combatir el crimen, y acabar con las viejas tramas corruptas.

“Aquí no habrá más lugar para corrupción”, dijo recientemente el candidato del hasta ahora desconocido Partido Social Liberal (PSL), que tendrá la segunda mayor bancada en el próximo Congreso.

“Será una limpieza nunca vista en la historia de Brasil”, agregó Bolsonaro en un video transmitido por su equipo. El ultraderechista no hizo campaña desde mediados de septiembre, después de resultar herido de gravedad en un ataque con un cuchillo durante un acto proselitista. Su campaña se centró después en las redes sociales, un terreno en el que se maneja con destreza.

La popularidad de Bolsonaro se apoya también en la creciente fuerza política de las iglesias evangélicas, afines a su rechazo del aborto y de los derechos homosexuales, y en el respaldo del poderoso sector agrícola, que espera más facilidades para explotar la Amazonía.

Las élites financieras lo apoyan sobre todo por su programa económico neoliberal, aunque sus intereses podrían diverger del tradicional nacionalismo económico de los militares.

Haddad, por su parte, llegó a la segunda vuelta impulsado por la alta popularidad del carismático ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), pero hace frente a un fuerte rechazo a su partido, que gobernó durante más de 13 años entre 2003 y 2016, debido a sus casos de corrupción.

Lula, preso desde abril por una pena a 12 años de cárcel por el caso “Lava Jato”, quería postularse otra vez a la presidencia, pero el Tribunal Superior Electoral prohibió en septiembre su candidatura.

“Entre errores y aciertos, nuestros Gobiernos cambiaron la vida de millones de personas. Vamos a corregir los errores y ampliar los aciertos”, prometió Haddad, ex alcalde de Sao Paulo y ex ministro de Educación de Lula, en el tramo final de la campaña.

Rabia, decepción y deseos de cambio

Muchos electores, sin embargo, no perdonan los casos de corrupción. “Yo trabajé en una empresa que fue muy corrompida por el PT”, dijo a dpa Cristina Castro, una ex trabajadora de 57 años de Petrobras, la petrolera estatal que está en el centro de las investigaciones de “Lava Jato”. “Yo voto por Bolsonaro porque soy anti-PT”, agregó.

“Como negro yo amo a Bolsonaro y él es mi futuro presidente”, señaló por su parte Gledison Rodrigues, un joven de 22 años que quiere ver un cambio en un “nuevo Brasil”.

“Yo estoy aquí porque no quiero que me roben más”, dijo Maria Eneida Santos, de 65 años. “Para Lula quiero la cárcel. Es un ladrón”.

Incluso en los barrios más pobres, tradicionalmente más cercanos al PT, muchos electores piensan en votar por Bolsonaro.

“Bolsonaro es muy radical en las cosas que dice”, señaló Antonia Luisa Oliviera, una ama de casa de 62 años de la favela Maré, una de las más convulsas de Río. “Pero no sé si creerle en todas las cosas que dice sobre las mujeres y otros temas. Me gusta que dice que se va a hacer cargo de la inseguridad”.

La agencia dpa habló con varios electores para conocer su motivación para votar por uno de los dos candidatos.

Jair Bolsonaro y Fernando Haddad. Foto: RT.com

Glenio Ritter, votante conservador: el médico de 52 años cree que Bolsonaro sería un gran presidente. “Es un persona honesta. Un patriota”, dice Ritter, que se tomó vacaciones las últimas semanas para hacer campaña a favor del candidato en Río. “Tiene ideas conservadoras con las que me identifico. Por ejemplo contra el aborto o a favor de armar a la población, porque la violencia es muy grande en Brasil”, agrega. Las críticas contra Bolsonaro las considera exageradas y a sus adversarios políticos los ve como extremistas de izquierda. “Yo no quiero comunismo aquí en Brasil”, dice.

Elias Figueira, nostalgia de la dictadura: el ex mecánico de avión de 57 años, hoy desempleado, guarda un buen recuerdo de la última dictadura militar (1964-1985). “Fue un régimen de excepción, no fue una dictadura. Fue un mal necesario”, dice Figueira, que acudió a una marcha a favor de Bolsonaro en Río llevando dos camisetas: una con el rostro del candidato y otra con el de Carlos Alberto Brilhante Ustra, el militar a cargo del aparato de represión y considerado como responsable de las torturas durante la dictadura. “Ustra y todos los militares de la época nos libraron del comunismo. Ustra el es heroico pasado, Bolsonaro es el heroico presente”, dice Figueira.

