Una visita a la Universidad Indígena de Venezuela

Fotorreportaje por Caridad

HAVANA TIMES — Al amanecer llegamos a Ciudad Bolívar, pero luego del viaje de más de 10 horas tuvimos que esperar, en la Terminal, a que alguna guagua saliera vía Maripa “la puerta a Amazonas”, para quedarnos un poco antes, en Tauca.

Luego de 3 ó 4 horas, en esa otra camioneta, nos esperaba otro largo camino con mochilas al hombro, a pie.

La idea era conocer la Universidad Indígena, compartir unos días con los alumnos, coordinadores y profesores voluntarios para unirnos a ellos en el nuevo curso.

En una pequeña cabaña hecha de arcilla, adobe y bejuco, colgamos nuestras hamacas, despreocupadas de las alimañas que suelen rondar la sabana en épocas menos secas. El sol durante todo el camino fue tan intenso como para solo pensar en dormir una vez que se hizo de noche.

Llovió, pero no lo suficiente como para suavizar la tierra casi cuarteada.

Antes de las 6 de la mañana los pájaros y unos niños jugando junto a la puerta de la cabaña nos hicieron despertar. Los pájaros se fueron en cuanto abrimos la puerta, los niños – hijos de uno de los coordinadores de la universidad – nos sonrieron con sus ojos llenos de picardía y también se escabulleron tras los pájaros.

A la hora del desayuno supimos que eran Ye´kwanas y enseguida nos hicimos amigos.

Recorrer la universidad no es cosa que pueda hacerse en un día, al menos no en un día de tanto calor en medio de la sabana.

Un pequeño río (o caño) escondido en una arboleda, ayuda a los muchachos (y algunas muchachas) a suavizar un poco los efectos del sol al que muchos no están acostumbrados, pues vienen de zonas donde la humedad y sombra de los árboles ahuyenta la sensación de calor.

La mayoría de los alumnos ya estaban saliendo de regreso a sus comunidades. Pero tuvimos la suerte de estar junto a un grupo en un pequeño acto de fin de curso, y como las fiestas son para divertirse, colgué mi cámara al cuello de uno de ellos y me uní al baile de los ye´kwanas y al canto de los wotjüja.

En solo 4 días hicimos buenos amigos a los que no hemos vuelto a ver, nuestra idea de unirnos como voluntarias no hemos podido hacerla realidad, aunque por allá nos esperan con los brazos abiertos.

Cada cosa tiene su momento, dicen – y me digo- así que no pierdo la esperanza de que pronto me llegue la oportunidad.

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2 thoughts on “Una visita a la Universidad Indígena de Venezuela

  • Caridad, muy linda la descripcion de tu paseo por la selva pero, que se estudia alli?, quienes van?, quienes son los profesores?, se combina el indigenismo con la ciencia?. Eso es lo interesante de esta universidad pero de eso nada se menciona.

  • Hola Atanasio, me alegro que le interese el tema, era la idea del fotorreportaje, en un próximo post hablaré de eso. Saludos

Comentarios cerrados.