Fanatismo contra un fondo blanco

Por Maykel Paneque

f-4HAVANA TIMES — La mujer entró en el ómnibus y gritó: “Me pasan de cerca a una gusana de esas y le escupo la cara. Y si me dan un chance le poncho un ojo, a ver si se dejan de tanta protestadera”. Era domingo. 9:00 am. No imaginaba que las expresiones de violencia y odio empezarían tan temprano.

Habían reunidos a todos en el teatro del Partido Municipal a las 8:30 am y la primera indicación de la coordinadora del municipio había sido: “Nosotros no tenemos que tocarlas, para eso están las Marianas, encargadas de golpearlas si es necesario, y conducirlas hasta las patrullas, de conjunto con los compañeros del Minint (Ministerio del Interior). Si esas auras nos tocan, ya veremos cómo tocamos”. Un clamor de risas interrumpió a la funcionaria, y luego dijo: “Un golpe que le demos mal dado a… (¿pausa de asco?) una ciudadana de esas, puede traer que el país sea denunciado por violación de los derechos humanos, y eso significaría darle al vecino de enfrente el gusto de pretender intervenir aquí, como ha hecho en otros países, para evitar una guerra civil”.

Las ciudadanas a quienes se refería la funcionaria del Partido son las Damas de Blanco. Y la “tarea” de ese día “responder enérgicamente contra unas comediantes, que a base de infamias, pretenden injuriar a la Revolución y a nuestro líder histórico Fidel Castro”. Aplausos estremecedores. Puños alzados.  Consignas. Indignación.

Como presenciaba todo en una sala-teatro, no pude evitar pensar si no estaría asistiendo a un ensayo. Luego vinieron otras indicaciones.

“Nuestro papel es subordinarnos a los compañeros que tienen la misión de organizar y dirigir el enfrentamiento”. “Allí haremos un acto de reafirmación revolucionaria, cantaremos el Himno Nacional y el del 26 de julio, empuñaremos las banderas, agitaremos los carteles de propaganda”. “Hay que estar concentrados en el objetivo, si este falla puede traer graves consecuencias que repercutirá en el prestigio del país, en la imagen del pueblo revolucionario”. “No está de más recordarles que allí todos estaremos vigilados. Así que estemos tranquilos y disciplinados donde nos indiquen estar. Digo esto para que sepan que nada es improvisado, todo está pensado hasta en los mínimos detalles”. Las órdenes del Partido son como las de los militares: se cumplen, no se cuestionan, le faltó decir.

Por andar vestidas de blanco

Control. Enfrentamiento. Vigilancia. Pienso en estas palabras mientras el ómnibus avanza, llevándonos a un destino que muchos especulan según la carretera que va eligiendo el chofer. Al principio escuché que nos dirigíamos a Miramar, luego a la iglesia de Párraga, y más tarde a Alamar. Especulaciones.  Misterio.

f-3Cuando por fin el ómnibus se detuvo estábamos en el reparto Santo Suárez, del municipio 10 de octubre. El enfrentamiento estaba previsto frente a la casa esquina Cumbre y E, donde habría una reunión de las Damas de Blanco, algo que supimos en el momento preciso. No fuimos directo a la casa, sino a un galpón tres cuadras abajo, de 70 metros cuadrados, y techo de fibrocemento de dos aguas apuntalado bien alto. Dentro, patrullas y motos estacionadas, militares, policías, funcionarios de la Aduana y otros tantos vestidos de civil. Se respiraba intriga y ese aire siniestro de las operaciones encubiertas. Eran las 9:47am.

Vigilancia. Enfrentamiento. Control. Volvía a pensar en esas palabras mientras desencajaban sillas, formaban círculos, y se sentaban en ellas hombres y mujeres, según la organización a la que pertenecieran: Unión de Jóvenes Comunistas, Comité de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Partido Comunista de Cuba. También por centros laborales: Gastronomía y Comercio, Casa de Cultura, policlínicos, fábricas, centros educacionales. Mínimo tres personas por cada organización o centro laboral. Era la cifra mínima para cumplir, para evitar el señalamiento, la humillación y las sanciones. Descuento salarial, negativas a viajar al extranjero, bajar de categoría en la evaluación del desempeño laboral, son algunas de las consecuencias de no asistir “voluntariamente” a un acto que muchos consideran una farsa, pero no es conveniente señalarse con una ausencia injustificada.

Enfrentamiento. Vigilancia. Control. Es inevitable pensar en estas palabras, sobre todo, ahora que me relatan una anécdota del proyecto comunitario Amor a la vida, un grupo de mujeres operadas en su mayoría de cáncer de mama, que ofrecen espectáculos artísticos gratis a niños, adolescentes y adultos. Uno de sus trajes de actuar, cuando van a cantar, es de color blanco. Aunque lo usan con una cinta azul rodeándole la cintura, eso no impidió la alarma, las llamadas por teléfonos, y que se montara una operación para caerles encima porque las creían Damas de Blanco. Ese día no pudieron actuar porque a algunas de las mujeres, cuya edad oscila mayoritariamente entre los 60 y 70 años, les subió la presión arterial cuando el tumulto organizado las enfrentó con gritos, carteles y deseos de golpearlas. Todo terminó con una “saludable” advertencia de un funcionario del Poder Popular: que evitaran usar ropa blanca, y en caso de hacerlo avisaran con antelación al Partido y organizaciones de masas para evitar confusiones.

