El sofá de todos los habaneros

Fotorreportaje por Ernesto González Díaz

HAVANA TIMES — El malecón de La Habana, es una de las avenidas más conocidas y emblemáticas de la ciudad. Con sus casi 9 km de longitud, que van desde La Chorrera hasta la Avenida del Puerto, siempre marcando el límite entre la ciudad y el mar, prácticamente no hay visitante, ya bien sea nacional o extranjero, que se vaya sin haber pasado antes por el malecón.

Para los que somos habaneros es casi parte de nuestra familia, y no solo para los viven en zonas cercanas, prácticamente no hay habanero que no haya enamorado, conversado, cantado, llorado o intimado sentado en su muro, algunos prefieren pescar, otros van a tirar una siestita, a leer o a ensayar música.

Algunos adolescentes a veces hasta cometen la imprudencia de bañarse en el. Tengo una muy buena amiga que cada vez que salimos, ya bien sea al teatro, al cine, al Copelia o a comer un restorán italiano, tenemos que terminar sentados en el muro del malecón, no importa cuanta gente haya alrededor, hay siempre se conversa mejor, no importa la hora y el lugar el malecón es como el postre del paseo. Ver la puesta o la salida del sol desde el malecón es uno de los espectáculos más hermosos que nos brinda la ciudad.

Por otro lado el malecón es uno de los lugares más fotogénicos y fotografiados de la ciudad. Con las imágenes que aquí presentamos no intentamos mostrar una imagen turística ni idílica del mismo, solo presentar un recorrido por algunos de sus lugares mostrando su cotidianidad.

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