El cementerio de Santiago de Cuba parece otro país

Fotorreportaje por Osmel Ramírez Álvarez

 

HAVANA TIMES – Ya antes había visitado el cementerio de Santa Ifigenia, en los 90. Desde entonces su majestuosidad me impactó, a pesar del abandono. Las magníficas tumbas de los próceres y burgueses continuaban admirables, aunque contrastaban mucho con el entorno marginal del vecindario y las fosas humildes aledañas, las de los ‘comunes’. En una de esas últimas enterramos a mi abuelo.

Visité primero que nada la tumba de Martí, que es imponente sobre todas. Nada es más alto allí que su monumento, así como nada en la capital es más alto que su torre en la plaza cívica rebautizada ‘de la Revolución’.

Este verano volví. Era parte del itinerario de mi viaje de recreo con mi familia, especialmente pensado para los niños. Todo cambió en aquel sitio, y fue para bien. Me lo esperaba, pero me sorprendió la dimensión. Es un pedazo de ciudad que parece perfecto. Todo impecable, no solo en el cementerio, sino en los alrededores.

El barrio indigente que lo rodeaba, antes de casuchas de madera vieja o lata y tejas oxidadas, desapareció. Ahora son edificios nuevos. Las calles colmadas de baches, ya no lo son, ahora están excelentes.

Ni las personas son las mismas. Si no mudaron a la gente pobre y de pésima conducta social que habitaba antes allí, entonces hubo una asombrosa metamorfosis. ¡Enhorabuena! Hasta un río fétido cercano fue cubierto con tejas arqueadas de cinc galvanizado.

Dentro del camposanto todo es muy hermoso y solemne. Aceras y pasillos de mármoles, asfalto inmaculado, jardinería exquisita. Muchos policías aseguran las áreas. Guardia de Honor permanente custodia el recinto de los héroes, especialmente el de Fidel, inmóviles como estatuas. Por eso hacen una tediosa ceremonia de cambio cada 20 minutos que paraliza el tránsito de visitantes, siempre fluido.

Sabemos que todo ese remozado es por causa de la tumba de Fidel. Y que lamentablemente la de Martí nunca atrajo tantos visitantes. Pero tampoco jamás se promocionó tanto ese sitio, desde antaño emblemático, ni se incorporó al protocolo oficial como ahora.

Cabe destacar que el monumento a Martí no fue opacado por el de Fidel. El del Apóstol sigue siendo el mayor, el más llamativo y donde los visitantes se demoran más, pues un guía explica la historia de su muerte y el traslado hasta su tumba definitiva. La piedra donde reposan las cenizas del finado líder de la Revolución del 59 es discreta y apartada, y nadie allí trata de significarla.

Santa Ifigenia se ha convertido en un importante sitio de atracción turística, tanto para cubanos como para extranjeros. Parece otro país, un oasis de excelencia en medio del deterioro general. Aunque Santiago de Cuba luce mejor que otras ciudades cubanas, debido a la renovación obligada por los ciclones y la prioridad que tiene junto a La Habana, es muy interesante visitarlo.

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One thought on “El cementerio de Santiago de Cuba parece otro país

  • tiene guardia las 24 horas porque sabe que le tienen ganas y va a suceder de todas formas que un dia lo saquen de alli y lo entierren en un lugar donde mas nadie se acuerde de todo el mal que nos hizo. tiranozuelo que se disfrazo de libertador para ser castigador de su pueblo. miserable parlanchin que lleno las mentes de discursos y consignas porque nunca jamas supo gobernar un pais decentemente para buscar el progreso y el bienestar de sus ciudadanos. quedara como lo que siempre fue una gigantesca mancha negra en la historia, solo nos trajo luto y nunca alegria, por eso tantos festejaron cuando murio. llegara la justicia irremediablemente porque la noche no puede ser eterna. gloria a los heroes que murieron luchando contra la dictadura de castro, visionarios que vieron la hiena que bajaba de la sierra maestra.

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