Esperando a los bárbaros

10:38 am. Encienden un amplificador y la música salsa fluye. Varias personas se levantan, arman una rueda de casino, bailan, ríen. Los militares no, tampoco los policías. Solo observan, atentos. Debe ser porque llevan el uniforme reglamentario. Me acerco a una mujer que arregla el peinado a una niña de seis años. Esto parece una actividad recreativa, esas que dan en los centros laborales para celebrar algo, le digo. “Es para despistar, ¿no lo entiendes? Cualquier curioso o periodista de esos independientes que quiera informar algo verá que vinimos a divertirnos, no a realizar ningún enfrentamiento contra las Damas de Blanco”. Ah, simular. Pretenderlo. De eso se trata.

De pronto empiezan a llamar a los futuros enfrentadores. Vocean por organizaciones, luego por centros de trabajo, y cada cual espera para situarse en la cola donde un grupo de personas entregan una merienda fuerte (pan bien nutrido con jamón y queso, yogur y dulce) y otra normal (pan con jamonada y refresco de polvo). Son las 11:48 am. Mientras mastican, y la música de los Van Van persiste de fondo, asoman anécdotas. Una bailadora de unos sesenta años, que no ha dejado de moverse ni para alimentarse, se sienta para beber agua. Suda y sonríe. “Dicen que esas escorias se hacen acompañar de unos gorilas enormes para que las defiendan. Pero ni ellos la van a salvar si empiezan con sus habladurías de mierda. Con la Revolución no se juega, le debemos todo y debemos estar agradecidos por siempre”.

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“¿Alguna de ustedes han visto esos abanicos que usan ellas? Tienen en las puntas láminas de cuchillas de afeitar para quien se les acerque a golpearlas abrirlos y cortar. Más de uno de nosotros se ha ido con la cara rajada”, cuenta un gordito joven, de espejuelos montados al aire, sin dejar de masticar. El calor empieza a ser angustiante bajo las tejas de fibrocemento y varios después de merendar cabecean de sueño. Está prohibido merodear, pero algunos salen y regresan con rositas de maíz, potes de helado o compras que vienen envueltas en bolsas de shopping: aceite, jabones, detergente. Los menos se las han arreglado y han traído camuflados de sus casas pomos de ron. “Para soportar la larga jornada que nos espera”, dice una mujer ancha y maciza que trabaja en Gastronomía. Saco el teléfono y me descubren la intención.

Disimulo actualizar el correo y ya tengo encima uno vestido de civil. “Compañero, aquí está prohibido tirar fotos. Le pueden quitar el móvil, la cámara, cualquier artefacto con que pretenda registrar la actividad. Se lo digo por su bien, para que no diga que no lo alertamos”. Cómo pude olvidarlo. Vivo en un país donde la espontaneidad es un lujo que se paga caro.

Salgo a desentumecer los pies. Camino cuadras y más cuadras. En las esquinas y puntos intermedios asechan policías, militares y fieles colaboradores de la Seguridad del Estado disfrazados de civil. Nerviosos y agitados. Algunos se comunican a través de boqui toquis. Imparten o reciben órdenes. Cuando vuelvo al galpón son la 1:42 pm. Pensé que a esta hora estaríamos de regreso al punto de recogida. “Lo peor es que esta espera a veces es por gusto. Esas malditas nos hacen venir aquí y ni siquiera se manifiestan. Sí, quizá hoy venimos a perder el tiempo, no sería la primera vez”, dice un mulato de unos cincuenta años que alardea, como si de condecoraciones en su pecho se tratara, de las 27 veces que ha participado en estas “manifestaciones revolucionarias para evitar el derrumbe de nuestro socialismo”, como las llama.

Devastados por la sed, el calor y la espera, los enfrentadores y enfrentadoras apenas  hablan. Se murmura incluso que se trata de otro día perdido, que “las gusanas empiezan a entender la fuerza invicta de la Revolución”, que “son auras asustadas a las que hay que asfixiar de una vez por todas”, “ratas a las que no se puede perder de vista porque aprovechan a lanzar la mordida y vomitar su veneno contrarrevolucionario”. De pronto todo se agita. Voces de alarma, “estén listo, ya vamos a salir”. Despliegan pancartas y banderas hasta ahora ocultas. Enardecida va la caravana calle arriba. Seis niños van sobre los hombros de sus padres. “Para que empiecen a defender desde temprano la Revolución de esa plaga blancusa”, dice un hombre calvo, corpulento, de gafas negra. Son exactamente las 4:00 pm.

