Vistazo al ferrocarril cubano

Fotoreportaje por Elio Delgado

Estación Central de La Habana

HAVANA TIMES, 24 mayo — Cuba fue el primer país de América Latina en tener ferrocarril, cuando el 19 de noviembre de 1837 se inauguró el primer tramo de vía férrea de 27, 5 kilómetros de La Habana a Bejucal.

Antes de Cuba, sólo seis países en el mundo poseían ese medio de transporte: Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica y Rusia.

Dos años más tarde, el camino de hierro se extendió 17 kilómetros más para llegar hasta Güines, y posteriormente se fueron agregando otros tramos hasta que 15 años después de su inauguración ya se habían construido 100 kilómetros de vías férreas.

A lo largo de todo el país, según se fue extendiendo el ferrocarril, se fueron construyendo terminales de sobria belleza. Y aunque algunas han sufrido los efectos del tiempo y la falta de mantenimiento, otras constituyen hoy verdaderos monumentos arquitectónicos, como la estación central de La Habana.

Viejas locomotoras de vapor exhibidas como piezas de museo.

Actualmente, la Empresa de Ferrocarriles de Cuba cuenta con 4,226 kilómetros de vías, que van desde Guane, en la occidental provincia de Pinar del Río, hasta Guantánamo, en el oriente de la Isla, con numerosos ramales que parten desde el centro hacia las principales ciudades del norte y del sur.

El parque de equipos se ha ido modernizando y ya las viejas locomotoras de vapor constituyen piezas de museo, pues han sido sustituidas por potentes y modernas locomotoras Diesel.

El ferrocarril cubano se encuentra hoy en un proceso de reparación capital, pues se había deteriorado bastante en los últimos años debido a las dificultades económicas surgidas a raíz de la desaparición del Campo Socialista de este europeo, con el que Cuba mantenía casi todo su comercio, y el reforzamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene el gobierno de Estados Unidos sobre la Isla desde hace más de 50 años.