El Economista: FSLN se quedaría en el poder

A pesar de su nivel más bajo de apoyo político

Daniel Ortega

Publicación analítica británica resalta que la baja aprobación de Ortega lo hace “políticamente vulnerable” para competir en elecciones libres y justas

Por Keyling T. Romero (Confidencial)

HAVANA TIMES – El Frente Sandinista, encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, ganará las próximas elecciones presidenciales para el período 2021-2025, a pesar que cuenta con el nivel más bajo de aprobación de la última década, advierte la Unidad de Análisis de The Economist (EIU, por sus siglas en inglés) en su último informe, publicado este 27 de enero.

“Las encuestas de opinión apuntan a que existe una creciente insatisfacción con el FSLN impulsada por la mala gestión del Gobierno en el brote de coronavirus (Covid-19), así como la preocupación por el deterioro de la situación económica y la creciente inseguridad pública”, cita el informe.

De acuerdo a las encuestas, sola una cuarta parte de los nicaragüenses aprueban y apoyan la gestión del presidente; esto lo hace “políticamente vulnerable” para competir en elecciones libres y justas. Por lo tanto, prevén que Ortega puede hacer modestas concesiones sobre la reforma electoral en un intento de legitimar su triunfo en los comicios.

“Es probable que sean superficiales, ya que el FSLN mantendría el control sobre el Consejo Supremo Electoral, el Poder Judicial y otras instituciones importantes”, destaca la publicación británica.

Incluso, si la oposición logra unirse y consigue participar en las elecciones, no podrá lograr un cambio porque el Frente Sandinistas descartó la posibilidad de permitir comicios justos con la aprobación de leyes y reformas que prohíben la participación de ciudadano que considere desleal o una amenaza para el país.

Sin embargo, prevén que el triunfo de Ortega en las elecciones cause tanto malestar social que las perspectivas de mediano plazo del país se vean empañadas por la preocupación de los inversionistas en el desarrollos y la falta de confianza en el estado de derecho. También que produzca fracturas dentro del mismo Frente Sandinista.

“El régimen ha utilizado la participación activa de las fuerzas policiales para acabar con la política de insurrección, cimentar la cohesión institucional e infundir represalias si la oposición intenta subir al poder. Hasta ahora esto ha sido suficiente para asegurar la lealtad de las fuerzas de seguridad, pero existe un alto riesgo de fracturas dentro del régimen si las condiciones económicas o políticas empeoran radicalmente”, explican.

Economía mejorará, pero calidad de vida no

En el 2021, después de tres años de recesión, la economía del país tendrá un repunte. Se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca en un 3.5% más, a medida de que aumente el gasto público y el consumo con la inversión fija. Según explican, el consumo privado crecerá con la llegada de remesas y exportaciones de bienes.

Sin embargo, como entre 2018 y 2020 hubo una contracción económica fuerte a causa de las crisis políticas, sociales, económicas y la pandemia; el repunte tiene una base de comparación baja y esto indica que no necesariamente significa que mejorarán los niveles de vida de la población.

Además, que la administración de Ortega se verá amenazada por las sanciones y restricciones que ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos. Por lo tanto, se espera que el Gobierno busque reiniciar las relaciones entre ambos países ahora que hubo un cambio de Gobierno.

“Seguimos escéptico de que las próximas negociaciones bilaterales produzcan ese resultado. Los esfuerzos estadounidenses para promover la democratización en Nicaragua, han disfrutado típicamente del apoyo bipartidista en los Estados Unidos, y es probable que esto continúe bajo la administración de Joe Biden. Y tampoco esperamos que los sandinistas acepten cualquier reforma política que los obligue a ceder el control sobre las instituciones estatales”, advierten.

Reformas al Seguro Social en 2022

En este contexto, se espera que Ortega se enfoque en mantener la estabilidad macroeconómica del país como lo ha hecho hasta ahora. Sin embargo, se espera que el régimen se vea obligado a consolidar las finanzas públicas y que en 2022 deba hacer reformas a la seguridad social. Pero la mejoría que traerán estas reformas será breve porque mientras no haya una solución a la crisis sociopolítica, el INSS no podrá incrementar su base de contribuyentes.

“La recuperación económica, junto con los esfuerzos agresivos de aplicación de impuestos, ayudarán a impulsar los ingresos. Sin embargo, la factura de gastos aumentará de manera más significativa a medida que el Gobierno levante el gasto para reforzar su base política”, explican.

A esta situación se le suma que el Estado deberá asumir los déficit del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), la Empresa Nicaragüense de Electricidad (Enel) y la Empresa Estatal de Agua y Alcantarillado (Enacal).

“Nuestro pronóstico de base asume que el Gobierno podrá cubrir la mayor parte de su financiamiento asumiendo nuevas deudas. En el frente externo, la mayor parte del nuevo financiamiento en dólares estadounidenses provienen del BCIE y de acreedores bilaterales oficiales. En el frente interno, el Gobierno seguirá emitiendo bonos en los mercados financieros locales. Sin embargo, tendrá que ofrecer altas tasas de interés, para atraer inversores, lo que elevará los costos del servicio de la deuda”, aseguran.

Lea más desde Nicaragua aquí en Havana Times.