Ya están amontonados enfrentadores y enfrentadoras a un costado de la casa de dos plantas, en esquina Cumbre y E, donde siete Damas de Blanco, y dos hombres que se hacen ver, fraguan “una conspiración contra el Estado cubano”. Asoma en el portal enrejado de la planta alta un hombre negro. Sobre un trípode descansa una videocámara. Pertrechado tras el equipo de filmación, el hombre parece realizar zoom. Busca captar imágenes.

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La multitud enardecida agita dos banderas enormes, una de la estrella solitaria, otra del 26 de julio. Empuñan pancartas con una consigna pintadas de rojo: “La Revolución es inmortal”. Abruman la cantidad de carteles donde aparecen los Cinco Héroes, Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Entonan el Himno Nacional, cada vez más fuerte, porque desde la planta alta salen voces que gritan: “¡Cuba sí, Castros no! Se oye, se siente, las Damas de Blanco están presentes”. La muchedumbre interrumpe el himno y empieza a vociferar sus consignas: “¡Cuba y Castros sí, gusanera no!”. “Contrarrevolución no, Patria sí”. “¡Viva Fidel, viva Raúl!, ¡mueran las escorias, fin para la gusanera!

Quietud. Silencio. Una tregua de varios minutos. Una calma suspendida que de un momento a otro volverá a quebrarse. Es cuestión de esperar. Una espera que desorienta y agota bajo un sol que empieza a declinar, pero aún es sofocante. De pronto una lluvia de volantes, que sale de la planta alta, se dispersa por el aire. Intento abrirme camino, pero dos hombres de civiles me cierran el paso. “¿A dónde va? Tiene que permanecer aquí con nosotros”. “Quiero saber qué dicen esos papeles”. “Mierdas contrarrevolucionarias, eso es todo. No puede cruzar sin orden, así que quieto. No sabemos a qué vino porque no lo vemos integrado en el enfrentamiento, pero no lo dejaremos pasar a ver qué dice esa basura infame”. Varios hombres se desparraman veloces y van recogiendo los papeles que hacen tiras o estrujan con las manos y las introducen en bolsas de naylon.

Vuelve a instaurarse la calma, el falso sosiego que oculta alguna turbulencia por acontecer. “Parece que hoy no saldrán a la calle y se quedarán arrinconadas allá arriba”, escucho a mis espaldas. Quizá la tregua asome su paz incierta hasta el próximo enfrentamiento el domingo venidero, y los siguientes. Otro domingo estatal inmerso en un intento de doblegación que no ocurrirá acaso nunca, al menos que se produzcan cambios en la gobernabilidad del país y en la mirada hacia la pluralidad política.

¿Han pasado diez, quince minutos? De súbito irrumpe el clamor de las batallas el eco de voces irritadas protagonizando el odio y el desconcierto, hablando en nombre de las ofensas. Parece que las Damas de Blanco han terminado su reunión, y las que viven en otras partes deciden marcharse a sus casas. Agitación. Forcejeos. Dos mujeres vestidas de militar sujetan a una Dama de Blanco y la conducen a la fuerza a una patrulla. Cuatro mujeres militares las escoltan. La acción se repite con dos Damas más. Dicen algo que no puedo entender. La última, antes de entrar en el auto militar, grita: “Amo a mi país. Mi único delito es detestar a los Castros y su gobierno. ¡Viva Cuba! ¡Abajo los Castros! La unidad compacta de la manifestación se rompe y todos se lanzan para rodear a las patrullas, agitar puños y pancartas.

Aprovecho la dispersión, el frenesí, los ánimos alterados, para tomar algunas fotos. Los autos policiales que retienen a las Damas de Blanco contra su voluntad arrancan veloces, doblan por una esquina chillando gomas y se pierden. “¿A dónde las llevan?”, pregunto al que está a mi lado. “Las llevan a una estación de policías, le hacen una advertencia y las regresan a sus casas para evitar que el pueblo las linchen”. El pueblo uniformado. Al mismo que le cuesta protagonizar una iniciativa, decide por cuenta propia linchar a mujeres desarmadas. En una esquina veo un camión estacionado que cierra la calle. Carga dos bafles enormes. La música estalla. Es la canción Me dicen Cuba, de Alexander Abreu. Los enfrentadores y enfrentadoras empiezan a cantar, pancartas y banderas en mano. De nuevo se han agrupado. Como una columna de manifestantes llegan hasta el frente de la casa y vuelven las consignas revolucionarias, los gritos de “Viva Cuba Libre, sin gusanas”, hasta que sale una mujer vestida de blanco tras la rejas y empieza a tirar cubos de agua. Hasta un “mueran malditas” se escucha desde el tumulto de manifestantes.

