HAITÍ: Hora de construir una sociedad justa

Por William Fisher

HAVANA TIMES, 1 feb (IPS) — Tras el terremoto en Haití, grupos de la sociedad civil piden a Estados Unidos y a la comunidad internacional que reviertan décadas de discriminación política y racial y que basen los esfuerzos de reconstrucción en los derechos humanos, la transparencia y el respeto a la dignidad de todos los haitianos.

El reclamo fue realizado este lunes en una declaración conjunta del Centro de Derechos Constitucionales, el Centro por los Derechos Humanos y la Justicia Mundial, el Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití, Socios en la Salud/Zanmi Lasante, el Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos (Centro RFK) y TransAfrica Forum.

Monika Kalra Varma, directora del Centro RFK, dijo a IPS que “a lo largo de los años, Haití ha sido moldeado por promesas rotas”.

“Los donantes violan sus obligaciones en materia de derechos humanos cuando prometen y no cumplen con la entrega de fondos a Haití para satisfacer las necesidades de la población, en especial cuando se trata de agua, educación y servicios de salud”, afirmó.

Algunos expertos en desarrollo que han trabajado en Haití durante años y hablaron con IPS pidieron mantenerse en el anonimato porque tienen familiares y amigos que participan en los esfuerzos de socorro.

“Cientos de millones de dólares en ayuda para el desarrollo han ido a parar a las elites de Haití (gobernantes, empresarios y militares) a expensas de la gente común”, denunció una fuente.

“Estas elites han abusado de la ayuda internacional y no han hecho nada para crear un sistema de educación, un sistema de salud pública ni una infraestructura significativa”, añadió.

La política racial también ha tenido un papel importante en la historia de este país caribeño. Las elites haitianas “tienden a tener piel más clara que la vasta mayoría de los haitianos”, observó la fuente.

En cierto momento de la historia, Haití se dividió en secciones separadas para ciudadanos de piel oscura y de piel clara. En 1806, el norte del país estaba controlado por negros y el sur por mulatos.

Eso fue apenas cinco años después de que un ex esclavo negro, Toussaint Louverture, se transformara en líder guerrillero y derrocara al gobierno francés, aboliera la esclavitud y se proclamara gobernador general de un gobierno autónomo. Por varias décadas, Haití fue obligado a pagar enormes compensaciones a los antiguos propietarios de esclavos.

Robert Maguire, profesor del Trinity College de Washington, D.C. y experto en asuntos haitianos, dijo a IPS que la historia de la asistencia a Haití ha sido una compleja combinación de corrupción de la elite gubernamental y empresarial del país con los intereses creados del sector privado internacional, que veía a Haití como “un país con dictadura estable y bajos salarios”, muy útil para fabricar productos textiles a bajo costo.

Maguire, asesor del Instituto de la Paz de Estados Unidos, propone formar un cuerpo de servicio cívico integrado por los jóvenes haitianos sanos que están acampando en Puerto Príncipe y sus alrededores.

“Podrían comenzar por el centro de la capital, pero también plantar árboles, trabajar la tierra y brindar servicios en el interior”, sugirió.

El periodista Eric Michael Johnson escribió en el diario electrónico The Huffington Post (www.huffingtonpost.com)  que “Haití tiene una histórica e insana dependencia del comercio y el financiamiento exterior, desde los tiempos coloniales del cultivo de azúcar hasta los tiempos actuales de ayuda de los países industrializados”.

“Ahora, los mismos políticos y las elites financieras que ayudaron a crear este caos proponen un programa aun mayor con la misma orientación”, advirtió.

Johnson recordó que “desde 2004, las exportaciones de Haití a Estados Unidos aumentaron 32 por ciento, y en el mismo período, el salario mínimo cayó 36 por ciento”.

Kalra Varma, del Centro RFK, comentó que “con demasiada frecuencia, la ayuda tarda en llegar, es descoordinada y se planifica sin consulta a las personas más afectadas”.

“Ahora tenemos la oportunidad de romper con ese pasado y hacer que la asistencia se ofrezca de manera de garantizar el derecho fundamental de los haitianos a los alimentos, al agua y a la salud”, exhortó.

Loune Viaud, director de planificación y operaciones estratégicas de la organización Zanmi Lasante, advirtió que “la única manera de evitar una escalada de esta crisis es que la ayuda internacional adopte una visión de largo plazo y se esfuerce por construir un Haití más fuerte, con un gobierno que pueda garantizar los derechos humanos básicos de todos los haitianos y una nación empoderada para exigir esos derechos”.

Los grupos citaron esfuerzos de socorro del pasado que fueron descoordinados, impredecibles y sin participación comunitaria, con lo que causaron un mayor sufrimiento. Por esto, llamaron a la comunidad internacional a aprovechar esta oportunidad para promover los derechos humanos y la sostenibilidad en el asolado país caribeño.