El Parque Almendares no es un Edén

Fotorreportaje Por Irina Pino

HAVANA TIMES – A menudo creemos que un lugar reúne las condiciones para sentirnos plenos con el lenguaje exterior, donde las vibraciones que nos trasmiten el verdor de los árboles, el agua del río y el trinar de los pájaros, nos sumergen igualmente en la placidez interior. Pero no es así, existe gente irresponsable que se encarga de hacer una transformación negativa, que atenta contra la armonía natural.

El Parque Almendares es aledaño al Bosque de La Habana y ambos comparten el río Almendares.  Se dice que fue construido después de 1959.

A este pulmón de la ciudad, lo están contaminando con maneras de esparcimiento distorsionadas, que atentan contra la lógica de su primer propósito. Y cuando esto sucede todo comienza a ser diferente y la estupidez se enseñorea para convertirlo en otra cosa.

Aún mantiene su solidez, tiene extensos espacios verdes, con magníficos árboles, un parque infantil, plazoleta de patinaje, merenderos, una cafetería, área para jugar golfito, un embarcadero y un anfiteatro.  Se puede observar el maravilloso Puente Almendares y cómo transitan por él la gente y los autos.

La administración ha permitido hacer restaurantes particulares, con precios elevadísimos para cualquier bolsillo (platos de mil CUP en adelante). Y hasta una heladería carísima. Vale decir que casi nadie viene, nada más son rentables cuando los alquilan para fiestas, cumpleaños y bodas.

Estos negocios son una dinamita ambiental, tanto por su desequilibrio estético, como por la bulla de música Reguetón, que ensombrece la voz del hábitat y viola los oídos de la gente que busca tranquilidad.

Imagino que el mal gusto imperante recae en sus trabajadores, personas de muy bajo nivel cultural. El móvil principal es recaudar dinero, aunque sea de esta forma.

A veces he visto mucha suciedad en el río, con abundantes pomos de agua, que ponen los pescadores para señalizar sus redes. Hecho que no debía ser permitido.

Por otro lado, han permitido unos horrendos grafitis en las paredes internas del puente, con fútiles mensajes, que no vienen al caso.

Quiero comentar que el área de patinaje, el golfito y los merenderos aledaños no se usan. Eso, sumado a la precariedad de aparatos para los infantes y un dinosaurio de goma tras una cerca, que resulta totalmente fuera de contexto.

Ah, y por último, tampoco el anfiteatro funciona. Allí se hacían emblemáticos conciertos de la Nueva Trova cubana. Era un sitio de gran convocatoria para los jóvenes que iban a escuchar las canciones de Pablo Milanés en el pasado siglo y aquella peña de Frank Delgado, con temas tan polémicos.

Es triste ver la inoperante dirección y cómo se denigra este paraíso.

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One thought on “El Parque Almendares no es un Edén

  • Me trae algunos recuerdos de el parque Almendares ver todas estas fotos, se ve mucho más abandonado que en mis memorias, pero, se siente la escencia del lugar. Es muy triste ver como se ha deteriorado el lugar y encima de eso la contaminación que hay en el río. Duele en el corazón de cierto modo, justo en la nostalgia.

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