El regreso al paraíso

Rostros sudorosos y contentos se disgregan, felices de la labor cumplida. Otra hazaña más para contar a los vecinos y amigos, a sus descendientes cuando crezcan. Muchos caminan bailando mientras se dirigen al ómnibus que definitivamente nos llevará de regreso. Me acerco a un conocido, trabaja en la Antillana de Acero. “¿Tú aquí?”, me pregunta sorprendido. “Y tú también”, le contesto. “No jodas, a mí me quitan la estimulación en divisas, a ti nada”. La mujer que peinaba a la niña de seis años, y que la lleva a su lado, camina a nuestro lado. “¿Hubieras venido voluntaria a este enfrentamiento? Quiero decir, ¿si no te hubieran citado, hubieras venido igualmente?”, le pregunto. “¿De qué lado tú estás? ¡Defínete!”, me dice con mal humor, “a estas compradas con el dinero del imperialismo hay que tratarlas así y más, callarlas a golpes. Ojalá me dejaran”.

Callarlas a golpes. A las auras, las gusanas, las ratas, las comediantes. ¿Por qué? ¿por pensar diferente?, ¿por decir lo que piensan?, ¿por anunciar verdades incómodas? Golpear si es necesario para lograr el silencio. Defender a la Revolución se ha convertido también en amenazar la libertad de expresar una opinión. “Cree en lo que yo creo o te haré el daño que pueda. ¡Piensa como yo o muere!”, el dogma del fanatismo según Voltaire. A más de dos siglos, en una sociedad que continúa enarbolando la democracia y la participación ciudadana en los destinos del país, sigue vigente la imposición como método para asfixiar la pluralidad, sea esta política o artística. “Con la Revolución todo, contra la revolución nada”. La alianza del dogma y la ceguera. También de la censura, el ostracismo y el porque sí.

Estamos ya montados en el ómnibus. El responsable corrobora si todos los que vinimos en él están presentes. Da la orden al chofer y este arranca. Sigue flotando en el aire una tristeza espesa, a pesar de que abandonamos el lugar. Callarlas a golpes. Vuelven las anécdotas, la supuesta victoria contra los bárbaros. Evocan otros enfrentamientos, el merecido linchamiento. Hay júbilo en ser los hombres y mujeres del látigo, la prepotencia y la incomprensión.  Hay que golpearlas si es necesario para lograr su silencio. El silencio de las auras, las gusanas, las ratas, las comediantes. Nos han inoculado el odio tan profundo que expresarlo nos parece normal, como el pan de cada día. Cerca de mí está el hombre de las 27 medallas invisibles en su pecho por tanta participación en esta Comedia Cubana. “¿Y por qué tantos policías, tantos militares en el enfrentamiento?”, le pregunto. “Para evitar que les caigamos encima, compadre”.

Ah. El Partido en nombre de la Revolución organiza la farsa y encima el cuerpo represivo de la Revolución son los abanderados, los protectores de los bárbaros, los encargados de que el pueblo alucinado no se lance sobre las Damas de Blanco a golpearlas. Intentar controlar la libertad de expresión también nos ha vuelto cínicos. Tantos recursos invertidos en alimentación, transporte y otros avituallamientos para mostrar al mundo algo insostenible y burlesco: la policía, los militares y la Seguridad del Estado enmascarada de civiles, controlando a un pueblo que la Revolución misma le ha inoculado la intolerancia y el odio contra la libertad de opinión. El hechizo del odio nos ha vuelto ciegos.

Son las 6:17 pm. Pienso una vez más en los enfrentadores, en su supuesta hazaña, y no puedo evitar un pensamiento: el día de mañana una de nuestras hijas, una de nuestras madres, protagonizarán el No frente al ofendido Poder, y serán las próximas humilladas, las nuevas testigos de la persecución política, en nombre de la Revolución y la utopía de una democracia que se cree con derecho a señalarlas y ensañarse contra las Damas de Blanco por pensar diferente.

34 thoughts on “Fanatismo contra un fondo blanco

  • Buen articulo para incentivar el regreso de los ex-cubanos a la Patria

  • Asco!, no lo pude terminar de leer, para qué si me conozco muy bien el libreto. ESE es legado que les dejó el siniestro comandante, el mismo que le dijo:,”yo sé matar, tú no” al hoy retirado embajador peruano Eduardo Pinto-Bazurco durante las negociaciones de la embajada del Perú en La Habana. Pobre Cuba.

  • ese es el legado y sus herederos…….muchos estaran en Miami pronto, pues, como a pancho Cespedez, solo le importa la gozadera, la cogedera !!!

  • ellos lo saben : o forman parte de los represores o de los reprimidos…ellos lo saben !! Pero quizas n les importe. Las sociedades comunistas se caracterizan por el punto siguiente;
    NO PUEDEN HABER INDIFERENTES,TODOS PROTAGONISTAS…..
    En los EEUU ,por ejemplo la Ley prohibe hacer preguntas acerca de tu militancia, credo, preferencia sexual, etc….En Cuba ,para ser Importante, hay que ser idoneo….y eso todos sabemos que significa …..verguenza ajena !….Pero ahi estan, hablando de contenedores y de casas robados a sus duenos…..y haciendose los bobos !!Ja, ja

  • Puaff!!

