Cuatro congresistas de EEUU visitan al preso Alan Gross en Cuba

HAVANA TIMES (dpa) — Cuatro congresistas de Estados Unidos visitaron hoy en La Habana al norteamericano Alan Gross, con el objetivo de impulsar negociaciones para liberar al cooperante preso en Cuba desde hace más de cinco años.

“Es de interés de ambos países empezar con negociaciones, no sólo conversaciones”, pidió en una breve comparecencia de prensa en la isla la congresista por California Barbara Lee, que estuvo a la cabeza del grupo de cuatro parlamentarios del Partido Demócrata.

“Es tiempo para ambos países de hacer un compromiso serio de entrar en negociaciones sin condiciones previas”, agregó.

Gross purga desde 2009 una pena de 15 años en Cuba por delitos contra la integridad del Estado, después de que las autoridades cubanas lo detuvieran tras llegar a Cuba portando sofisticados equipos de telecomunicación prohibidos en la isla.

El caso de Gross es uno de los que más lastra las difíciles relaciones entre Washington y La Habana, que no tienen vínculos diplomáticos desde hace más de medio siglo.

Lee, Farr y los congresistas Gregory Meeks, de Nueva York; Sam Farr, de California, y Emanuel Clever, de Missouri, visitaron hoy en la isla a Gross. Los parlamentarios estuvieron con el contratista estadounidense durante una hora y media, según fuentes de la delegación.

El grupo se reunió después a almorzar con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, según las informaciones.

El objetivo de la visita es “usar nuestra voz para romper el hielo” en las relaciones entre ambos países, aseguró en La Habana el congresista Farr.

El gobierno de Raúl Castro ha ofrecido en varias ocasiones negociaciones a la Casa Blanca para realizar un intercambio por los agentes de inteligencia del grupo de los “Cinco” cubanos presos en Estados Unidos desde 1998 por espionaje.

Tres de ellos purgan aún prisión cárceles norteamericanas, uno de ellos condenado a doble cadena perpetua. Washington se niega a vincular ambos casos.

Gross, de 65 años, realizó a comienzos de abril una huelga de hambre de varios días exigiendo que Washington y La Habana lleguen a un acuerdo que lo saque de la cárcel y señaló poco después a través de sus abogados que está decidido a volver a su país en un año ya sea “vivo o muerto”.

El contratista, que trabajó para una firma asociada a la agencia de cooperación estadounidense USAID, niega los cargos que le imputaron en Cuba y asegura que su misión era facilitar el acceso a Internet a la comunidad judía en la isla.

La USAID estuvo en las últimas semanas en el centro de las críticas en Estados Unidos después de que una agencia de prensa norteamericana revelara que financió durante años un “Twitter cubano” clandestino en la isla para alentar protestas contra el régimen.