Segunda mirada a La Feria de la Habana
Fotoreportaje por Irina Echarry
HAVANA TIMES, Nov. 13 — La Feria Internacional de la Habana es un evento anual donde se promueve el desarrollo. Cuba hace importantes contratos que contribuyen favorablemente a la economía del país, a la vez que muestra sus avances y acoge con agrado la exposición de los logros de otros países.
El público solo tiene acceso a las salas expositivas los dos últimos días, luego de las premiaciones.
Pagando cinco pesos moneda nacional se puede entrar al recinto ferial más grande de la isla, Expocuba.
Pero, una vez dentro, ¿qué encontramos? Que la mayoría de los expositores ya se han retirado o están en pleno proceso de recogida, o sea, ya queda poco que ver. Aún así la gente se sorprende con los zapatos de Brasil o con el jacuzzi terapéutico que todos quisieran probar, o las camas y colchones que nos invitan al sueño placentero.
La idea que algunos tenemos de una Feria es distinta de la que vemos aquí, se supone que la gente pueda interactuar con los productos que se exponen, pero no es así, solo unos pocos dejan que se acerquen a las motos o los autos para tomarse fotos.
Los que querían ver de cerca los equipos para hacer ejercicios se quedaron con las ganas de probarlos, estaban a varios metros de distancia y con una tira de papel haciendo función de cerca.
La gente también se sorprende con los precios de los productos alimenticios que se venden para que la familia que acude a Expocuba pueda merendar. La venta es exclusivamente en CUC, lo que dificulta más la compra, pues no todos poseemos esa moneda.
Los que verdaderamente disfrutan son los niños, a ellos no les importa nada que no sea divertirse y lo logran.