Dictadura orteguista se adueña de la Cruz Roja Nicaragüense

La organización tiene sus orígenes en Nicaragua a raíz del terremoto que sacudió Managua el 31 de marzo de 1931.

La Asamblea Nacional cancela a la Asociación Cruz Roja Nicaragüense, y ordena la creación de una nueva “Cruz Roja”, que será administrada por el Minsa

Por Confidencial

HAVANA TIMES – La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se adueñó de “todo el patrimonio, bienes y acciones” de la Asociación Cruz Roja Nicaragüense (CRN), cuya personería jurídica fue cancelada por unanimidad en la Asamblea Nacional, este miércoles 10 de mayo de 2023. A su vez, los diputados ordenaron la creación de una nueva “Cruz Roja”, que será administrada por el Ministerio de Salud (Minsa).

Los diputados orteguistas acusan a la CRN de transgredir sus propios estatutos y atender a los heridos durante las protestas cívicas de 2018. La Cruz Roja fue una de las organizaciones que asistió a centenares de víctimas de la represión policial y paramilitar, ante la negativa de los hospitales nacionales de atender a los heridos, bajo el argumento que era una orden de la entonces ministra de Salud, Sonia Castro.

“En los actos acontecidos en el año 2018 que atentaron contra la paz y estabilidad de la nación, algunas filiales de esta asociación actuaron en contra de estos principios (humanidad, imparcialidad, neutralidad) y de su acta constitutiva y estatutos, y la asociación misma transgredió las leyes del país al desatenderse y hasta apoyar este actuar de sus filiales”, se lee en la Ley 1152 o Ley de derogación del decreto legislativo número 357 y creación de la Cruz Roja Nicaragüense.

Hasta ahora, la Cruz Roja Nicaragüense, que se rige bajo los principios de Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y que cuenta con edificios, propiedades y vehículos en los diferentes municipios de Nicaragua, aún no se ha pronunciado sobre esa ley.

Según la legislación, aprobada con carácter urgente por los diputados sandinistas y sus aliados, la nueva CRN será un “ente autónomo, descentralizado, con personalidad jurídica, patrimonio propio, duración indefinida y plena capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones , la que será sucesora legal, sin solución de continuidad de la Asociación Cruz Roja Nicaragüense, creada mediante decreto legislativo número 357”.

La plana orteguista justifica con base a la Ley General de Salud, Ley 423, el traspaso de la CRN al Minsa, asegurando que la entidad cuenta con las competencias normativas y capacidades técnicas para encargarse de una “nueva Cruz Roja Nicaragüense, dentro de un modelo cristiano, socialista y solidario”.

Desde 2018, más de 3000 organizaciones sin fines de lucro de todos los tamaños y esfuerzos han sido clausuradas por la dictadura de Ortega en su intento de liquidar por completo a la sociedad civil nicaragüense.

CONFIDENCIAL publicó a inicios de abril de 2023 el reportaje “La Nicaragua confiscada: La nueva ola de robo de propiedades” que reveló que la dictadura ha confiscado ilegalmente más de 150 propiedades privadas que incluyen 87 que eran de oenegés canceladas por órdenes de Ortega y Murillo. Estas propiedades fueron entregadas a instituciones y ministerios del Estado.

Los orígenes de la Cruz Roja Nicaragüense

La legislación facilita la confiscación de los bienes de la CRN, que tiene 89 años de trabajo en Nicaragua, cuenta con 28 filiales en todo el país, 63 ambulancias, y en 2022 brindó 25 058 atenciones, según datos publicados en su página web.

La organización tiene sus orígenes en Nicaragua a raíz del terremoto que sacudió Managua el 31 de marzo de 1931. Sin embargo, fue hasta tres años después que se oficializó como organización humanitaria, reconocida por el Comité Internacional de la Cruz Roja, el 13 de septiembre de 1934.

También es miembro de la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja desde el 17 de octubre de 1934.

La CRN está constituida conforme los convenios de Ginebra, de los cuales Nicaragua es parte. “Tiene como objetivo promover la vida y la salud de las personas, prevenir y aliviar el sufrimiento de las personas en todas las circunstancias y hacer respetar la dignidad humana”.

Agregan que sus servicios humanitarios “se brindan sin distingo de raza, religión, condición social o credo político, dedicándose únicamente a socorrer a las personas en proporción a sus sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las urgencias”.

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