Destituyen el ministro de Economía cubano Gil Fernández
La decisión ocurre tras suspender la entrada en vigor de las principales medidas acordadas en diciembre
HAVANA TIMES – El Gobierno cubano anunció este viernes la destitución de Alejandro Gil Fernández como ministro de Economía y Planificación. Será sustituido, informa una nota difundida por la prensa oficial, por Joaquín Alonso Vázquez, actual presidente del Banco Central de Cuba (BCC).
En lugar de Alonso Vázquez fue nombrada Juana Lilia Delgado Portal, que había ocupado el puesto de directora de Operaciones en el BCC. Además, se «liberó por renovación» a Elba Rosa Pérez Montoya como ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, cargo para el que es nombrado ahora Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma.
Además, fue destituido Manuel Santiago Sobrino Martínez, hasta este viernes ministro de la Industria Alimentaria, uno de los sectores más golpeados por la crisis económica y peor valorados por los cubanos por su centralismo, pésima distribución y problemas de abastecimiento.
Este «movimiento de cuadros», como dice Granma con su habitual prosa, sucede después de que las autoridades suspendieran la entrada en vigor de las principales medidas económicas acordadas el pasado diciembre.
El miércoles, se aplazó la subida de precios de los combustibles y el jueves, la del transporte. Al anunciar la suspensión de la primera medida, Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía, esgrimió «la ocurrencia de un incidente de ciberseguridad en los sistemas informáticos para la comercialización de los combustibles cuyo origen se ha identificado en un virus desde el exterior». La misma razón dieron para no implementar las nuevas tarifas de transporte.
Los supuestos problemas en el sistema informático de Cimex ha afectado a las remesas desde Estados Unidos, que se encuentran suspendidas, tal y como comprobó este jueves 14ymedio.
Invitado habitual del programa Mesa Redonda, el aparente optimismo de Gil al anunciar cada medida parecía a prueba de balas, incluso ante los planes más descabellados
Sobrino se hizo tristemente célebre en 2020 cuando en una comparecencia televisiva detalló un plan para lograr en la Isla la soberanía alimentaria. Su propuesta pasaba por potenciar la industria de subproductos como las croquetas, utilizar las llamadas «gallinas decrépitas», incapaces ya de servir como ponedoras, y aprovechar las tripas. Los memes no se hicieron esperar.
Las malas noticias continuaron para el titular de la Industria Alimentaria y a lo largo de los últimos tres años tuvo que anunciar muchas malas nuevas. A mediados del pasado año Sobrino aseguró que para «garantizar una estabilidad en la producción de harina y los consumos tradicionales en un mes hay que comprar tres barcos de trigo, que cuestan unos 35 millones de dólares», a falta de liquidez, la situación, hasta entonces catalogada de «muy crítica», se había agravado.
En cuanto a Gil Fernández, ha sido hasta ahora uno de los hombres clave del régimen. Cuando fue nombrado ministro de Economía y Planeación por el mandatario Miguel Díaz-Canel, en 2018, era un desconocido. Al año siguiente ya sumaba el cargo de viceprimer ministro. Sobreviviente de varias crisis, incluida la debacle tras la llamada Tarea Ordenamiento, no tuvo suerte tras dar la cara por el paquetazo de medidas que, con la salida del ministro, recibe una estocada mortal por parte de la cúpula.
Invitado habitual del programa Mesa Redonda, el aparente optimismo de Gil al anunciar cada medida parecía a prueba de balas, incluso ante los planes más descabellados. Hermano de la presentadora María Victoria Gil, fue ella quien dio la mejor definición de lo que llegó a representar el «ministro sonriente»: es la persona «más odiada» por el pueblo junto a Díaz-Canel y Manuel Marrero, dijo en una entrevista.
Ahora, la pregunta que muchos cubano se hacen es si el Gil volverá a Londres, ciudad donde se desempeñaba como gerente de la compañía mixta Seguros Caudal y en la que «lo dejó todo», según su hermana, o si su castigo será permanecer en algún cargo menor, sin posibilidad de escape del país de cuya economía llevó la voz cantante.
La presentadora no auguraba un buen destino para su hermano y, ya entonces –en 2022– esperaba lo peor. «Ojalá encuentre la salida, o se vaya en el momento preciso», afirmó. No tuvo tiempo: sus superiores decidieron por él.