Santos califica de “descabelladas” las acusaciones de Maduro

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Foto: wikipedia.org

HAVANA TIMES (dpa) — El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, calificó hoy de “descabelladas” las acusaciones de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, sobre un supuesto complot del que haría parte Bogotá para desestabilizar al gobierno del vecino país.

“Es descabellado pensar que el gobierno colombiano está enterado o, peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar el gobierno de Venezuela”, dijo Santos durante un acto público en la ciudad de Palmira (suroeste).

“Si nosotros somos los más perjudicados con cualquier problema que tenga Venezuela. Lo que queremos es que le vaya bien a Venezuela.

Vamos a mantener el espíritu de ese acuerdo que hicimos en la Quinta de San Pedro Alejandrino”, añadió.

Santos recordó así la reunión que sostuvo el 10 de agosto de 2010 en ese museo de la ciudad colombiana de Santa Marta con el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, tras la cual se anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

Chávez había roto las relaciones un mes antes, debido a acusaciones del entonces presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe (2002-2010), sobre un supuesto apoyo venezolano a la guerrilla colombiana.

Apenas unas pocas horas después de jurar como presidente de Colombia en reemplazo de Uribe, Santos se entrevistó con Chávez en Santa Marta para restablecer los vínculos.

“Creemos que para el bien de Colombia y de Venezuela, cualquier malentendido lo podemos resolver civilizadamente, con prudencia, por las vías diplomáticas”, dijo Santos.

Maduro planteó este jueves la posibilidad de que su país deje de colaborar en el proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por lo que calificó de “traición” de Santos al reunirse el miércoles pasado con Henrique Capriles, líder de la oposición venezolana.

El gobernante venezolano acusó a Santos de haberse “cohesionado” alrededor de un plan para desconocer a su gobierno y derrocarlo.

El jefe del equipo negociador del gobierno colombiano en el proceso de paz, Humberto de la Calle, calificó de “preocupante” la tensión que surgió entre Colombia y Venezuela, que eventualmente puede llevar al retiro de Caracas como facilitador del diálogo.

“Eso es muy preocupante (…) Queremos seguir contando con Venezuela en la mesa de La Habana”, dijo De la Calle en declaraciones a la cadena de radio Caracol.

“El papel de ellos ha sido muy importante en la conducción de los diálogos y de verdad esperamos que no se interrumpa”, añadió.

De la Calle se abstuvo de responder más preguntas sobre el tema y dijo que la delegación del gobierno seguirá trabajando en Bogotá de cara al inicio de las negociaciones sobre el segundo punto de la agenda de diálogo, referido a la participación en política ante la eventual desmovilización de los guerrilleros.

Los representantes de la administración Santos y de las FARC iniciaron el proceso de paz hace siete meses y el pasado fin de semana anunciaron un acuerdo sobre el desarrollo agrario integral, el primer punto de la agenda, por lo que convinieron encontrarse de nuevo en La Habana el 11 de junio.

Por su parte, el ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) afirmó que no pasará nada si Venezuela deja de ser uno de los países facilitadores, pues la negociación ya adquirió una dinámica propia y solamente es entre el gobierno colombiano y las FARC.

“Si Venezuela se retira del proceso de paz no va a pasar absolutamente nada. La paz la hacemos los colombianos y la guerrilla. Si Venezuela se retira, ahí hay mas países que seguramente querrán acompañar el proceso de paz”, dijo Pastrana.

“La paz de Colombia no depende de Venezuela, no depende de Nicolás Maduro”, agregó, tras exigir un fuerte pronunciamiento del Ministerio de Relaciones colombiano por las recientes declaraciones del presidente del vecino país.

Los gobiernos de Noruega y Cuba participan como garantes en el proceso de paz que busca poner fin a un conflicto de cinco décadas en Colombia, mientras que Chile y Venezuela actúan como facilitadores.