Iglesia Santa Catalina de Siena en La Habana (Fotorreportaje)

Por Irina Pino

HAVANA TIMES – En este hermoso templo, situado en Paseo y calle 25, en el Vedado,  bautizaron a mis tres sobrinos. Como ya no eran pequeños debieron de asistir a las clases de catecismo. Recuerdo que el bautismo grupal de adolescentes comenzó por la tarde y terminó por la noche.

Cuando vengo a mi antiguo barrio, acudo a este lugar de recogimiento.

La vida de las personas consagradas a Dios, en este caso, Catalina Benincasa Piacenti (1347-1380) es fascinante, creo que debieran dedicarle series, películas y documentales para que la gente la conozca.

Nació en la República de Siena, proveniente de una familia de clase media baja. Su padre fue tintorero, y su madre hija de un poeta.

A los seis años, cuando venía con su hermano por el campo después de visitar a su hermana Buenaventura, tuvo una visión de Cristo, que puso su espíritu a prueba.

Poco a poco se sustrajo del mundo cotidiano, refugiándose en la soledad y en la oración. Incluso un día, sin que nadie se diera cuenta, pasa unas horas en el desierto, como Cristo. Supongo que también buscaba respuestas.

Que podríamos pensar de alguien que hizo voto de castidad a los siete. Y que luego a los quince, cuando empezaron los preparativos para su boda, ella se rapó la cabeza poniéndose un velo apretado. Quedó tan conmovida con la muerte de parto de su hermana, que decidió ser laica y dominica.

Se dice que practicaba largos ayunos y se sometía a la mortificación. Eso le trajo problemas de salud con el tiempo, pues murió muy joven.

Predicadora del Evangelio, es una de las místicas extraordinarias de la religión cristiana. Se entregó a Dios por completo, atendía a los enfermos contagiosos, y las personas abandonadas.

En 1370 escucha un llamado superior para aunar las iglesias de todas las repúblicas italianas, y sirve de mediadora en conflictos civiles y eclesiales. Mantiene una comunicación epistolar con altos cargos del gobierno y de la iglesia, e intercede por el papa Gregorio XI.

La labor de Catalina es de gran actualidad porque incitaba a la paz, al servicio de la fe en convivencia con la humanidad, libre de egoísmo y corrupción moral. Asimismo, redimió el papel de la mujer en la iglesia.

Es maestra espiritual, pues dejó escrito el libro teológico Diálogo. Conformado por un Proemio, las Doctrinas del Puente, las Doctrinas de la Verdad, las Doctrinas de las Lágrimas. Además de El Cuerpo Místico de La Iglesia. La Obediencia, y Conclusión.

Algunos de sus historiadores han afirmado que no sabía leer ni escribir, y que dictaba a varios secretarios. Iletrada o no, era un ser con gran inteligencia e intuición.

Imagino que son preguntas, reflexiones, enseñanzas y conversaciones con Dios bajo el influyo del éxtasis redentor. De espíritu a espíritu.

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