El terremoto dejó sin techo a muchos en Ciudad de México

Por Carmen Peña (dpa)

Foto: Perla Mirana / Newscom /abcnews.go.com

HAVANA TIMES – Algunos pasan las noches en albergues, otros duermen en sus autos, en carpas de campaña o en las banquetas de los parques, sin un lugar seguro al cual volver porque este ya no existe o es inhabitable.

”Estamos esperando que llegue Protección Civil para que revise el edificio y hasta que lleguen, no podemos entrar”, se lamenta Javier Hernández, que desde el terremoto del martes acampa en un parque frente a su departamento en la colonia (barrio) Roma, en la Ciudad de México.

La fachada de color naranja presenta algunas fisuras y los vidrios de las ventanas yacen rotos en el suelo. Un cordón amarillo de ‘peligro’ impide el paso al edificio de cuatro plantas.

Hernández y su familia podrían quedarse en casa de amigos u otros familiares, pero temen alejarse de su hogar y que al regresar les hayan robado sus pertenencias. ”Sólo logramos sacar algunas cosas, pero todo lo demás está ahí dentro”, dijo a dpa.

Igual que él, cientos de personas en la Ciudad de México se han visto obligadas a dejar sus casas tras el sismo de magnitud 7,1 que remeció la capital y el centro de México. Algunos todavía pueden ver sus edificios en pie, pero otros no han corrido con tanta suerte.

El Gobierno de la Ciudad de México ha señalado que son casi 40 los edificios colapsados tras el terremoto, lo que ha dejado a decenas de familias en la calle. Sin embargo, de los más de 7.500 inmuebles que fueron revisados para saber si tienen daños, 321 fueron declarados inhabitables.

Estos edificios tendrán que ser evaluados por especialistas de forma más detallada para decidir si son demolidos o no. Además, hay casi 700 en código amarillo, que significa que aunque pueden ser habitados, presentan daños estructurales que deben ser revisados más a fondo.

Una de las zonas más afectadas por estos derrumbes fue el pueblo de San Gregorio Atlapulco, en la delegación de Xochimilco, en el sureste de la capital. Ahí varias casas colapsaron y las labores de rescate y remoción de escombros empezaron mucho después que en otros lugares de la ciudad.

Las personas que vieron sus casas desplomarse buscan sacar sus pertenencias de entre las ruinas. Ante las cámaras de televisión, Isabel Molina, una vecina de San Gregorio Atlapulco, pide ayuda a las autoridades para reconstruir las casas.

”De mi casa ya no queda nada, sólo pude recuperar dos roperos”, manifiesta Molina. Ella y sus hijos no tienen dónde pasar las noches.

Escenas parecidas se repiten en varios puntos de la capital. Aunque se han instalado albergues para pernoctar, muchos prefieren vigilar sus casas para evitar robos, igual que Hernández.

”Nosotros vamos a dormir aquí hoy, pero nuestros padres dormirán fuera de nuestro edificio para hacer guardia”, comenta un adolescente de 15 años que, junto a su hermana de 11, buscan acomodarse sobre unas colchonetas colocadas en el suelo en un albergue en la colonia
Condesa.

Sus padres los enviaron a pasar ahí la noche mientras esperan que ingenieros y arquitectos enviados por Protección Civil le den el visto bueno al edificio de departamentos que es su hogar. ”Tenemos miedo de que la casa se caiga”, dice el muchacho. Las escaleras se resquebrajaron y varias puertas se rompieron.

Por temor a un posible colapso, muchos deciden abandonar por decisión propia sus hogares. En calles, parques y avenidas se puede ver a personas arrastrando maletas con las pertenencias que en su prisa lograron sacar.

”Mi edificio está bien, no hay ninguna fisura, sólo se quebraron algunos vidrios, pero todos hemos evacuado porque tenemos miedo de que ése de ahí se caiga”, le dice a un policía una  al edificio contiguo al suyo, sobre el que se inclina de forma peligrosa.

El alcalde de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, informó que desde el martes el gobierno recibió más de 11.000 solicitudes de revisión para inmuebles y todavía quedan pendientes más de 4.000. Mientras avanzan con el proceso, muchos seguirán durmiendo en las calles.