Crisis repentina para los productores de café de Nicaragua
Suspensión de CISA exportadora provoca zozobra entre cafetaleros
Productores no saben cómo harán para financiar las labores de corte, y temen que empresas comiencen a pagarles menos por su café para la exportación
Por Iván Olivares (Confidencial)
HAVANA TIMES – La empresa CISA Exportadora suspendió sus operaciones en Nicaragua, confirmaron a CONFIDENCIAL media docena de fuentes del sector cafetalero nicaragüense. La suspensión de los beneficios de café ‘El Carmen’ en el Pacífico y ‘San Carlos’ en la zona norte del país, mantiene en zozobra a los cafetaleros al considerar que se trata del principal exportador de café del país, así como de una fuente de apoyo técnico y financiero.
CISA Exportadora es propiedad de la compañía RCG Capital Management, que hace varios meses compró las operaciones e inversiones Mercon Coffee Group dirigido por el empresario José Antonio Baltodano, y ahora esta empresa internacional decidió retirar sus operaciones de Nicaragua.
Desde el pasado fin de semana, los productores que trabajaban habitualmente con la empresa fueron informados que no llevaran su café a los centros de acopio, porque estos estarían cerrados y no les recibirían el producto. Muchos de esos cafetaleros obtenían créditos (“habilitaciones”, en la jerga de los gremios productivos), para financiar sus actividades. Otros simplemente estaban vendiendo su cosecha a la empresa.
“Solo sabemos que cerraron las compras desde el fin de semana, y que no contestan nuestras llamadas”, por lo que “hay pánico entre los cafetaleros”, admitió un productor jinotegano.
Otro producto solo atinó a explicar que “yo les vendo café a ellos. El viernes me dijeron que estarían en auditoría sábado y domingo, y que por eso no iban a recibir café en los acopios”.
El cese de operaciones de la empresa está causando severos problemas a los productores a los que CISA Exportadora “habilitaba” por medio de Mercapital, que funcionaba como una especie de microfinanciera del grupo, los que ahora, presumiblemente, pasarán a ser deudores de la entidad que compre esa deuda.
“Con este desastre no nos reciben el café porque los beneficios están cerrados, y de todos modos tampoco queremos entregar nuestro café, porque podría quedar en un limbo”, aseveró un productor matagalpino, detallando un problema adicional: si antes productores como él entregaban el grano en los acopios de la empresa, ahora tienen que buscar camiones para que les transporten el producto.
La gravedad del problema aumenta al considerar el momento en que ocurre: cuando los productores requieren financiamiento para pagar el costo (salarios, alimentación, hospedaje, transporte) de la mano de obra encargada del corte; de beneficiar el grano (aquellos que sí lo hacen), y de llevarlo a los centros de acopio de los exportadores.
Golpe a la economía de los cafetaleros
Un economista, que habló bajo anonimato, vaticinó que los productores también se verán afectados por la disminución en el número de empresas que compiten por captar el grano para venderlo en los mercados internacionales donde, además de CISA Exportadora, también compiten OLAM y Atlantic, así como muchas otras de menor calado.
“Esto tendrá un impacto económico importante, pues encuentra a los cafetaleros en medio de la cosecha, y ahora las empresas comercializadoras que quedaron tendrán mayor poder para negociar a la baja los precios del café que lleguen a venderles”, explicó.
Esto ya comenzó a ocurrir, según el testimonio del productor matagalpino, quien declaró que los exportadores que quedaron están pagando 400 córdobas menos por el quintal de café pergamino oreado. Los únicos que se salvan de esa sangría a sus ingresos son aquellos que entregan café oro, porque a ellos les liquidan el producto conforme a los precios internacionales.
Una situación adicional que preocupa al gremio, es que la empresa tiene en resguardo las escrituras que los productores les entregaron para respaldar sus hipotecas, lo que los pone a la defensiva al considerar la inseguridad jurídica imperante en el país, especialmente en cuanto a temas de propiedad, además que al cerrarse Mercapital, y no estar ellos en posesión de sus escrituras, no pueden acudir a otras entidades financieras para pedir nuevas habilitaciones.
Beneficios no tienen capacidad
Otro elemento que afectará a muchos productores es el hecho que si CISA no se reactiva, los beneficios que siguen operando no tienen capacidad para procesar los 1.5 millones de quintales de café por año que manejaba la ahora extinta empresa.
Se espera que la cosecha del ciclo 2023 – 2024 se acerque a los tres millones de quintales, afectada por razones climatológicas y la carencia de mano de obra, entre otras.
Esto puede ser “desastroso para los productores porque estamos en plena cosecha, afectados por la caída del café causada por la lluvia; además que el grano no quiere madurar y se nos quedó verde; los precios bajan, suben, y están ahí fluctuando, además de la escasez de mano de obra. Espero que los productores no se desanimen con todo eso”, dijo otro productor preocupado por la nueva situación.