¿Cómo viven los médicos cubanos la crisis en Venezuela?

Médicos cubanos en Venezuela. Foto: Tomada del perfil del Minsap en Twitter.

 

Por El Toque

HAVANA TIMES – Es la primera misión de Bernardo. Ir a Venezuela es, al parecer, una condición para aspirar luego ir a otro país. Como médico hubiera preferido Brasil, pero esa opción ya no es posible.

Aterrizó en la Amazonía en helicóptero. También era su primera vez volando así. El pueblo al cual fue asignado no tiene electricidad. La subestación eléctrica se quemó hace par de años y sigue sin ser sustituida o reparada.

Muy cerca, a menos de dos kilómetros, está la frontera colombo-venezolana. Donde ha vivido desde entonces no tiene acceso a Internet. A menudo Bernardo ha debido cruzar el río y llegar a tierra colombiana para comunicarse con su familia en Cuba.

Le advirtieron que no debía hacerlo, pero esa es la única forma de mantener el contacto con su esposa. A veces le pide a algún amigo venezolano que pase la frontera y se conecte con su teléfono. Entonces, en cinco minutos de conexión, se envían los mensajes por Imo y WhatsApp.

Cuando a inicios de este 2019 revivieron las tensiones fronterizas entre ambos países —a raíz del intento de entrada de material humanitario por la frontera— la familia de Bernardo, en Matanzas, comenzó a preocuparse.

“Nunca nos dijo que temía por su seguridad, pero empezamos a notarlo nervioso cuando la cosa se puso fea”, comenta la esposa.

“Pasamos dos días sin comunicarnos con él y después supimos que los habían trasladado a otro lugar lejos de allí [de la frontera]”.

“El momento más tenso para mí fue aquellos días de la “ayuda humanitaria” —cuenta Bernardo a través de Messenger. Aunque en el pueblo las cosas estaban normal, la gente andaba un poco alterada. Creí que si la cosa se ponía fea nos iban a mandar para Cuba, y hasta teníamos algunas cosas recogidas por si acaso, pero luego nos movieron y ya estamos mejor”.

Sin embargo, luego de la tensión fronteriza, vino el apagón de 100 horas. Para los venezolanos fue el clímax de una crisis energética que se repite desde 2011, pero para Bernardo fue “pan comido”. “Allá en el pueblo de la zona amazónica nos habíamos tenido que acostumbrar a vivir sin electricidad —dice. Y en eso de cargar agua tengo vasta experiencia de cuando estuve albergado en el preuniversitario en Cuba”.

“Lo que más nos chocó fue que no pudimos comunicarnos con nuestra gente durante casi tres días. Con las cosas como están aquí en Venezuela, allá en Cuba se pasan ocho horas sin saber de ti y enseguida empiezan a imaginarse lo peor”.

Los colaboradores cubanos siguen en Venezuela, a pesar de la crisis

En 55 años de la Misión Médica Internacional, más de 400 mil profesionales cubanos de la Salud han prestado atención en 124 países. Durante ese tiempo, la mayor “evacuación” de colaboradores que se recuerde fue la ocurrida en noviembre y diciembre de 2018, cuando el Gobierno cubano decidió dar por concluida su participación en el programa brasileño Mais Médicos y en poco menos de un mes regresaron más de 6 mil profesionales.

Con la actual crisis que atraviesa Venezuela han aumentado las preocupaciones de los cubanos aquí y allá. El Gobierno de Nicolás Maduro es el principal socio comercial y aliado político de Cuba. Ahora mismo, permanecen allí 21 mil cubanos, en misiones de distinto tipo, y la alianza hasta el fin que defienden ambos gobiernos se personaliza en la vida de cada uno de ellos.

“Me dijo que iba pedir fin de misión, que tenía miedo”, cuenta Adriana, esposa de un médico cienfueguero con tres misiones internacionalistas y que ahora se encuentra en su segunda en Venezuela.

