Limpiabotas en Cuba
Fotoreportaje por Caridad
HAVANA TIMES, 22 Oct. — Cuando era niña y me hacían historias tremendas sobre lo que era Cuba antes de 1959, el trabajo de limpiabotas era casi lo más terrible que podían describirme. No porque yo lo viera así, sino porque era el último en la escala de trabajos que me describían, quizá porque era mal pagado, quizá por esa insensata costumbre que tenemos los humanos de creer que tocar, lavar, aliviar los pies de otra persona es degradante para quien lo hace.
Así mi sorpresa fue grande cuando un día, caminando por Centro Habana, encontré un señor limpiando los zapatos a otro. Fue solo semejante a mi otra gran sorpresa infantil: los bohíos – también creía que con el triunfo de la Revolución habían desaparecido esas rústicas casitas de campo. Ni los limpiabotas ni los Bohíos desaparecieron, como muchas otras cosas que mis padres me contaban ejemplificando “atrasos” sociales.
Con las modas de los zapatos de tela, (tenis, popis, zandalias), la gente necesitó menos de esa pasta a la que llamamos Betún, pero por suerte para los que suelen trabajar en ese oficio, los zapatos que necesitan betún vuelven a estar de moda e, incluso, en algunas provincias de Cuba nunca han dejado de estarlo.
Así volví a sorprenderme hace un par de años cuando en una provincia oriental encontré un local para los limpiabotas. Un ambiente muy agradable, ventilación, televisores para que los clientes se entretengan mientras sus zapatos son lustrados por estos hombres que, con seguridad, llevan muchos años haciéndolo, o tal vez no, tal vez solo lo hacen después de la jubilación, para extender la escasa pensión que no alcanza para mucho.
Pero al menos en estas provincias estos trabajadores tienen buenas condiciones para trabajar, no tienen que permanecer bajo el sol a la espera de algún cliente.
No sé si con la “nueva” apertura laboral será este uno de los oficios a escoger por las personas que queden sin puestos de trabajo. No creo que, a pesar de la moda, abunden quienes gusten de lustrar sus zapatos sentados en una acera o bajo un portal. No he visto en la capital ningún sitio donde los limpiabotas se reúnan a trabajar con un mínimo de condiciones higiénicas.
Sería en guantánamo ese local?
jajajaja, casi, Rose, pero no, estas fotos son de Bayamo, pero me parece q cuando estuve en Guantánamo tambien vi un salón de estos, ¿puede ser?