El Hotel Habana Libre

El Hotel Habana Libre de la capital cubana.

HAVANA TIMES – En el Hotel Habana Libre, solía reunirme con mi amiga y colega Verónica Vega. Era una cita ansiada, de una amistad que empezó en 2011 y continúa. Sentadas en un sofá del lobby nos contamos nuestras alegrías y reflexiones. Arreglamos el mundo, para

aferrarnos a la esperanza de que vendrán cambios y podamos experimentarlos; que dejen de ser tangibles en el sueño.

En este sitio hemos pasado horas, claro que, sin consumir ningún refrigerio, pues los precios son en MLC y bastante elevados. Tampoco lo hacíamos cuando la moneda era el CUC. La conversación es lo único que nos sostiene. A veces hemos pasado trabajo hasta para ir a un baño, porque suelen echarle la llave para que no entre el público que no está hospedado.

Me informo sobre este hotel, representativo de la ciudad, y encuentro detalles que no concuerdan, como el número de habitaciones y su altura. Unos artículos dicen que tiene 25 pisos, otros 27; que posee 572 habitaciones o más. Lo que sí es cierto es que, desde su altura, se observan hermosas vistas al mar, y la ciudad tiene otra óptica, menos sumisa. Era, junto al Focsa, uno de los edificios más altos, hasta que hace poco lo superó la Torre K-23, de 44 pisos y más de 500 habitaciones. Un inmueble que ha roto la armonía urbana.

Abundan los trabajos periodísticos acerca de la historia del hotel Habana Libre, pueden buscarlos en internet. Aquí Fidel Castro puso su oficina por varios meses, en los años 60. También hubo dos intentos de asesinarlo. Se llamó originalmente, Habana Hilton, luego bautizado Habana Libre.

Recuerdo la época en que los cubanos no podíamos hospedarnos en los hoteles, y ni siquiera nos dejaban entrar. Excepto, cuando el gobierno de James Carter tendió un puente de amistad entre Cuba y los Estados Unidos, para que la comunidad cubana viajara a la isla y se reencontrara con sus familiares, luego de décadas de separación. Entonces sí los cubanos tenían libre acceso, para disfrutar de las tiendas y los restaurantes. Siempre invitados por los dólares del bolsillo ajeno.

Lo conozco por dentro, estuve una vez en una habitación, con un novio que no era cubano, y me encantó la comodidad de su mobiliario. Y también fui una noche al Cabaret Turquino a bailar.

La Habana Libre es un hotel de cinco estrellas, por sus servicios. Sin embargo, hay áreas deterioradas, como el pasillo de las tiendas, con filtraciones y roturas en el techo. Además, se nota que la mercancía es vieja y faltan muchos productos, como juguetes para niños y cosméticos.

En el primer piso, donde suele haber exposiciones, permanece cerrado y no dejan subir.

Es una pena que haya perdido su antiguo glamour, y luzca ahora como una alhaja sin brillo. Hasta el mural frontal, la pintura de la artista Amelia Peláez, se ve borrosa.

Vea más galerías de fotos aquí en Havana Times.

3 thoughts on “El Hotel Habana Libre

  • Interesante tu artículo. Historia triste. Ahí pasé mi luna de miel y he estado muchas veces en reuniones, congresos y eventos.

  • Gracias Irina, por este reportaje donde se muestra la verdadera Habana, su belleza y sus heridas, que son también las nuestras, la de los cubanos que seguimos aquí resistiendo todas las formas posibles de la destrucción y sin perder nuestra humanidad esencial. Una lucha que la mayoría considera inútil aunque tiene un mérito enorme. Siempre he dicho que no nos quedamos por perdedoras sino por ganadoras, y eso lo dirá el tiempo.

  • Saludos, Irina. Cuando era niño mi mamá me llevaba al Hospital Infantil Pedro Borrás, íbamos en la ruta 23 desde Lawton que pasaba por la esquina de las callesL y 23, y pude ver las excavaciones para los cimientos. Se llamó Habana Hilton pero no era propiedad de la cadena hotelera Hilton, sino de gremio hotelero cubano y el segastronómicos, quienes habían negociado con la prestigiosa empresa norteamericana su administración al ser consorcio de alto prestigio y de confiable garantía para que la inclusión de su nombre pudiera atraer al turismo internacional y en especial al de los Estados Unidos.
    De igual forma muchos creen que el Focsa era propiedad extranjera. En realidad, la palabra que parece o suena como el apellido de algún millonario extranjero, es una sigla que significa Federación Obrera de Cuba Sociedad Anónima, o sea era propiedad de la unión de todos los sindicatos obreros del país. Así estaban las cosas para los trabajadores cubanos «tiempos ha…»

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