Sin saldo suficiente en el celular para comunicarse con él y con el recuerdo vívido de la última conversación telefónica, pasó varios días sin poder dormir.

“Desde hace años ahorramos para poder comprarnos una casa, pero, si fuera por mí, preferiría que viniera ya, definitivamente —confiesa Adriana entre sollozos. Siempre que veo el noticiero, aunque digan que todo está bien, me pongo mal. Para colmo ahora nos comunicamos con menos frecuencia”.

Cuenta que ha llamado a la oficina de Colaboración Médica y siempre le dicen que no se preocupe. “Me reiteran que ellos están bien y protegidos, que ambos países garantizan su seguridad, pero esta incertidumbre no me la puedo sacar del pecho”.

La crispada situación en el país sudamericano y los abundantes señalamientos a los colaboradores cubanos como cómplices e, incluso, causantes de la crisis política y social que vive esa nación, despiertan temores sobre el respeto a su integridad física en caso de que se produzca un desenlace violento.

Desde que Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, se juramentó como presidente encargado de Venezuela frente a miles de sus seguidores, en varias plataformas digitales los cubanos comenzaron a cuestionarse qué pasaría en caso de que la situación allí desencadenara en la caída del Gobierno chavista o en enfrentamientos violentos.

Médico cubano en Venezuela. Foto: Tomada del perfil en Twitter del embajador de Cuba en Venezuela, Rogelio Polanco.

“Nos han dicho que tienen restricción total de salida de sus casas y centros médicos, pero no les han dado información sobre la posibilidad de un procedimiento emergente de evacuación del país”, escribió un usuario en Facebook.

Dos días después también informó sobre el fin de esa restricción.

Aunque los colaboradores y sus familiares que pudimos contactar aseguran estar seguros y tranquilos, en las redes varios usuarios han pedido al Gobierno cubano extraer el personal diplomático y profesional que opera en el país suramericano.

En Twitter, elTOQUE preguntó a varios funcionarios del Ministerio de Salud Pública sobre un posible plan de evacuación de los médicos cubanos y en qué condiciones sería. Hasta el día de hoy no hemos recibido respuesta.

Venezuela: la imagen de un país formada por muchos rumores y pocas certezas

Después de Angola, Venezuela es el segundo país del mundo donde ha habido mayor presencia de internacionalistas cubanos. Desde inicios de la década del 2000, cerca de 220 mil colaboradores han estado allí y, de ellos, 140 mil pertenecen al sector de la Salud.

Su trabajo ha sido pagado con millones de barriles de petróleo, y representan todavía la entrada más fuerte de ingresos a la menguada economía cubana.

Alain es un joven cirujano que reconoce que nunca pensó que esta sería una misión fácil. “Desde el primer momento, en que tienes que traer en tu equipaje más comida y aseo personal que ropa, la cosa no pinta bien”, asegura.

“Lo que pasa es que para muchos esta es la única forma de hacernos de un dinerito y comprar algunas cosas con el descuento de la tarjeta del banco allá en Cuba”, continúa.

Desde el año 2012 el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) permitió a todos los colaboradores de la Misión de Venezuela usar una Tarjeta Débito Red-BANDEC para hacer compras en CUC con un descuento del 30 por ciento.

“Con el dinero que nos depositan ahí cada mes y el descuento por estar de misión, hemos podido comprar varias cosas para la casa —explica Alain. Aquí ni pensar en hacer compras como antes. Los productos están carísimos”.

Antes del apagón nacional, el momento más tenso que recuerda fue una llamada inusual de su mamá.

Doctora cubana en Venezuela. Foto: Tomada del perfil en Twitter de la Cooperación cubana en Venezuela.

“Me llamó desesperada porque allá en Cuba, en el acto de apoyo a Venezuela en su trabajo, una doctora le comentaba a otra que estaban mandando a las mujeres para Cuba”, cuenta.

Aunque Alain asegura que no ha escuchado sobre eso, su compañero Antonio supo de un amigo al que casi bajaron del avión para mandar primero a las mujeres.

