El arte callejero de La Habana: hoy aquí, mañana ya no

Habla suavemente, pero lleva una lata grande de pintura

Fotorreportaje por Ken Alexander*

HAVANA TIMES – En la Havana Vieja, en un pequeño aposento, en un muro de cemento sucio y agrietado hay una pequeña pintura que ha capturado mi corazón. Es pequeña, pero habla en voz alta. Fue hace varios años cuando, por casualidad, la encontré. Se llama Mi Mundo. Regreso cada año y cada vez la pintura está más desgastada y los colores son menos vivos. Un día sucumbirá a los elementos.

En una ocasión le mostré a una mujer, en Centro Habana, una foto de una pintura mural en el Callejón de Hamel. Ella dijo: “Oh, eso ya no está allí”. Llamó a un amigo suyo y le mostró la foto. Ambos lo recordaron y coincidieron en que ya no estaba. Se había pintado algo nuevo.

En ese momento me di cuenta de lo mucho que ese colorido arte urbano, expresado perfectamente contra la textura hoyado de exteriores de La Habana no es más que una expresión transitoria de la vida en la capital cubana.

Se ha dicho que el arte callejero no es más que la poesía urbana que llama la atención de alguien. El arte como acto evolutivo, de ninguna manera estático y, además, sin reglas.

Este mes volveré a visitar Mi Mundo, y en esta oportunidad estoy decidido a encontrar al artista. (Si conocen al autor, por favor contáctenme.)

Durante 19 años he estado tratando de entender a Cuba a través del lente de mi cámara. Pero al igual que el arte cambiante en los muros de La Habana, la Isla es un blanco esquivo y conmovedor.

Cuanto más creo que entiendo a Cuba,

Cuanto más esta cambia,

Porque cuanto más me cambia

Cuanto más me doy cuenta de lo poco que entiendo.

El aspecto más transitorio de la experiencia es observar a las personas mientras caminan en frente de una obra. Por un breve momento son, sin saberlo, parte del arte. La madre y el niño, la anciana, la vendedora ambulante, cada persona interactúa con la obra maestra, creando algo nuevo y diferente que aparece y luego se disuelve a medida que pasan.

Banksy, el artista callejero famoso por su autodestrucción La Chica con el balón, dice que “el graffiti es una de las pocas herramientas que tienes si no tienes casi nada. “Incluso si no se te ocurre la idea de una pintura para curar la pobreza del mundo, puedes hacer que, al menos, alguien sonría mientras orina”.

 *Ken Alexander es un fotógrafo y periodista independiente de Woods Hole, Massachusetts, EE.UU. Puede ser contactado en: [email protected].

 

 

 

 

 

 

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