Elecciones en Cuba: Sin falsas promesas

Yusimí Rodríguez

Mesa electoral cubano. Foto: rcm.cu

HAVANA TIMES, 25 abril – El pasado verano, escuché en la playa una canción, no sé de qué grupo, que decía: .”..un negro en la Casa Blanca.”. La letra celebraba la llegada de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos de América, un país ancestralmente racista, a dónde los hijos de África llegaron como esclavos.

Recordé todas las espectativas que tuve cuando vi su victoria a través del programa La Mesa Redonda, de nuestra televisiòn: La guerra de Iraq iba a terminar, la cárcel de la Base Naval de Guantánamo iba a cerrar, existiría un diálogo entre los gobiernos de mi país y los Estados Unidos que conduciría al levantamiento del bloqueo económico y a la normalización de las relaciones entre ambos países.

Esperaba un cambio porque así se había anunciado Obama durante su campaña, como el Presidente del Cambio.  Ocho meses después, escuchando la canción, pensé que de todas aquellas cosas que esperaba, lo único que había pasado era el tiempo.

¿Fueron falsas las promesas de Obama?  No lo sé. No sé si a estas alturas importa. Quiero creer que realmente tuvo la intención de hacer todo aquello que dijo que haría. Nuestra prensa y La Mesa Redonda han seguido su lucha por cambiar el sistema de salud en su país y darle seguro médico a millones de sus compatriotas que no lo poseen, en el país más rico del mundo. Sí, todavía quiero creer en Barack Obama.

Pero la canción y el entusiasmo del pueblo norteamericano, sobre todo de los afro-norteamericanos, que pude ver a través de la televisión en mi país, y que compartí, tras el triunfo de Obama, solo demuestran nuestra ingenuidad al pensar que un cambio de color en la silla presidencial de los Estados Unidos, podría resultar en un cambio radical en la política interna y externa; que bastaba darle una manito de pintura negra a la Casa Blanca para que un mundo mejor, y más justo, fuese realmente posible.

La comunidad hispana esperaba mejoras, sobre todo en la situación de los que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente. Un artículo publicado en el periódico Granma, de mi país, hablaba de la posibilidad de que Obama liberara a un luchador por los derechos de la comunidad indígena de los Estados Unidos, encarcelado durante décadas por un crimen que, según ha sido demostrado, no cometió. El autor del artículo basaba esa esperanza en que Obama también pertenece a una minoría étnica discriminada en ese país.

No acabamos de entender que el poder, aunque se vista de negro, poder se queda; que Barack Obama es simplemente el presidente del país más poderoso del mundo, y que en el país más poderoso, quién tiene más poder no es precisamente el presidente.

Barack Obama no pasará a la historia como el Presidente del Cambio, aunque se haya anunciado así en su campaña. Pasará como el primer presidente negro de los Estados Unidos, y pienso que el único ganador ha sido realmente el poder de esa nación, el sistema norteamericano que ha logrado hacer creer a muchos que esa es la verdadera democracia, dónde incluso un negro puede ser nominado para la presidencia, ganar las elecciones y convertirse en presidente.

Recuerdo que cuando era pequeña, se hablaba aquí de Jesse Jackson, otro afro-norteamericano que intentó llegar a la presidencia de aquel país para cambiar las cosas. Aquello parecía una ingenuidad, aunque fuera el negro que más lejos haya llegado antes que Obama en cuanto a aspiraciones políticas.

Sin embargo, ahora con Obama como presidente, parece que sí se puede. El propio Jackson, enfocado por las cámaras, tras el triunfo de Barack, parecía tan feliz, como si hubiera sido realmente el triunfo de todos los afro-norteamericanos del país, de todos los pobres, de todos los discriminados. Sí, qué bueno es el sistema norteamericano, dirán algunos.

Las elecciones del domingo en Cuba

Siento que desde mi país, a la víspera de que cubanas y cubanos votemos en las elecciones 25 de abril, puedo sentir lástima del pueblo norteamericano que acudió a las urnas con la esperanza de que su voto pudiera cambiar las cosas en su país.  Qué ingenuos.

Caja electoral. Foto: venceremos.cu

Yo tengo la suerte de que los gobernantes de mi país no me han hecho ninguna falsa promesa para garantizar un voto que los mantenga en el poder. Porque de hecho no dependen de mi voto para mantenerse en el poder. No es para elegir al presidente de mi país, ni ninguno de los otros cargos, que ejerceré mi derecho al voto el próximo domingo. Un derecho que tengo garantizado en mi país; tan garantizado que si por alguna casualidad olvidara acudir al colegio electoral, alguien irá a mi casa a buscarme para que vaya a ejercer mi derecho a voto.