“Él se iba de vacaciones para Cuba y le demoraron el vuelo, porque había que priorizar a las mujeres que iban de vacaciones o de fin de misión, pero eso es lo único que sé”, relata.

“Yo mismo estoy esperando para irme a Cuba, pero entiendo que las mujeres tengan prioridad, por si la situación se pone más tensa”, confiesa Antonio.

Martha, a quien no le toca regresar por ahora, está nerviosa y no habla mucho sobre el tema, pues teme que su teléfono “esté pinchado”.

“Quisiera que en la televisión hablaran más de cómo están viviendo los cubanos allí. No de su trabajo, que yo sé que es bueno, sino de su vida fuera del consultorio o el hospital”, solicita la hija de una colaboradora que está destacada en Maracaibo. “Sé algunas historias de gente que tiene que cargar agua todos los días, de lo cara que está la comida, de asaltos y robos, de cómo les prohíben dar entrevistas”, cuenta.

El secreto con que se maneja la información estatal cubana, más la censura impuesta sobre los colaboradores en ese país, provoca que sea prácticamente imposible formarse, desde el Archipiélago, una imagen clara de la situación.

Lo que sí parece estar claro entre los galenos que consultamos y sus familiares, es que para obtener una misión en un país más tranquilo que Venezuela, primero hay que pasar por la “prueba de fuego” en la República Bolivariana. Aquellos que se atreven a contar sus experiencias no tan gratas piden mantener el anonimato por miedo a perder su misión, presente o futura.

A pesar de la crisis: “Estamos bien”

Los días de apagones no son un recuerdo lejano para Maikel. Las horas sin electricidad durante la crisis de los años noventa en Cuba, el llamado “período especial”, y luego en 2004 y 2005, aumentaron su capacidad de resistencia y sobrevivencia.

“Cuando ocurrió el apagón de varios días aquí en Venezuela nos reunimos entre todos e hicimos una caldosa —dice. Alguien llegó a sugerir que parecía una fiesta de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución). Aunque hay muchas diferencias, entre todos nos ayudamos en momentos duros como esos que vivimos a principios de marzo”.

Y esas jornadas sin electricidad fueron realmente duras para los cubanos. “Fueron unos días críticos que no eres capaz de imaginarte”, comenta Alejandro desde Maracaibo, a un amigo a través de WhatsApp.

Médicos cubanos visitando a pacientes en barrios venezolanos. Foto: Tomada del perfil del Minsap en Twitter.

A la pregunta “¿y pasaste hambre?”, contesta: “Hambre no, pero tuve que cocinar toda la carne que tenía en la nevera porque se me echaba a perder y el trabajo continuó igual”, cuenta.

Magela, desde Ciudad Bolívar, confirma que los pacientes siguen llegando y ellos atendiéndolos sin parar.

En un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) —instituciones de segundo nivel de atención en las cuales laboran cubanos— al norte del país, a dos de los colaboradores se les ocurrió subir a una colina donde está ubicada una torre eléctrica para que en las oficinas de la estación les cargaran el celular.

“Los ayudamos a escabullirse, porque tenemos prohibido andar por ahí y mucho más en esos días sin luz —recuerda Rodolfo. Cargaron todos los equipos que pudieron y luego los compartimos para llamar y comunicarnos con la gente en Cuba”.

Para muchos lo más importante es estar bien y tener lo básico. A pesar de las variadas condiciones en cada ciudad y de la tensa situación que vive Venezuela, al menos los colaboradores cubanos contactados aseguran sentirse seguros, hasta donde es posible.

“Siempre aparece alguien de la oposición que grita cosas feas contra Cuba y nosotros, pero ignoramos esas cosas”, dice Rodolfo.

“Además, otros venezolanos siempre nos cuidan. Aquí los cubanos atendemos a mucha gente humilde que está agradecida con nuestro trabajo. Los tiempos son duros, pero tenemos mente positiva. Nosotros vinimos aquí a luchar nuestro futuro”.