El Hotel Nacional de La Habana

Fotorreportaje por Irina Pino
HAVANA TIMES – Visité el Hotel Nacional durante la administración del presidente demócrata James Carter, quien tuvo a bien estrechar los lazos entre Cuba y los Estados Unidos, durante su gobierno (1977-1981). Carter se ocupó de abrir el canal de la comunidad cubana, para que las familias tuvieran ese encuentro tan deseado, luego de años de restricciones en política migratoria.
Entonces, en 1978, vino mi tía Aurora, acompañada de su esposo y su hija. Ellos se hospedaron en este hotel. Aquel encuentro fue emocionante y triste a la vez, ambas hermanas se abrazaron por largos minutos.
Nos sentamos un rato en el lobby, y después nos invitaron a comer en uno de los restaurantes, el más pequeño. Hubo una larga conversación entre los mayores. Mientras que, mis hermanos y yo estábamos muy contentos de conocer a nuestra prima; ella nació allá y es ciudadana estadounidense, así que hablaba con una mezcla de inglés y español, lo cual la hacía interesante y simpática. Traía puesto un pullover con un cartel de los Bee Gees que nos encantó, por lo novedoso del diseño.
Comimos bien, y después del postre subimos a la habitación que tenían reservada. Entonces mi papá les regaló un lienzo que había pintado un amigo suyo. Era un paisaje marino con un bote en primer plano.
El ámbito, pulcro y bien amueblado, nos agradó por su disposición y comodidad. Estábamos algo cohibidos, sin embargo, de manera furtiva, nuestros ojos se fijaban en las maletas y los gusanos que aún se hallaban tirados en el piso, ocupando las esquinas y al lado de la ventana.
Mi tía sacó barras de chocolate con disímiles rellenos. Aquello era una fiesta de sabores, por la falta de golosinas que siempre nos gustaron, y ahora nos ofrecía a montones. A los niños y adolescentes, por lo general, les fascina el chocolate en todas sus formas.
Después se hizo la repartición de la pacotilla.
La estancia duró sólo una semana. En los años 90, mami fue varias veces a los Estados Unidos. Ya nunca más los vi. Pero con mi tía hablaba por teléfono con frecuencia, pues ella nunca dejó de ayudarnos económicamente, hasta que dejó de existir en este mundo.
Por eso la evocación de este sitio.
Les dejo algunas curiosidades del Hotel Nacional:
Diseñado por el estudio de arquitectura de New York, McKim, Mead and White. Con el financiamiento del banco de la misma ciudad. Se inauguró en 1930, sobre la colina Tángana, con una arquitectura ecléctica, donde se mezclan los estilos art decó, morisco español, neocolonial y romano. Su estructura es de acero, y para su construcción se utilizaron mármoles, piedra coralina y maderas preciosas. Está ubicado entre las calles O y P, y la mayoría de sus habitaciones tienen vista al malecón habanero.
En 1979, se convirtió en la sede del Festival de Cine Latinoamericano de La Habana, por lo que suelen hospedarse cineastas, actores y actrices que participan en dicho evento. Las entrevistas se hacen en su amplio patio exterior. Igualmente, se realizan actividades colaterales: ruedas de prensa, cenas y conferencias.
Ha sido visitado figuras relevantes del cine, la política, el deporte, la música, la literatura y la ciencia. Además de Monarcas y jefes de Estado. Victor Fleming, Winston Churchill, Nat King Cole, el duque y la duquesa de Windsor, Frank Sinatra y Ava Gardner, Marlon Brando, Mickey Mantle, Teofilo Stevenson, Errol Flynn, Jorge Negrete, Rosita Fornés, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Robert Redford, Buster Keaton, Rita Hayworth, José Raún Capablanca, Ernest Hemingway, Rómulo Gallegos, Jean Paul Sartre, Tintán, Ana Belén y Victor Manuel, entre otros.
En el siglo pasado, entre los años 30 y 40, la mafia italo–norteamericana tenía participación en los negocios en este hotel. También se hizo una reunión con las más importantes familias del crimen organizado, entre los que se encontraban, Santos Trafficante y Meyer Lansky. La escena se recrea en la película The Godfather, de Francis F. Coppola. Ha sido declarado Monumento Nacional, e inscrito en el Registro Mundial de la Memoria de la UNESCO. Si desean tener una información más completa, en internet hay suficiente material.
Imagino que podrán disfrutar de las fotografías que les regalo.