Japón: Sistemas de alerta ahogados por el tsunami

Por Kanya D’Almeida

HAVANA TIMES, 17 marzo (IPS) — El avanzadísimo sistema de alerta de desastres de Japón evitó una mayor cantidad de muertes tras el terremoto de nueve grados en la escala de Richter la semana pasada, pero no pudo con el tsunami, que ahogó la capacidad de reacción de éste, el tercer país más industrializado del mundo.

El movimiento telúrico dejó 100 personas muertas. Pero la posterior ola de 10 metros mató a 3.200 más en 12 prefecturas, aunque otros datos menos conservadores indican que por lo menos fueron el doble. Se estima que en los próximos días la cantidad de fallecidos llegue a 10.000.

Además, hay más de 15.000 desaparecidos en las zonas afectadas, informó la prensa oficial.

Sólo en Fukushima se desconoce el paradero de 1.200 personas, cantidad que seguramente aumente hacia el fin de la semana. Más de 10.000 quedaron varadas en la prefectura de Iwate y 1.000 más en Miyagi y Fukushima.

La localidad de Minami Sannriku, en la prefectura de Miyagi, y la de Otsuchi, en Iwate, son las más afectadas con unas 20.000 personas, alrededor de la mitad no habían tenido contacto con el exterior hasta el martes.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de la Asistencia Humanitaria (OCHA, por sus siglas en inglés) envió el lunes a Tokio su equipo de Coordinación y Evaluación de Desastre (Undac, por sus siglas en inglés), a pedido del gobierno japonés, para coordinar el flujo de asistencia extranjera.

“El equipo colabora con la gestión de información y los ofrecimientos de asistencia”, declaró a la prensa Martin Nesirky, portavoz del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este miércoles 16 “despachó una misión de reconocimiento a Fukushima y Miyagi”.

La Undac desempeña un papel más limitado porque las autoridades japonesas están preparadas para dirigir el grueso de la búsqueda y los rescates. Su misión es ofrecer algunos servicios específicos y deferir al gobierno para las grandes decisiones.

“Undac ofrece asesoramiento sobre servicios y productos internacionales que llegan al país para disminuir las contribuciones no solicitadas”, dijo Stephanie Bunker, portavoz de OCHA en Nueva York, a IPS.

“Es una tarea muy importante. La gente tiene buenas intenciones, pero un exceso de asistencia sin coordinación no es bueno”, añadió.

El equipo de respuesta de desastres está integrado por siete personas de Francia, Gran Bretaña, India, República de Corea, Suecia y también Japón. Se creo un Centro de Coordinación y Operaciones en el lugar para distribuir información a la comunidad internacional en los próximos días.

Unas 420.000 personas fueron evacuadas de las zonas donde golpeó el terremoto y el tsunami, de las cuales casi la mitad son de Miyagi y el resto de Fukushima, Iwate, Ibaraki, Tochibi y Aomori, informó OCHA.

“No tenemos estimaciones sólidas del costo total que implica el desastre”, dijo Bunker a IPS. “Es muy pronto para tener una cifra coherente”, apuntó.

Casi 4.000 edificios en el noreste de Tohuku fueron totalmente destruidos y otros 55.000 quedaron muy dañados por el terremoto, el tsunami y los incendios.

La Autoridad Nacional de la Policía Japonesa informó que la rotura de caminos y puentes virtualmente paralizaron gran parte del sistema de transporte.

Casi 850.000 hogares clientes de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio y de Tohuku carecen de agua, de gas y de electricidad, una crisis se extiende más allá de las cuatro prefecturas más afectadas.

La falta de alimentos y agua empeora cada hora.

La Cruz Roja japonesa comenzó a ofrecer asistencia médica y psicológica a sobrevivientes y evacuados.

“Nunca vi algo tan terrible como esto”, señaló Tadateru Konoé, presidente de la Cruz Roja japonesa, tras visitar la prefectura de Iwate.

Unos 430.000 evacuados residen en menos 2.500 sitios provisorios como escuelas y otros edificios públicos, según la organización.

“Llegan muchas personas a los hospitales con hipotermia y en riesgo de sufrir neumonía. Muchas personas padecen las consecuencias de haber bebido agua contaminada durante el tsunami”, señala el informe de prensa.

Japón acepta la asistencia especializada de algunas agencias humanitarias, pero despliega una extraordinaria resiliencia y muestra una gran eficiencia frente al desastre.

Más de 100.000 efectivos, 95.000 bomberos y 920 unidades de la policía trabajan sin cesar evacuando personas en peligro, ubicando personas desaparecidas y distribuyendo suministros lo más rápido posible.

El ejército y la policía rescataron más de 2.200 personas y la guardia costera y la Agencia de Gestión de Desastres e Incendios casi otras 3.000, entre las cuales 970 estaba en poblados aislados, indicó OCHA.

Además ya se repararon 121 caminos y 28 puentes, lo que facilita las operaciones de asistencia y de rescate.