  • Hoy encontre un amigo y me conto.que.su mama anciana de 79 años diabetica y en silla de ruedas que vive consu hija y yerno en Camajuani vinieron los del Partido y el CDR para que fueran a firmar el libro de condolencias y el compromiso con el difunto dictador durante los funerales del susodicho, al negarse la señora los sujetos se fueron y regresaron mas tarde pero esta vez acompañados de dos “pioneritos”” que llevaban el libro de marras , esto para intimidar a la señora con la presencia de los niños. Muy decidida la weñora mando salir al portal a los niños y como decimos en buen cubano “les canto las cuarenta a los alaberderos del regimen” que se fueron sin cumplir la mision.
    Asi engañan al mundo diciendo que seis millones de cubanos firmaron el compromiso de continuar con la dictadura y lo peor es que se lo creen…..pero ellos si saben que es mentira y muy bien prohiben estatuas, bustos y otra imagenes del difunto para evitar que caigan rodando con mas fuerza que con la que hoy cobardemente reprimen y golpean a mujeres indefensas. Tiempo al tiempo

  • Presumo que va siendo hora de cambiar métodos…Si estuviera en mi poder decidir, yo citaría a las Damas de Blanco a una sesión en la Asamblea del Poder Popular, para que debatan cara a cara con los parlamentarios…Va y convencen a unas cuantas delegadas de sumarse a su causa…(¿No era ésta sacar a sus maridos y otros familiares de la cárcel?)…O llevaba a Bertha Soler a la Mesa Redonda, a que levante al pueblo con su convincente arenga (más o menos similar a la de José Daniel Ferrer, pero sin la ametralladora plástica)

    (Maikel, ojo con la jamonada de la merienda, dice Warhol que está llegando verde…)

  • Para mí lo peor de tener que vivir en Cuba, másd que las carencias materiales, es tener que convivir con semejante gentuza. ¡Y después hay quien dice que en Cuba no hay pérdida de valores, no; y que parte de la población no se ha degradado.!

  • Jorgealejandro:

    Sugeriría que menciones quién habla en eso términos, para darle un “homenaje”, porque hay que ser ciego o mongo para no percatarse de cuánto se ha perdido en el país en téminos de ética, respeto al prójimo, civilidad, honestidad, amor por el trabajo, aprecio por la cultura en su definción más abarcadora…en fin, el mar…Y te lo digo tras atestiguar múltiples hechos que lo corroboran en mi barrio y otros sitios… Sabes que a pesar de nuestras profundas diferencias de enfoque, siempre te he dado la razón cuando señalas estas zonas “oscuras” de nuestra sociedad…

    Y es más, aquí dejo un fragmento del discurso de Raúl Castro (repara en él, aunque sea un par de segundos…) de julio de 2013. Cito:

    “Hemos percibido con dolor el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”…

    Si eso se nota desde allá arriba, calcula cómo será a “ras de suelo”….

  • Jorgealejandro:

    Sugeriría que menciones quién habla en esos términos, para darle un “homenaje”, porque hay que ser ciego o mongo para no percatarse de cuánto se ha perdido en el país en téminos de ética, respeto al prójimo, civilidad, honestidad, amor por el trabajo, aprecio por la cultura en su definción más abarcadora…en fin, el mar…Y te lo digo tras atestiguar múltiples hechos que lo corroboran en mi barrio y otros sitios… Sabes que a pesar de nuestras profundas diferencias de enfoque, siempre te he dado la razón cuando señalas estas zonas “oscuras” de nuestra sociedad…

    Y es más, aquí dejo un fragmento del discurso de Raúl Castro (repara en él, aunque sea un par de segundos…) de julio de 2013. Cito:

    “Hemos percibido con dolor el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”…

    Si eso se nota desde allá arriba, calcula cómo será a “ras de suelo”….

  • El post que es excelente también se podría llamar: “Métodos para podrir a un pueblo”
    Transporte impuesto, meriendas para matar el hambre de las horas de “movilización” y mucho miedo a ser señalado como no idóneo en el trabajo y te despiden.Tres pilares para embrutecer y generar “la delincuencia revolucionaria”.
    A mí me da mucha gracia e ira a la vez, cuando el General presidente plantea la pérdida de valores de la población y nunca dice nada de las causas. La próxima vez le recordaré al general sus métodos de chantaje para convertir en delincuentes a los funcionarios y ciudadanos cubanos.

  • Pero Isidro, ¿qué dices? Raúl Castro puede decir lo que bien se le ocurra, lo que importa son los hechos. ¿Quién organiza los actos de repudio? Espontáneos no son, ¿o tú crees que son espontáneos? Este escrito evidencia lo contrario. Entonces, ¿quién los organiza? ¿No es el gobierno? Te pregunto y me gustaría oir tu respuesta.

    Te digo más, los actos de repudio no son un fenómeno nuevo, como sabes. Se emplearon masivamente en los años ochenta, y no sé si antes también, los viejos sabrán mejor que yo (que nadie se ofenda por lo de “viejos”, por favor). De nuevo, ¿quién organizó las turbas que fueron a linchar o a amenazar con linchar a tu vecino (Fefo, Yiyo, no me acuerdo)? ¿Fue “el pueblo enardecido”, espontáneamente?

    Entonces, Raúl Castro puede decir lo que se le antoje. Es el gobierno quien aprovecha esta falta de civilidad, este salvajismo, lo usa para meterle miedo a quien se quiera salir de control.

    ¿A ti no te daría miedo que te reunieran una turba, “a mob”, a ti a quien tanto te gusta hablar de los Founding Fathers y del Potomac, porque eres un desafecto?

    Por último, y no te vayas a poner bravo, “Si eso se nota desde allá arriba” me suena casi a “Esto Fidel no lo sabe”. Compadre, no es que se note allá arriba: es que se estimula desde allá arriba, se conoce, se aprovecha desde allá arriba. Fidel Castro lo dice clarito en aquella “biografía” con Ramonet: el lumpen puede ser muy útil (Stalin decía algo similar, y es apenas una constatación más del poder bruto, “mob rule”).

    A mí me encantaría que le hicieran llegar este testimonio a Samuel Farber. Segurísimo estoy que él sabría explicarnos cómo los plattistas asquerosos esos se lo buscaron y cómo se puede dialogar constructivamente con quien quiere lincharte.

  • una aclaracion : en un Estado de derecho, la Policia que pagamos todos, serian los encargados de disolver estos conatos de linchamiento y si fuera necesario ,procesar a sus dirigentes. Nadie tiene el derecho de linchar, acosar, intimidar a nadie !! Pero todo es de ELLOS : policia, bomberos, linchadores, periodistas, fiscales, jueces etc….Donde vivimos los cubanos !!!???

  • Nostromo. Una sugerencia, esta vez para ti: No compliques la situación. Yo solo hago un comentario a la siguiente frase de Jorgealejandro:

    “¡Y después hay quien dice que en Cuba no hay pérdida de valores; y que parte de la población no se ha degradado.!”

    El afirma que hay quien dice que en Cuba NO hay pérdida de valores. Y yo, ateniéndome a lo que él expone, le digo sencillamente que hoy en Cuba desde la dirigencia política hasta Pepe el Globero, que vive en la esquina de mi casa, reconocen que el país está patas arribas en ese sentido….¿Es tan difícil entender eso?…

  • “”””Donde vivimos los cubanos !!!???

    Pues donde podemos, José Darío, donde podemos: en Miami, en Nueva Jersey, en “Niuyol”, en Nebraska, en México D.F., en Urabá, en San José, Santiago (de Chile, del Estero, de los Caballeros), En Madrid, en Sydney, en Pekín…en fin…¡ah, y en la Isla de Cuba!…

  • “No compliques la situación.”

    Explícame qué situación estoy complicando. Por cierto que me sonó a “no te compliques la vida”, good cop, bad cop. De nuevo, por favor, explícame qué situación estoy complicando.

  • Leyendo este texto, recuerdo hace 8 años, cuando intentaron reclutarme para formar parte del asunto. Daba risa ver el insulto del sujeto en cuestión cuando le dije que no tenía tiempo .y agregué como yo respetaba el criterio del otro, por lo que no me interesaba participar en la brigada de acción y respuesta rápida…

  • Exelente idea Isidro, ahora que estas repatriado llevale la propuesta al diputado de tu area para que la presente en la proxima reunion de la Asamblea Nacional, o a Machado Ventura con copia al secretario del PCC de La Habana. Si se dignan a responderte y no mandarte a la policia politica, nos cuentas aqui en HT. Apoyandome en el titulo del periodista de Trabajadores a Obama te digo “chino tu eres sueco?”

  • Excelente articulo, sobre todo porque esta escrito desde el bando de los camisas “no blancas” fascistas dispuestos a realizar linchamientos en pleno siglo XXI y organizados desde las instituciones del estado, a pesar de ser Cuba miembro de la comision de los derechos humanos de la ONU.

    Maykel estoy casi seguro que este articulo reportaje te lo publican en el NYT y Le Monde, ahora que Cuba esta de moda y los paises democraticos estan dudosos que si dandole oxigeno economico a la dictadura castrista por carambola mejoraria el respeto a los derechos humanos.

