Un resumen fotográfico de mis dos meses en Angola

Por Juan Suárez

HAVANA TIMES — Después de casi dos meses en Angola me dejó recuerdos inolvidables. Unas de las primeras cosas que me sorprendió al llegar a Luanda fue la gran cantidad de autos que circulan por sus calles con casi ningún semáforo que controle el tráfico,  manejar no es nada fácil y parquear casi imposible.

Me llamó la atención los edificios repletos de aires acondicionados y antenas parabólicas, en ese momento me vino a la mente La Habana y preferí no comparar.

Más adelante empecé a ver muchas mujeres con palanganas en la cabeza que transportaban lo imaginable para mí. Un día vi a una señora transportar más de cuarenta envases plásticos en la cabeza con facilidad de artista de circo, no llevaba la cámara, hubiera sido una foto estupenda.

Vi muchos hombres vendiendo cualquier cosa que sirva para vestir,  me sonreí al ver a jóvenes en la calle pintarle las uñas a las mujeres. Triste fue ver a niños limpiando zapatos a hombres con elegantes trajes, niños husmeando en la basura, mujeres con sus bebés en el suelo vendiendo cualquier cosa para poder sobrevivir al lado de un edificio majestuoso de una compañía petrolera, que contraste, bien marcados los extremos sociales. Observé a la policía armada con ametralladoras en varias esquinas como si estuvieran en guerra.

Angola es considerado uno de los países más caros del mundo, el cambio del dólar estadounidense en la calle ha alcanzado cinco veces su valor, en el banco no lo puedes conseguir, muchos de los extranjeros que allí trabajan han decidido marcharse.

Después de mucho andar y fotografiar, casi a escondidas por temor que me pudieran asaltar por alertas de varias amistades, pude hacer algunas fotos que aquí les dejo.

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