Las elecciones de este domingo se llevarán a cabo para elegir a los Delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. Recientemente, nuestra prensa y el noticiero de televisión han orientado al pueblo que en esta elección solo deben votar por un candidato, porque se ha dado el caso de boletas que han debido ser anuladas porque los electores han votado por más de uno o por todos los nominados.

Parece que después de tantos años escuchando el lema “Valen todos, voten por ellos” y “El voto unido…,” la gente va y hace cruces mecánicamente en todas las casillas. El periódico aclara que es en las elecciones para elegir a los Delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular, dónde los electores podrán votar por varios o todos los nominados.

Y hasta ahí llegará nuestra participación en las elecciones. Aunque ahora mismo no estoy segura, porque ayer conversaba con alguien que me aseguraba que nosotros solo elegimos a los delegados a la Asamblea Municipal. Lo que sí sabemos todos es que no elegimos al presidente.

El presidente del país será elegido cuando se reúna el Consejo de Estado, que tampoco es elegido por nosotros, si no por la Aseamblea Nacional del Poder Popular, que tampoco es elegida por nosotros.

Nosotros votaremos por el candidato a delegado que veamos con más posibilidades de resolver nuestros problemas cuando se los planteemos; problemas como los materiales de construcción para arreglar el techo o la pared, porque siempre vamos a las vías legales antes de convencernos de que casi nunca queda más remedio que recurrir a las vías ilegales.

También problemas como cualquier irregularidad en la distribución de alimentos normados. Pero no podremos preguntarle sobre cuestiones como la doble moneda, los bajos salarios (en moneda nacional) y los altos precios (en CUC), la libertad de prensa… No, esas no son cosas que podré tratar con el delegado electo.

Mucho se especula, dentro y fuera de Cuba, sobre la sucesión de la presidencia en el país. ¿Se reafirmará nuestro dirigente actual?  ¿Asumirá la presidencia el compañero Ramiro Valdés? Mientras, a nosotros nos toca observar como simples espectadores, espectadores que sufrirán las consecuencias de estos resultados, y esperar para conocer quién será presidente que elegirán esta vez para nosotros.

5 thoughts on “Elecciones en Cuba: Sin falsas promesas

  • si yo hubiese escrito este trabajo no me hubiera gustado tanto como me ha gustado este trabajo, el parlelismo fue perfect. Felicidades yusi

  • esas elecciones el mundo entero sabe que soh una farsa y una afrenta a la verdadera democracia ya que el pueblo cubano vive sumido por mas de 50 anos a una brutal dictadura sin los derechos democraticos mas basicos

  • La que escribió este artículo no conoce el sistema electoral cubano o con toda intención está tergiversando la realidad. Sólo bastaba un poquito mas de interés y esfuerzo y se hubiera ajustado algo más a la verdad.

    Leer para mayor comprensión:
    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104835

  • Yusi empezastes bien, pero despues te equivocastes, nosotros no elegimos el presidentes pero lo eligen personas que ya hemos elegidos asi que para que más, te pongo algunos ejemplos de una sociedad donde se dice que hay democracia, España, aqui tu votas el presidente que te ha elegido su partido te ponen una lista donde tu no conoces a practicamente nadie, aqui nadie elige al Rey y siempre esta, aqui si no pagas la casa te votan para la calle, en Cuba aunque no la pages que tendra que ser por algo justificable no te votan a la calle, aqui en España teniendo una justificación que es que el dueño te deja sin trabajo ya ves lo que pasa eso es democracia…..

  • En Estados Unidos hay dictadura.
    Cada Estado tiene un número de representantes al Congreso pero el 100% de ellos van al partido más votado y el resto de votos van a la basura, no valen para nada.
    Luego los representantes son los que eligen al Presidente.
    Los norteamericanos no elegimos al Presidente elegimos a representantes que a su vez han declarado su apoyo a un candidato a la Presidencia y esos representantes son los que luego eligen al Presidente en el Congreso.
    Pero ya les digo que solamente la mayoría de votos tiene representante y los demas son votos a la basura.
    Por eso hay alta abstención.
    No obligan a votar porque si obligasen igual votariamos a partidos que a ellos no les gustan yporque al 90% de los norteamericanos no nos gustan ni el Partido Republicano ni el Partido Demócrata – See more at: https://havanatimesenespanol.org/?p=4841#comment-75379

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