  • Enfrentamiento vigilancia y control. Raúl no puede decir que siente dolor en ver cómo se ha acrecentado el deterioro de todos los valores, porque ellos son los que impusieron ese deterioro-socialista , el cual consiste en que mientras más bajo,más miserable, más chivato, más poco hombre de arrastrar a una mujer seas, “te hace más revolucionario”, y esa inmundicia a Fidel le encantaba y no la encontró nunca como pérdida de valores, sino que la santificó como “virtudes revolucionarias”, así de simple, por favor ese sistema todo lo convierte en mierda, miren a Venezuela que está en las mismas, esa gente engendra con un abono muy fértil para sacar lo peor de las personas, son lo peor. Really Sad.

  • Eso es lo que yo espero! Que los repatriados lleguen a poner orden y civilidad en la casa., y no creo que sea difícil llevar propuestas amparadas por la misma constitución que ellos se inventaron. O si?

  • Bobo:

    Desde luego que es una excelente idea, porque entre otros beneficios ahorraría todos esos gastos de transporte, meriendas y movilización de personas, que de seguro tienen muchos asuntos que atender. Y no te asombres que en algún momento prenda la iniciativa, … Eso sí, fecha no puedo predecir.

    Por otro lado, no te preocupes en demasía si me visita la policía política, la económica, o cualquier otro ente. En mi ámbito familiar siempre hemos recibido a personas de todos los colores (tanto en pigmentación como en identidad política) sin menoscabo para el orden del núcleo.

    Va y ni siquiera tengo que esperar por esa reunión que mencionas, en el entendido de que es muy probable que “los niveles” lean estos comentarios, y a mí me conoce aquí hasta el Pipisigallo: Solo tendrían que tocar a mi puerta si hay alguna duda.

    Más engorroso sería aclarar una propuesta tuya, porque con esa máscara inmarcesible y perenne que portas, el día que vuelvas a la Isla lo mismo te podrías aparecer en el grupo disidente de moda que acomodarte en el equipo de apoyo de Iroel… Ladino, Bobo, ladino…

  • Ok, Nostromo, repeat after me:

    “Esto es un diálogo (o intento del mismo) entre Isidro y Jorgealejandro. Si Nostromo quiere opinar, que espere su turno con paciencia, o que se resigne a que le digan que no complique el asunto, procurando un “triálogo”…¿Claro?

    Understand….?

  • Isidro, con que no tienes que presentar ninguna propuesta a tu diputado porque todo el mundo te conoce y además leen HT. Como siempre cantinfleando cuando se le precisa.

    Alguien hace unos años presentó más de 25 mil firmas a la Asamblea Nacional para hacer reformas a la Constitución y como respuesta un árbol lo mato. Ahora uno de sus seguidores del Movimiento Cristiano de Liberación acaba de presentar 10 mil firmas más y está vez como respuesta la policía política lo saco a patadas de su casa frente a sus hijos y le están pidiendo 3 años por desacato a la autoridad.

    Parece mentira que has vivido toda tu vida entre dictaduras y hables de propuestas que ni tu mismo te las crees cuando dices que todo el mundo te conoce y eso basta para proponerla, en vez de simplemente condenar tan bochornoso acto fascista de las camisas no blancas orquestado desde el gobierno. Isidro el problema no es el costo de la logística el problema es ético y moral. Habla de eso y deja a un lado a Mariano Moreno o al troll de turno en la brigadita.

  • Isidro:

    ¡Ahora entendí! Son las nuevas reglas de discusión aquí. Qué bueno que lo explicaste.

  • Nostromo : no te dejes ilusionar…..faber es revolucionario marxista, apoya todo esto y solo lo ve como parte de la “lucha gloriosa de los oprimidos para instaurar la justicia y la paz en la tierra” todos son iguales…..hasta Fray betto o tu crees que son angeles gloriosos ?? Ja, ja !!

  • José Darío: Pues sí que me gustaría leer la opinión de Faber, a ver cómo armoniza toda su teoría con la realidad (o cómo lo intenta). En fin, sospecho que espero en vano. Específicamente me gustaría preguntarle: “Y tú, ¿qué harías? ¿Cómo vivirías bajo este régimen?”

  • Exactamente, Miranda. Raúl Castro puede decir que a dónde vamos a parar, qué barbaridad, pero de que el gobierno utiliza a estas personas, estimula esta bestialidad, vamos, no hay dudas. Entonces el asquito raulista es puro cinismo.

  • // Sería bien distinto si… //

    Todo eso que hace el régimen es abusivo y risible, pero *los opositores involuntariamente (espero) colaboran* con el espectáculo. Tienen fijados lugar, día y hora de su manifestación, cuando salían del parque Ghandi recuerdo que tuiteaban “dentro de diez minutos ya vamos a salir”. Parecería que ellos tienen interés de que lo que sucede suceda.

    Sería BIEN distinto si el mayor objetivo fuera dirigirse a la población y *con un mensaje sustancioso y efectivo*. Para eso no se avisa. Pueden diseñar su estrategía, siempre que sirva al fin de encaminar Cuba rápido y bien, pero quizás ayude (???) insistir en la idea supersencilla y efectiva de muy calladamente, en los lugares menos sospechados, dedicarse a entregar personalmente sin necesidad de llamar la atención cientos o miles de volantes como el siguiente.

