Concierto de campanas y sirenas: un día especial en Colombia

Por Rodrigo Ruiz Tovar (dpa)

Map of Colombia.  Illustration: kids.nationalgeografic.com
Map of Colombia. Ilustración: kids.nationalgeografic.com

HAVANA TIMES — Las campanas de los templos católicos y las sirenas de los bomberos se encargaron de demostrar que el de hoy no fue un día como otro cualquiera en Colombia, pues fue el primero en 52 años sin la confrontación entre el Estado y la guerrilla de las FARC.

“Se acabó la guerra en Colombia con las FARC”, exclamó el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, uno de los integrantes del equipo del Gobierno en la negociación con ese grupo, que empezó a finales de 2012 en Cuba.

Las negociaciones llegaron a su final el miércoles de la semana pasada, cuando las partes anunciaron un acuerdo final. Aunque falta la firma solemne del pacto, la confrontación terminó porque a las cero horas de hoy empezó a regir una declaración bilateral de alto el fuego definitivo.

Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) declararon varias veces treguas en su lucha en estas cinco décadas e inclusive permanecían sin ejecutar acciones ofensivas desde julio del año pasado.

Pero una declaración bilateral de cese del fuego definitivo, como las partes se empeñan en catalogar, es considerada como histórica.

Por eso en muchos templos católicos del país las campanas sonaron durante la jornada, no para convocar a los fieles a la misa, sino para celebrar el primer día sin la confrontación entre el Estado y las FARC.

Las sirenas de los bomberos se unieron al “concierto”, mientras que en algunos pueblos azotados por cinco décadas de violencia en el marco del conflicto armado, como en Cabrera, en el departamento de Cundinamarca (centro), las banderas de Colombia amanecieron izadas en las casas.

“Si miran las estadísticas, en los últimos 10 años murieron cerca de 3.000 soldados cumpliendo con su deber y cientos de nuestros policías fueron asesinados por las FARC. Eso termina el día de hoy”, dijo Jaramillo en una comparecencia del equipo negociador del Gobierno en la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo).

Por su parte, el jefe de la delegación gubernamental en las negociaciones en La Habana, Humberto de la Calle, reflejó emoción al referirse al primer día del alto el fuego bilateral.

“Después de cuatro años de alzas y bajas, personalmente anoche sentí una gran emoción porque después de 52 años y siete millones de víctimas es un hecho enorme”, dijo.

“Sonaron las campanas de las iglesias y las sirenas de los bomberos. En el ambiente percibimos una gran efervescencia”, agregó el ex vicepresidente.

El primero en mostrar su satisfacción por el inicio del alto el fuego fue el propio presidente Juan Manuel Santos, quien al inicio del día escribió en Twitter: “Este 29 de agosto empieza una nueva historia para Colombia. Silenciamos los fusiles. ¡Se acabó la guerra con las FARC!”.

En Toribío, uno de los municipios del departamento de Cauca (suroeste) más afectados por los ataques de las FARC, se escucharon expresiones de satisfacción, pero también de reclamo para que la atención a las víctimas, uno de los ítems de las negociaciones, sea rápida.

“Las FARC y el Gobierno tienen una gran deuda con nuestro pueblo y queremos que reparen a las víctimas”, dijo Gerardo Delgado, un habitante de ese pueblo, que en julio de 2011 sufrió la destrucción de 400 casas en un atentado con explosivos de las FARC.

El grupo guerrillero se dedicará ahora a organizar su décima conferencia desde su creación, en 1964, en la cual los comandantes explicarán a las bases el alcance de los acuerdos.

Dicha reunión, que se realizará del 13 al 19 de septiembre en una zona selvática en límites de los departamentos de Caquetá y Meta (sur), será la primera en la historia de las FARC que se realizará con el aval del Gobierno.

Los guerrilleros tendrán ahí la misión de declarar el final de su lucha armada para convertirse en un movimiento político legal.

Mientras se cumple la última conferencia guerrillera, las partes podrán definir la fecha para que Santos y Rodrigo Londoño, el máximo líder de las FARC que es más conocido con el alias de “Timochenko”, estampen sus firmas en el acuerdo de paz, de 297 hojas.

Lo único que se sabe de ese acto es que se cumplirá entre el 20 y 30 de septiembre en Colombia (en Bogotá o Cartagena de Indias), en La Habana, a manera de gratitud por haber sido la sede de las negociaciones, o en Nueva York en la sede de las Naciones Unidas, organismo que verificará la concentración de los guerrilleros y la entrega de sus armas.

Este último escenario parece ser el más firme candidato no solo por el papel verificador de las Naciones Unidas, sino por la carga simbólica que Colombia quiere darle a su proceso de paz ante el mundo.

“Estamos evaluando si podría haber una firma en el marco de la Asamblea General de la ONU. Lo estamos conversando con las FARC. En su momento diremos dónde será la firma”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín.