En Nicaragua, Rubén Darío es prácticamente un desconocido

La deuda de Nicaragua en el centenario

Darío con Luis H. Debayle
Darío con Luis H. Debayle.  Foto: cortesía

 
Dánae Vílchez  (confidencial.com.ni)

HAVANA TIMES — La obra literaria de Rubén Darío, la máxima representación de nuestra literatura y una de los mayores de la lengua española, es aún desconocida en el país, dijeron escritores y académicos entrevistados por Confidencial.

El director del departamento de Español de la Universidad Autónoma de Nicaragua (Unan-Managua), Roberto Aguilar, considera que la falta de conocimiento sobre el autor cumbre de nuestra literatura se debe a la manera monótona en que se enseña. “A pesar de que se le transmite al alumno idolatría por Darío, somos hijos de Darío, no profundizamos para disfrutar la obra y lo limitamos a Azul en primer año, Azul en segundo año (…) y eso es apenas una mínima parte de Darío”, expresó.

Para Aguilar, conocer al autor implica comprender el momento histórico en que vivió y lo que significó su verdadera revolución en la lengua española, que según el maestro, durante el último tercio del siglo XIX, estaba agónica y no competía con otras lenguas universales como el inglés, el francés o el italiano.“Fue con Darío y el modernismo que la lengua revivió y adquirió el brillo que tiene actualmente”, aseguró Aguilar.

La escritora Estela Calderón, organizadora de la Promotora Cultural Leonesa, coincide con que el modelo de enseñanza repetitivo no es una novedad y refleja un descuido del Ministerio de Educación a lo largo de los años. “Es una manera repetitiva aún dentro de los programas escolares. Desde que yo estuve en primaria es Caupolicán, es A Margarita Debayle, son esas cosas”, dijo Calderón.

El decreto de Ortega

Estos son días en los que la figura de Rubén Darío resuena mucho. Diferentes grupos y organizaciones celebran el centenario de la muerte del escritor, ocurrida en 1916. El gobierno del comandante Daniel Ortega publicó un decreto en el que manda a las instituciones del Estado a celebrar al poeta. En directriz oficial orienta que se usarán “frases e imágenes que reflejen su Grandeza” y proclama el Año 2016 para celebrar a Darío, en el “sol que alumbra las Nuevas Victorias”.

Para el investigador dariano y ex ministro de educación, Carlos Tünnermann, esa frase demuestra claramente un manoseo político a la figura del escritor. “En ese decreto, ese como lema que han puesto, Darío que alumbra el sol de las nuevas victorias, realmente tiene una connotación política partidaria y olvidan que Darío denunciaba y rechazaba la politiquería, eso es pura politiquería, y él la calificaba de política fangosa”, dijo Tünnermann. “Los políticos tratan a Rubén Darío como que fuera un boxeador y se dan hasta el lujo de ponerse a la par”, añadió la poeta Calderón.

El centenario del nacimiento en 1967

En contraposición con el decreto de Ortega, publicado con solo un mes de anticipación al 6 de febrero, el centenario del nacimiento de Darío en 1967 se preparó con más de dos años organización. Desde 1964 el gobierno de René Schick emitió un decreto para celebrar los cien años del natalicio del escritor. Para esa efeméride, se conformó una comisión que coordinaba todas las actividades, liderada por el ministro de Educación, José Sansón Terán, e incluía a los rectores de la UCA y la UNAN-León, el padre León Pallais y Carlos Tünnerman, respectivamente. También participó el presidente de la Academia de la Lengua de ese entonces, Pablo Antonio Cuadra.

Carlos Tünnermann denuncia “manoseo político” en decreto oficial. Académicos cuestionan la forma monótona y repetitiva cómo se enseña.

Para el investigador literario Erick Blandón, la forma en cómo se organizo está celebración marcó un hito en la historia nicaragüense, pues el gobierno de Schick logró convocar a todos los sectores del país, que depusieron sus diversidades políticas y se juntaron en torno a la figura de Darío.

“Esa fiesta fue celebrada, bajo lo que Ernesto Mejía Sánchez denominó la ‘pax dariana’ que terminó el 22 de enero de 1967. Fue importante que fue un año de muchos estudios en los que participaron intelectuales de alto nivel y exaltaron la figura de Darío como universal”, aseguró Blandón.

Esta comisión además tuvo un presupuesto aprobado por la Asamblea Nacional. Con ese dinero, organizaron las actividades y publicaron varias obras del autor. El profesor Aguilar considera que esa manera de celebrar a Darío no se ha vuelto a repetir con otras fechas importantes.

“No ha habido nada parecido, ni con el centenario de Azul, ni con el centenario de Prosas Profanas y ahora pues con el centenario del fallecimiento lo que hemos visto han sido escaramuzas literarias, desligadas cada una de la otra por razones que desconocemos”, manifestó Aguilar

La celebración de Darío en León

León es la cuna de los ‘darianos”. Darío pasó sus primeros años en esa ciudad, aunque nació en Metapa (Ciudad Darío) el 18 de enero de 1867. Después de vivir en Francia, Argentina y Chile, regresó ya moribundo a esa ciudad y es ahí donde se encuentra su tumba.

Este 18 de enero se inauguró el catorceavo simposio Dariano, con un desfile militar, con la participación del cuerpo diplomático, la iglesia católica e invitados internacionales. La organizadora del evento, la diputada sandinista Maria Manuela Sacasa, aseguró que sigue con los lineamentos establecidos por la orden presidencial.

“Nosotros no estamos haciendo manoseo político, como ustedes ven aquí hay participación de todo el mundo. Lógicamente que sí nos ha mandado el gobierno central, del compañero Daniel, a aprender de Darío, pues debemos estar agradecidos el pueblo de Nicaragua”, dijo Sacasa a Confidencial.

No obstante, no todos los escritores lograron participar. El poeta leonés Carlos Perezalonso denunció a través de las redes sociales que la feria del libro organizaba en el parque central de León fue boicoteada por una orden política, supuestamente por que exhibía en esa actividad libros de escritores “prohibidos” por los organizadores del simposio.

“El argumento te lo voy a repetir casi literal y con el mismo gesto que hizo: Hay que recordar que nosotros dependemos del Frente Sandinista. Yo alegué que vine a un evento cultural, no vine a un acto partidario. Renuncié también a clausurar el simposio como me correspondía”, dijo el poeta.

El acto central del simposio tuvo lugar en el teatro municipal de la ciudad José de la Cruz Mena, en el que el director de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), Darío Villanueva, pronunció un discurso exaltando la obra del escritor nicaragüense y lo comparó con el grande de la literatura española, Miguel de Cervantes.

“Yo digo que a Darío hay que leerlo todo. Es uno de los autores más estudiados en todo el mundo, incluyendo todos los departamentos de español de universidades en países donde no hablan español”, dijo Villanueva.

Sobre el limitado estudio que hay en Nicaragua sobre nuestro escritor insignia, el académico aseguró que “no es quien para darle consejos a las universidades nicaragüenses”.“Acabo de recibir el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de León (UNAN-León). Según hablé con el rector se dedican más a hacer estudios de tipo científico técnico”, se justificó el director de la RAE.

Escaso estudio sobre Darío

El estudio sobre Darío en Nicaragua no corresponde con el culto y el halago que se le hace al poeta. En la actualidad, no existe una cátedra ‘dariana’ en las universidades y tampoco una publicación de sus obras completas. Si bien varias instituciones culturales privadas realizan actividades exaltando la figura del escritor, no existe un trabajo nacional para fomentar la investigación sobre sus libros.

“El Darío que estamos perdiendo es el de un testigo de lujo de una época de cambios, quizás el momento más importante de cambios en la vida cultural de America Latina, cuando estábamos pasando de un sistema casi feudal, heredado por la colonia, al ámbito urbano”.

Para el profesor Aguilar lo que hay son “vigores dispersos”. “Lo que tenemos son varios clubes o varias tribus que se pelean por el honor de estudiar y cada quien hace sus eventos, algo parecido a lo que pasó con el cerebro de Darío. El mismo Darío hubiera querido que se unieran, pero siguen despatarrados”, dijo el maestro de la UNAN-Managua.

Para él, uno de los problemas principales en torno al desconocimiento sobre el poeta radica en que no se toma en cuenta a los maestros de educación secundaria o de las universidades para instruirlos en profundidad sobre Darío.

“Debería haber un programa sistemático de encuentros entre los intelectuales y los maestros de aula. Pero un autor importante, realiza un estudio, publica un libro, y lo manda a todas embajadas del país, se lo manda a todos los empresarios que no leen, pero no mandan un solo ejemplar a las bibliotecas de los colegios públicos, menos a los maestros”, expresó Aguilar.

En este mismo sentido, el investigador Blándon considera que no existe voluntad por estudiar al verdadero Darío y su obra. “No creo que en Nicaragua haya espacio para el debate por que hay un miedo a discutir a fondo a Darío. Siempre ha habido sepultureros que se han encargado de cuidar que no salga de la fosa que le hicieron”, aseguró.

El Darío que nos estamos perdiendo

Los escritos de Darío incluyen poesía, prosa, ensayo y crónica periodística, que juntas destilan su visión de la sociedad en los 49 años que le tocó vivir. Sin embargo, los pensum escolares y universitarios poco ahondan sobre el pensamiento del autor.

“El Darío que estamos perdiendo es el de un testigo de lujo de una época de cambios, quizás el momento más importante de cambios en la vida cultural de America Latina, cuando estábamos pasando de un sistema casi feudal, heredado por la colonia, al ámbito urbano”, expresó Aguilar.

Para la escritora Esthela Calderón, es importante recalcar que Darío fue un hombre muy crítico de la sociedad de su tiempo y se expresaba a través de sus crónicas, escritas para el diario La Nación, de Argentina.

“Darío es el creador de una literatura que interroga, que cuestiona, que propone, no una simple literatura que no propone nada, que no discute, que no especula. Yo creo que hacia ese Darío, que es lo que él hace realmente en la literatura, es que nos debemos acercar”, añadió el profesor Blandón.