    Aspiraciones sociales cubanas, ¿sí o no?

  • Y si “Maykel Paneque” existe y fue quien escribió el artículo, hay que decirle que está en peligro, porque ha perjudicado a mafiosos desalmados.

  • Relájese, vecino, relájese…A ver si nos entendemos…De una vez y por todas. Para ello sugiero distanciamos del ciberchancleteo al uso y la pullita de ocasión. Acojámonos por un rato al “lenguaje de adultos”. Para bien de los dos.

    Por partes y en orden de prioridades:

    1) Yo NO soy ni he sido nunca disidente ni opositor en mi país. Más bien me adhiero en buena medida al ideario revolucionario – o como tengas a bien denominarlo – y eso nunca lo he ocultado, si bien me reservo mi espacio crítico y opciones personales ante cada situación, entre las cuales se incluye mi indeclinable talante a dialogar con quien estime conveniente – a reservas de su credo- y a tratar en todo lo posible de tolerar y respetar al opuesto.

    2) Dicho esto, no veo porqué debería ser diferente cuando estoy fuera de Cuba, como insistes una y otra vez en conminarme. Aquí en HT y en otros espacios de opinión es común ver a personas que dentro de la Isla no le tiraban un hollejo a un chino y una vez fuera del país, desde el confort del exilio (o como le quieras decir), son los más aguerridos defensores de la democracia y medulares luchadores anticastristas. Yo no me monto en ese carro. Soy uno en La Habana, y el mismo en Pekín, en Melbourne y donde me agarre el próximo amanecer.

    3) Te empeñas una y otra vez en hacerme cantar tu melodía, echándome en cara que si no menciono las 25 mil firmas (el ejemplo más reciente) u otros aspectos contenidos en tu agenda política. Te invito a tomar en cuenta, por una cuestión de mínimo respeto a tu interlocutor, que yo nunca te impongo mis criterios como premisa para dialogar contigo, a pesar de que siempre noto como te vas por las ramas para obviar que como país hemos vivido inmersos en una guerra no declarada con una potencia -la mayor-, y cómo una parte de los que ayer con fusiles en Girón y en el Escambray, y hoy con soflamas en casas y calles, han vivido plegados a ese programa de aniquilamiento diseñado desde el exterior. Tu ceguera es tuya, te agradecería que no intentes contagiármela.

    4) Eso que tu llamas “cantinfleo” para mí significa intentar valorar por igual a cada persona cubana con la que entablo un intercambio de ideas, haciendo lo imposible por ver dónde podemos congeniar y colocar a un lado las diferencias. Para mí son tan merecedores en ese sentido Elio, que el Bobo, Atila que Jorgealejandro, Eduardo que Miranda, por poner casos de quaisi imposible emparejamiento. Tiene que llegar un momento en que podamos hablar sin machetearnos – valga el símil – mutuamente . A eso aspiro. Eso sí, cuando vea tergiversaciones de intención aviesa, o mentiras flagrantes, les saldré al paso, como acaba de suceder en el artículo sobre Africa y la elefantiásica mentira introducida sobre el conflicto entre Somalia y Etiopía por la Dra. Azor…

    Si para ti eso es ser émulo de Cantinflas, o peor aun, aspirante a troll, creo que no puedo hacer más para convencerte de lo contrario, Te dejo con tus elucubraciones…

    PD: ah, y repara que en mi propuesta (que no la veo en nada descabellada) dije “Va y ni siquiera tengo que esperar…” Ese “Va” en buen cubano entraña posibilidad. Nada seguro…

  • Qué pena de país! Ese es el hombre nuevo.

  • Pueden encontrar fácilmente en Google el enlace a “Aspiraciones sociales cubanas” con detalles para crear el volante.

  • El repudio contra lo diferente es un acto de miedo, más que de intolerancia. Institucionalizar el repudio en Cuba ha sido un efecto de la desesperación. Una estrategia contra la lógica, contra la razón.
    Y lo único que puede frenarlo es también la razón. La pluralidad es una expresión de la naturaleza, y la lucha contra la pluralidad es infinitamente más desgastante que cualquier guerra. Es una guerra condenada por la ley misma de la vida. Cualquiera que colabore en estos actos de barbarie se degrada al nivel más bajo. Los sistemas políticos cambian, las ideologías también: los valores humanos son los mismos sæcula sæculorum. Nadie está obligado a degradarse, el que acepta hacerlo es porque ya la degradación está latente en su interior. Hay países donde guerrillas terroristas obligan a niños a disparar contra sus padres, so pena de matarlos ante sus ojos infantiles con procedimientos aún más crueles. Pero en Cuba nadie es coaccionado hasta ese punto, así que no hay justificación para participar en un mitin de repudio. Es solo una cuestión de elección.

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