El espía liberado por Cuba, un agente doble de la CIA

Por Guillermo Nova e Isaac Risco (dpa)

Rolando Sarraff Trujillo
Rolando Sarraff Trujillo

HAVANA TIMES — Un nombre hasta ahora desconocido salió a la luz después de que Estados Unidos y Cuba alcanzaran la semana pasada un histórico acuerdo para retomar sus relaciones diplomáticas: Rolando Sarraff Trujillo.

¿Es Sarraff, un ex agente de la Dirección de Inteligencia cubana (DI), el espía de la CIA liberado el miércoles por el gobierno de Raúl Castro como parte del acuerdo con Washington?

¿Y “uno de los agentes de inteligencia más importantes que Estados Unidos haya tenido en Cuba”, según el presidente norteamericano, Barack Obama?

Todo apunta a que sí. Los medios estadounidenses lo dan por sentado, aunque la Casa Blanca no ha desclasificado aún la información. En la isla, los padres de Sarraff, encarcelado desde hace casi 20 años, desconocen su paradero desde hace más de una semana.

El pasado martes, Sarraff no hizo su habitual llamada telefónica diaria, contó su padre. Su esposa y él fueron a indagar por eso 24 horas más tarde, el día del anuncio de Obama y Castro, a la prisión de alta seguridad de “Villa Marista”, en el distrito Diez de Octubre.

Los oficiales de la prisión ubicada cerca del centro de La Habana los intentaron tranquilizar diciéndoles únicamente que su hijo estaba en una “situación mejor”, dijo a dpa el anciano de 80 años.

“Lo único que quiero es que esté bien y espero poder reunirme con él”, agregó Rolando Sarraff padre.

Una semana después de su aparente liberación, “ninguno de los dos gobiernos involucrados han informado, como debieran haber hecho, a los familiares”, protestó el activista Elizardo Sánchez, cuya Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) sigue la situación de los presos políticos en la isla.

Sarraff, de 51 años, era un agente doble de la CIA, según las informaciones conocidas hasta ahora. Tenía el grado de primer teniente y su tarea consistía en encriptar las comunicaciones con espías cubanos en el exterior.

En septiembre de 1995 fue arrestado en La Habana. Como “topo” en la isla, sus informaciones permitieron a Estados Unidos una serie de golpes contra las redes del espionaje cubano, sobre todo el descubrimiento de agentes dobles, según la Inteligencia estadounidense.

“Esta persona dio información que permitió identificar y acusar a Ana Belén Montes, analista de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA); a un funcionario del Departamento de Estado, Walter Kendall Myers, y su esposa, Gwendolyn Myers; y a miembros de la Red Avispa en Florida, entre ellos el llamado grupo de ‘los Cinco cubanos'”, detalló el miércoles Brian P. Hale, de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional estadounidense.

El padre de Sarraff asegura que no sabía de las actividades de su hijo. Era “muy reservado en su trabajo, no hablaba de ello en casa”, cuenta el anciano, un teniente coronel jubilado que también fue periodista de la agencia Prensa Latina.

Sarraff Trujillo está divorciado y tiene un hijo. Además de a sus padres en Cuba, el espía tiene a dos hermanas, Vilma y Katia, en España.

El ex agente del DI fue liberado junto al cooperante estadounidense Alan Gross, preso en Cuba desde 2009, a cambio de los tres últimos espías del grupo de los “Cinco” encarcelados en Estados Unidos.

“Los Cinco” fueron arrestados en 1998 y condenados dos años más tarde en Estados Unidos por cargos de conspiración y asociación ilícita, entre otros.

La Habana y Washington tienen una larga historia de espionaje y contraespionaje mutuo en más de medio siglo de enfrentamiento. En Cuba hay al menos cuatro personas presas aún por “delitos contra el Estado” de ese tipo, según la CCDHRN. Las autoridades cubanas no permiten contrastar los datos ni dan informaciones sobre presos políticos.

Había “tres oficiales militares y hay dos funcionarios civiles”, estima Sánchez. Estos dos últimos son Miguel Álvarez, un antiguo asesor del ex ministro de Exteriores y ex presidente del Parlamento Ricardo Alarcón, y su esposa, según el activista.

Además de Sarraff, oficialmente en paradero desconocido, los otros dos militares fueron detenidos en 1996 y 1999 y condenados respectivamente a 30 años de cárcel, según la CCDHRN. Los cuatro podrían ser excarcelados ahora como parte de un grupo de 53 presos políticos que el gobierno de La Habana se declaró dispuesto a liberar, según Obama.