Vitrales de La Habana
Fotorreportaje de Ariel Glaria Enríquez
HAVANA TIMES – Como sutil reflejo de nuestra naturaleza, los vitrales son parte de la más auténtica arquitectura cubana. Entre las caprichosas formas de sus abellotados ensambles en madera, que sujetan los cristales de diversos colores, la luz tenaz del sol se derrama sobre los antiguos pisos de los salones coloniales, como suaves manchas del más delicado arte impresionista.
Su extendido uso no solo se limitó a esos elegantes arcos abanicados o aquellas traslúcidas luceras geométricas, tan usuales en balcones y ventanas de La Habana, también ocuparon un sitio más íntimo, como lo tuvieron las hoy casi extintas mamparas de madera tallada, que servían de intermediarias entre habitaciones hacia el interior de las viviendas.
A través de ellas, lo mismo que sobre los pisos de los antiguos salones, la radiante luz del sol adquiría los cálidos matices de una pintura al pastel.
(Haga clic en una imagen para ver la galería.)
Ariel: has hablado de los vitrales de manera poética, y en realidad forma parte de la arquitectura como adornos hermosos que transforman la luz. Una ventana, una puerta, una mampara con vitrales, adquieren categorías diferentes, o sea, se hacen más costosas por su valor artístico. En la modernidad ya casi no se usan. Por suerte, siguen teniendo una historia en la decoración de viviendas antiguas, sobre todo en La Habana Vieja. Gracias por el reportaje.