Ebert Clariano, gay y votante de Bolsonaro: Clariano, de 29 años, se define como negro, gay, pobre y votante de Bolsonaro. “Estoy cansado de salir de mi casa a la esquina, para tomar un bus, y ser asaltado”, dice el vecino de una favela de la Baixada Fluminense, una zona conflictiva en la periferia de Río. “Un presidente no debe hablar sólo por las minorías, sino por el ciudadano en general”, cree. Las críticas de que Bolsonaro es homofóbico o racista las considera inventos de los medios. “La red Globo – dice sobre el mayor grupo mediático del país – siempre manipuló. Gracias a las redes sociales hoy en día los brasileños consiguieron despertarse”.

Cristina Castro, voto contra el PT: carioca de 57 años y de clase media, Castro asegura que su voto es sobre todo contra el PT de Lula y de Haddad. “Soy ‘antipetista’ por definición. Trabajé en una empresa que fue muy corrompida por el PT”, se explica Castro, empleada durante más de 32 años de Petrobras, la petrolera estatal que está en el centro de los escándalos de corrupción del caso “Lava Jato” (“Lavado de autos”), destapado en 2014. “No quiero más corrupción en Brasil”, dice y explica que no cree en las acusaciones contra Bolsonaro y está dispuesta a darle un voto de confianza: “Necesito verlo en el poder. No prejuzgo a nadie”.

Clara Alves, Bolsonaro no apoya a las mujeres: la productora audiovisual de 33 años participó antes de la votación del domingo en una marcha a favor de Haddad en Río, convencida de que es necesario defender la democracia. “Estoy a favor de la democracia y contra el fascismo. Bolsonaro tiene un discurso de odio, representa todo aquello contra lo que yo me opongo. Es homofóbico, racista y, principalmente, no quiere apoyar los derechos de las mujeres”, dice Alves sobre el candidato que se ha expresado en varias ocasiones de forma despectiva sobre las mujeres.

Sueli Faria, orgullosa del PT: la profesora de escuela pública de 61 años de Río es seguidora del PT. “Creo que los aciertos del PT fueron mucho mayores que sus errores”, dice sobre el partido que gobernó durante casi 14 de los últimos 16 años, entre 2003 y 2016. Sobre todo los dos Gobiernos de Lula (2003-2010) fueron celebrados por el sólido crecimiento económico y por sacar a millones de personas de la pobreza con sus programas sociales, antes del estallido de una grave recesión bajo Dilma Rousseff (2011-2016). “Voto orgullosa por Haddad por lo que fue el PT y por lo que es”, dice Faria.

Andrea Vianna recuerda el “horror” de la dictadura: la jubilada de 57 años votará por Haddad. “Yo tenía 18 años cuando acabó la dictadura. Tuve familiares castigados por la dictadura, siento horror por la dictadura”, dice Vianna. “Bolsonaro me recuerda eso. Homenajeó a uno de los mayores torturadores, a Ustra. Sólo esa manifestación basta para mí, más allá de la serie de otras atrocidades que dice”. Aunque cree díficil que Brasil vuelva un régimen militar como el de entonces, sí teme un autoritarismo similar. “Podemos volver a un momento en el que uno no pueda expresar sus ideas”, dice.

Joao Paulo Guedes, miedo de Bolsonaro: en su primera votación en unos comicios presidenciales, el muchacho de 19 años cree que votar por Haddad es defender la democracia. “El candidato opuesto es un peligro”, cree. “Me siento amenazado porque soy negro y vivo en una favela”, agrega. “Dice que nosotros somos marginales y yo me siento muy ofendido. Porque yo trabajo, estudio y no soy nada de eso que él dice”, señala el vecino de Niteroi, en Río. Debido al clima de crispación y de polarización de las últimas semanas, Guedes no quiere ver una fotografía suya en ningún medio de comunicación.

One thought on “El “ultra” Bolsonaro, favorito para ser elegido presidente de Brasil

  • Bolsonaro va a limpiar a Brasil, un país cansado de ser manipulado y robado por Lula, Dilma… y el resto de la mafia marxista

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