Castillo de la Real Fuerza (Fotorreportaje)
Por Irina Pino
HAVANA TIMES – El Castillo de la Real Fuerza es la fortaleza más antigua de América y de nuestra ciudad, conocida como Villa San Cristóbal de La Habana, durante la época en que la monarquía española plantó sus virreinatos en el Caribe. Es considerada una joya de la arquitectura militar, y declarada por la UNESCU Patrimonio Mundial.
Se erigió en 1558 y a través varias décadas fue remodelada con ampliaciones en su estructura hasta 1762, ya que al principio, debido a su posición (no muy cerca de la bahía), no reunía las condiciones necesarias para soportar los ataques de piratas y corsarios.
Posteriormente se convertiría en uno de los baluartes más importantes para defender la ciudad, junto a las fortificaciones El Morro y La Cabaña.
De estilo renacentista, propio del siglo XVI, ostenta simetría en sus formas, consta de un foso, gruesos muros y una torre.
Actualmente es un museo con disimiles curiosidades, como la maqueta de la fortaleza, su evolución constructiva desde 1691 hasta la Plaza de Armas y sus aledaños; conjuntamente se proyectan videos sobre su construcción, objetos de la historia de la navegación y construcción naval en Cuba, además de tesoros arqueológicos rescatados en las aguas de nuestro litoral y en las excavaciones realizadas en el interior del edificio.
En una de sus salas está La Giraldilla original, escultura fundida en bronce. Su copia, funciona a modo de veleta en lo alto de la torre.
Esta hermosa pieza la creó el artista Jerónimo Martín Pinzon, inspirada en Doña Isabel de Bobadilla, esposa de Hernando de Soto, quien fuera Gobernador de la isla en el siglo XVI. Y cuenta la leyenda, que ella esperaba su regreso en la torre mirando el horizonte con la esperanza de ver su barco llegar. Pero en uno de sus viajes no hubo retorno.
A lo largo del tiempo ha tenido múltiples funciones: fue residencia de los capitanes generales y gobernadores de la isla, almacén para guardar oro, plata y mercancías de tránsito, que luego eran enviadas a España. También fue Cuartel del cuerpo de voluntarios durante la Guerra de los Diez años, Archivo Nacional, Cuartel de la guardia rural, Estado Mayor del Ejército, refugio del Batallón de Artillería del regimiento Siete, Máximo Gómez, Biblioteca Nacional y Museo de la cerámica, entre otros.
Puedo contar, como experiencia personal, que cuando fue Museo de la cerámica, me quedé atrapada allí por un vendaval. Yo era la última visitante.
No podía irme con aquellas lluvias intensas y fuertes descargas eléctricas. Había un joven cuidador que me permitió quedarme varias horas en el edificio. Estuve desde por la tarde hasta las 10 de la noche.
Así que viví un acontecimiento memorable, entre aquellos muros me sentí parte de siglos anteriores.
Buenas Irina muy bueno tu fotorreporteje nos aclaras mucho de la historia del Castillo de la real fuerza, me gustó tu anécdota de el tiempo que pasaste con tormentas eléctricas y atraparada en esa fortaleza parece algo misterioso… Yo también tengo historias de ese lugar a mi me gusta mucho y una vista bella de la bahía de la Habana, no se si te acuerdas en los años 90 abrieron en la terraza del castillo un lugar con mesitas donde tomar un vino o refresco, muy agradable, tengo un lindo recuerdo de ese lugar.
Un saludo para ti y espero el próximo artículo tuyo.
Si, tengo un vago recuerdo. Me gustaría conocer la anécdota tuya. Gracias por el comentario. En verdad es una edificación imponente.