¡Adiós trincheras!: Así comienza el fin del conflicto en Colombia

Por Tatiana Rodríguez (dpa)

Map of Colombia. Illustration: kids.nationalgeografic.com
Map of Colombia. Illustration: kids.nationalgeografic.com

HAVANA TIMES — Un día después de que el Gobierno colombiano y las FARC firmaran el alto el fuego bilateral y definitivo que incluye el desarme de la guerrilla, comenzó en varios municipios del país el desmonte de trincheras que por más de medio siglo fueron el refugio de la guerra.

Uno de los poblados que le dijo adiós a las trincheras fue Ituango, en el departamento de Antioquia (noroeste), que con cerca de 25.000 habitantes vivió por décadas y muy de cerca la peligrosa presencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Para el alcalde de Ituango, Hernán Álvarez, el acuerdo firmado este jueves por las partes en Cuba “demuestra que no hay vuelta atrás” y que “por fin comenzará la reconstrucción de una sociedad golpeada por la guerra”.

“La ciudadanía está muy contenta porque siempre hemos anhelado poder vivir en paz, poder ver la terminación de este conflicto y por eso estamos muy esperanzados con este anuncio y con la llegada de una paz duradera”, dijo Álvarez a dpa.

Aunque el desmonte de las trincheras que protegían la Alcaldía y la estación policial del municipio estaba programado desde hace varias semanas debido a una adecuación locativa en el parque principal, Álvarez afirma que “ya no serán necesarias”.

“Es que no las van a volver a montar simplemente porque el actor armado (las FARC) bajó la guardia casi por completo y no volvió a atacar el municipio, entonces ya no son necesarias”, detalló el mandatario al señalar que “la coincidencia tiene un mensaje claro y es de paz”.

En los vecinos municipios de Remedios y Dabeiba también fueron desmontados uno a uno los sacos de arena que por años protegieron a los policías y soldados de los ataques mayormente perpetrados por los frentes 18 y 26 de las FARC, unos de los más fuertes de la guerrilla.

Esta región del país, con salida al Océano Pacífico, ha soportado además los enfrentamientos entre las FARC y los paramilitares, quienes en su obsesión por perseguir a la guerrilla asesinaron a su paso a cientos de campesinos inocentes acusándolos de pertenecer a las filas subversivas.

El gerente de Paz en Antioquia, un programa liderado por la Gobernación departamental, Luis Pardo, indicó que lo vivido en esos tres municipios hace parte de lo acordado en la mesa de negociaciones de La Habana.

“Ituango, Dabeiba y Remedios van a ser ejes del postconflicto y este es un buen gesto de la Policía. La Policía ya sabe que no será atacada por las FARC y ese es uno de los territorios donde las FARC son más fuertes. Esto nos muestra que la cosa va en serio”, señaló Pardo en diálogo con la revista “Semana”.

De acuerdo con el Ministerio de Defensa, estos tres municipios, además de Vigía del Fuerte, están dentro de las 31 zonas veredales de concentración en las que las FARC entregarán progresivamente las armas bajo la observación de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El aire de esperanza que se respira en el país también se sintió este jueves en las plazas centrales de varias ciudades como Bogotá, Bucaramanga, Cali, Medellín, entre otras, en donde miles de personas celebraron con un entierro simbólico la muerte del conflicto bajo la consigna “que en paz descanse la guerra”.

En la capital colombiana, la Alcaldía dispuso de una inmensa pancarta en blanco para que los asistentes a la céntrica Plaza de Bolívar escribieran allí sus deseos de esperanza y paz para el país que ha vivido el conflicto armado interno más longevo del hemisferio.

Los mensajes positivos que inundaron las redes sociales, así como las lágrimas y los abrazos de felicidad, contrastaron con el escepticismo de un amplio sector de la sociedad que se ha declarado en contra del proceso de paz.

No obstante, y en medio de la polaridad, la última palabra se conocerá con los resultados del plebiscito que el Gobierno realizará al parecer en septiembre próximo para refrendar los acuerdos una vez se logre la firma final entre las partes.

Como lo ha repetido el presidente Juan Manuel Santos, si gana el sí, los acuerdos serán implementados, pero si gana el no, “la guerra continuará y el proceso de paz habrá finalizado”.