Brasil: Bandeja de plata para Bolsonaro por errores del Partido de Lula

Por Moustafa Hamze*

Jair Bolsonario a la puerta de la presidencia brasileña.

HAVANA TIMES – Con la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil el domingo próximo, 28 de octubre, los errores del Partido de los trabajadores (PT), hoy evidentes, se venían señalando hace tiempo por algunas corrientes del propio PT, por afiliados y simpatizantes, por partidos de izquierda que fueron sus aliados y por la prensa entre otros.

La campanada enfatizó que el PT debería de hacer una autocritica de los errores cometidos en los años que gobernó el gigante sudamericano.

En el Boletín SPD 214 (Socialismo Participativo Democrático) de mayo de 2016, fue publicado “¿Habrá llegado la hora final del Partido de los Trabajadores de Brasil?” dónde entre otras cuestiones incluía:

El PT debería entender que si a la presidenta de la republica le dieron un golpe, ese golpe le fue dado por la sociedad brasileña.

Dejar las barricadas y como oposición democrática, concentrarse en los intereses de los que dicen representar y que sus posiciones no se sobrepongan a los intereses de la sociedad y de la nación brasilera.

Reconstruir su base electoral debilitada por el desgaste de más de 12 años de gobiernos petistas y por el proceso de impedimento de su último presidente.

Abstenerse de enfrentar, de forma errática, irresponsable y anti-brasilera, a los brasileros unos contra otros al estilo de las brigadas de respuestas rápidas cubanas actuales.

Orientar los intereses del PT con los intereses de la sociedad y no extrapolar dichos intereses a ningún caudillo/populista interno o externo.

Concentrarse en los problemas internos de Brasil, respetando la autodeterminación de los pueblos, porque hemos asistido con estupor a revelaciones de la Operación Lava Jato donde con dinero de la Petrobras se le hicieron pagos millonarios al marquetero del PT para dirigir campañas presidenciales de “políticos” de América del Sur, de Centro América y hasta del Caribe Insular, lo que constituye una agresión a la soberanía nacional de Brasil.

Abandonar esa aspiración imperial de izquierda, propia del siglo XX, resultado del Foro de São Paulo, posibilitando el surgimiento de gobiernos autoritarios de izquierda en América del Sur que debilitaron o pusieron en riesgo el estado democrático de derecho de sus respectivos países.

Tiempo después otro artículo abordando el tema señalaba [1]:

El PT debería hacer una reflexión autocrítica de los más de 12 años de gobiernos petistas incluyendo los grandes errores cometiditos, relacionados fundamentalmente con la corrupción política junto a los partidos de su base aleada caracterizada por grandes partidos, medios y pequeños, tanto de izquierda, de centro y de derecha. Así como los logros alcanzados los que comprenden:

El gran desarrollo social alcanzado por la sociedad brasileña y la disminución de la pobreza en Brasil, el acceso a las universidades de alumnos de las clases marginadas y los distintos planes establecidos de becas, así como el ingreso masivo de estudiantes a partir de los mismos derechos, independientemente, de la clase social a que pertenezcan.

La ley de la Ficha Limpia propuesta al Congreso por iniciativa popular y firmada por el presidente Ignacio Lula da Silva que impide a los políticos en cualquiera de los niveles del Estado (municipio, estado, federación) puedan aspirar a un cargo lectivo de ser condenado por un tribunal colegido (a partir de la segunda instancia).

La ley de la Delación Premiada, firmada por la presidenta Dilma Rousseff, para combatir el crimen organizado ya sea por el tráfico de drogas y de armas o por corrupción política entre otros.

En todo este periodo el PT no hizo ningún análisis al respecto y se dedicó a defender al expresidente Lula a través de movilizaciones masivas de su militancia y movimientos sociales a fines, así como declaraciones en diferentes medios de comunicaciones, denigrando a la Operación Lava Jato, en particular a Juez Sergio Moro y más recientemente a la justicia de Segunda Instancia de la ciudad de Porto Alegre del estado de Rio Grande do Sul que ratificó la condena de la primera instancia y le elevó la pena al expresidente Lula.

No se trata de que el PT no defienda a Lula, de lo que se trata es de que debería, además, atender esos aspectos antes mencionados, para que el mayor partido de izquierda de Brasil, mantenga un prestigio aceptable en la sociedad y fundamentalmente entre sus afiliados y simpatizantes que perdieron la fe en un partido al que un día lo consideraron el defensor de las causas populares y de la soberanía nacional en armonía con el Estado Democrático de Derecho, con el respeto a sus leyes.

Ciertamente el PT tiene una militancia muy aguerrida, pero eso es suficiente en un Estado totalitario de izquierda de partido único, de eso tienen gran conocimiento y sufrimiento los cubanos por padecer por casi 60 años de una dictadura comunista; pero en un Estado Democrático de Derecho con sus instituciones democráticas funcionando como es Brasil un gran partido de izquierda tiene que recuperar su credibilidad menguada por graves hechos.

A mi modo de ver, el expresidente Luis Ignacio Lula da Silva al mantener una actitud de víctima de la justicia brasileña y hasta de la Policía Federal, y a la vez de bravuconería de barrio, está cometiendo un suicidio político y está llevándose al PT junto con él.

Fernando Haddad y Lula da Silva

La recta final de la campaña

A unos días de finalizar el periodo de campaña para la segunda vuelta electoral entre Jair Bolsonario y Fernando Haddad del PT habría que agregar: que ciertamente, en el periodo preelectoral Lula encabezaba las preferencias de votos entre 30 a 40 % y que ante la prohibición por la justicia de Lula presentarse como candidato a Presidente, él le transfiere a Haddad esos votos que lo llevan a discutir la presidencia de la Republica con Bolsonaro en segunda vuelta.

Lo que no tuvo en cuenta el PT fue que el rechazo de Lula por la sociedad brasileña en su conjunto fue mucho mayor que el porcentaje de sus simpatizantes y se le transmitió a Haddad ese rechazo; gran parte del rechazo a Lula benefició a Bolsonaro asimilándolo en su campaña anti-PT y la otra parte se la están dando las circunstancias al solo tenerse la opción de elegir entre los dos extremos del espectro político brasileño.

Ese descalabro electoral se podría haber evitado caso que el PT no hubiera presentado un candidato propio y hubiera accedido a la creación de una coalición de izquierda con otro candidato más competitivo de otro partido.

Todos esos errores en los tres paridos abordados en el presente escrito, sin duda, provocaron que muchos de los votantes de las izquierdas democráticas y simpatizantes cayeran, por no tener otra opción, en los brazos de Bolsonaro a través del voto de rechazo al PT, mediante el voto anticorrupción y por el voto por mayor seguridad ciudadana.

Hay que señalar también que el PT sale fortalecido de esta campaña electoral por haber disputado las elecciones presidenciales en segundo turno, por haber alcanzado la mayor bancada en el parlamento brasileño, que, sin duda, lo convierte en mayor partido en la oposición de la próxima legislatura.

*Escritor invitado desde São Paulo

[1] https://www.cubaencuentro.com/internacional/articulos/el-partido-de-los-trabajadores-de-brasil-debe-refundarse-331989.