El breve reinado de la Heineken en La Habana
Escasea la cerveza nacional
Vicente Morín Aguado
HAVANA TIMES — Desde hace unos días la Heineken está reinando en La Habana. El supermercado de Carlos III, posiblemente el mayor del país con más de diez mil metros cuadrados de áreas de venta, amaneció ofertando únicamente esta marca de cervezas. Es posible tropezar con la conocida botella verde en cualquier esquina de nuestra capital.
El ascenso del producto holandés debió esperar, primero por la inusitada desaparición de las ofertas nacionales, especialmente las conocidas Bucanero y Cristal, fabricadas de conjunto con la empresa Labatt Blue del Canadá.
No hay información oficial sobre esta nueva crisis en nuestros servicios, suponemos con los orgullosos canadienses no pierdan su preponderancia en el mercado nacional, adjudicada por el estado cubano, pues los competidores foráneos tienen que vender a precios superiores al de las unidades hechas en Cuba.
Con los argumentos anteriores se convierte en noticia que la Heineken, vendida a 1,65 convertibles, equivalentes a dólares norteamericanos, aparezca ahora en el número uno de las ventas, al menos por unos días. Curiosamente, el ascenso de los holandeses fue escalonado, pues debieron esperar por el agotamiento de rivales con precios ligeramente inferiores, como las marcas Becks y Corona.
Hoy la especulación motivada por la escasez del preciado líquido ámbar ha llegado hasta el tope de cafeterías y restaurantes donde hay que pagar dos pesos o más si se desea tomar una cerveza. ¿Hay o no hay cerveza?, sencillamente de momento la esconden, ofreciéndola al ansioso cliente si es capaz de pagar la cuota extraoficial fijada por los meseros.
Para colmo, otras posibilidades en moneda nacional también están escasas o desaparecidas, se trata de la Cacique y la Mayabe, cuyas unidades deben ofertarse a 20 y 18 pesos cubanos respectivamente, pero con el inusitado desabastecimiento, muchos bebedores afortunados acapararon el producto; por supuesto, algo similar hacen algunos trabajadores del comercio y la gastronomía.
Aunque desde que tengo uso de razón, tal vez medio siglo, siempre he vivido las más disímiles crisis en el sector de los servicios, este problema de la cerveza no debe durar mucho tiempo. Se trata de un producto muy importante cuando se contabilizan los ingresos del comercio minorista nacional, contribuyendo decisivamente, junto a otras bebidas alcohólicas, al equilibrio financiero interno.
No creo que los representantes de Labatt Blue estén dispuestos a perder frente a la Heineken. Los orgullosos norteños desplazarán a sus homólogos de los países bajos y las aguas, esta vez espumosas y ambarinas, volverán a tomar su nivel, finalizando el breve reinado de la Heineken en La Habana.
Cójelo suave, Vicente, que en cuanto abran en el Mariel una planta de cerveza Yangjing (a 0.35 US el litro) se acaba el problema…