¿Y después qué en Libia?

Por Aprille Muscara

HAVANA TIMES, 22 marzo (IPS) — “La pregunta del millón es hacia dónde va esto, y creo que nadie lo tiene claro”, dijo a IPS el especialista Charles Kupchan, del Consejo de Relaciones Exteriores, refiriéndose a la intervención militar de una coalición internacional en Libia.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró el lunes la necesidad de un cambio de régimen en Libia en una conferencia de prensa desde Chile, el segundo destino de la gira realizada esta semana por tres países de América Latina.

“La política de Estados Unidos apunta a que el líder libio Muammar Gadafi se vaya. Tenemos un abanico de herramientas además del operativo militar para llevarla a cabo”, indicó.

“Seguiremos con ellas, pero en lo que respecta a las acciones militares, apoyamos la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que, específicamente, se refiere a una labor humanitaria.
Nos atendremos a ese mandato”, continuó el mandatario estadounidense.

Algunos analistas critican la intervención militar de Estados Unidos en Libia y desechan el argumento de que es para evitar una crisis humanitaria y que actúa en el marco de una guerra civil. Otros apoyan el derrocamiento de Gadafi por medios militares con el argumento de que fue abalado por una resolución del foro mundial.

Gadafi no está entre los objetivos de la primera fase de la intervención de la coalición internacional llamada “Operación Odisea al Amanecer”, indicaron altos funcionarios del Pentágono como el vicealmirante Bill Gortney, director del Estado Mayor Conjunto, y el general Carter Ham, comandante de la fuerza de Estados Unidos en África.

Las operaciones de Estados Unidos en Libia se concentran en la protección de civiles, pero aliados como Francia y Gran Bretaña también abogan por un cambio de régimen.

“Estados Unidos trata de concentrarse en objetivos humanitarios, vale decir, en frenar la matanza de rebeldes por las fuerzas de Gadafi y no queda claro qué ocurrirá después”, explicó Kupchan.

Bombas sobre Bengasi

“La misión es muy clara y franca y lo que se espera que hagamos es implementar la zona de exclusión aérea, proteger a los civiles y sacar de Bengasi a las fuerzas de tierra del régimen libio”, señaló Ham.

“Estamos logrando nuestros objetivos”, remarcó. Barcos y submarinos británicos y estadounidenses en el mar Mediterráneo dispararon 136 misiles de largo alcance Tomahawk desde el inicio de la operación el sábado.

No se han observado aviones militares libios, cesó la actividad naval y las fuerzas de tierra detuvieron su avance sobre Bengasi, bastión de la oposición, indicó el general.

“Sabemos que las fuerzas del régimen ubicadas en el entorno de Bengasi tienen poca o ninguna capacidad de reanudar la ofensiva”, anunció Ham.

Estados Unidos encabeza la primera fase de las operaciones militares, destinada a inhabilitar las defensas aéreas de Gadafi e implementar y patrullar la zona de exclusión de vuelos, que se extiende al sur y este de Bengasi en un área de unos 1.000 kilómetros.

Las siguientes etapas, que seguirán en cuestión de “días, no semanas”, según Obama, estarán a cargo de la coalición.

Los primeros países involucrados en las operaciones militares en Libia fueron Dinamarca, España, Francia, Gran Bretaña e Italia. El lunes se incorporaron Bélgica y Canadá y se dirigen a la zona de conflicto fuerzas de Qatar, informó Ham.

Miembros de la Liga Árabe tienen previsto sumarse en los próximos días.

La Casa Blanca insistió en “la participación y el liderazgo árabe” en el esfuerzo internacional para contener los ataques de Gadafi contra su pueblo. El apoyo de la Liga Árabe a una zona de exclusión aérea fue uno de los elementos clave de la participación de Estados Unidos.

El respaldo árabe pareció flaquear el sábado, cuando el secretario general de la Liga condenó la intensidad del ataque aéreo, pese a que el domingo reafirmó el apoyo a la zona de exclusión aérea.

Conforme se definen los detalles de cómo se estructurará el liderazgo de la coalición, es claro que las partes deben actuar con cuidado para dar cabida a las políticas e intenciones de las naciones involucradas.

“Una posibilidad es que el liderazgo quede a cargo de Francia y Gran Bretaña y, otra, es recurrir a la maquinaria de la OTAN” (Organización del Tratado del Atlántico Norte), declaró el domingo el secretario (ministro) de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates.

“La Liga Árabe tiene ciertos resquemores respecto de actuar bajo el paraguas de la OTAN. La cuestión es si podrá trabajar bajo su comando y control sin que sea una misión de la alianza militar y sin izar su bandera”, apuntó.

“Básicamente tendrá que ser resuelto por los propios libios”, añadió Gates.