Un recorrido por el Museo Napoleónico de La Habana
Fotorreportaje por Irina Pino
HAVANA TIMES – En mis años juveniles, venía a este lugar con frecuencia, sobre todo cuando faltaba a la escuela. Era una maravillosa sensación, entrar a este remedo de palacio renacentista del siglo XVI, que perteneció al magnate cubano Orestes Ferrara, quien se dedicó al negocio de la caña de azúcar.
Gran coleccionista, tuvo a bien reunir objetos que pertenecieron a Napoleón Bonaparte, y muchos de aquel período.
El conjunto (7.400 piezas), consta de trajes, pinturas, grabados, esculturas, muebles, tapices, armas blancas y de artillería. Además de una nutrida biblioteca con libros en inglés y francés.
Antes de llegar al primer jardín, se hallan dos mujeres cubiertas por un velo, excepto por sus pies desnudos. Se nota que en ambas esculturas al artista le interesó destacar la delicadeza femenina.
Muchos años estuvieron afuera, cerca de la naturaleza, pero parece que las colocaron adentro para evitar sean robadas.
De Napoleón se exhiben efigies de variados diseños y tamaños, algunas con su traje y sombrero característico, otras sentado, pero una de ellas se destaca porque lleva una corona de laureles sobre la cabeza, similar a los emperadores romanos. Pues se conoce que tuvo manía de grandeza.
En la habitación está su lecho, con patas de esfinges egipcias, cuadros en las paredes, un tocador con primorosas chucherías, y, en una mesita de noche, su máscara mortuoria.
Arriba, en el tercer piso, está la biblioteca, toda enchapada en madera preciosa, rematada con un techo de gruesas vigas, y estantes repletos de libros con valor histórico.
Una cosa le digo al visitante, ya sea foráneo o no, lléguese a este museo, ubicado en San Miguel y Ronda, a un costado de la Universidad de La Habana. Allí podrá tener un recuerdo inolvidable, hacer fotografías del interior de la casa y sus jardines. Y también, por qué no, hasta se sienta un francés del siglo XVI.
Me encantan los fotorreportajes, siempre espero a que salga el próximo, este por supuesto es uno de los que más me gustan, los museos son muy importantes, el ver el interior, esa arquitectura, el color de la pintura, los muebles, parecen sacados de una película, sobre todo ahora que el mundo se está volviendo estéticamente minimalista, hay menos colores en casas, ropa e incluso en los vehículos, también las estructuras son más cuadradas faltantes de creatividad o extravagancia. Por esa razón es que me gusta tanto este fotorreportaje, porque nos permite ver otra época en la que las cosas eran diferentes al ahora
Buenas Irina, siempre me ha gustado esa casa y su diseño arquitectónico, es un museo muy interesante con una buena colección de artículos de Napoleón, gracias por el fotorreporteje y me gustaron mucho las fotos.