Castillo de la Real Fuerza de La Habana

Fotoreportaje por Elio Delgado

HAVANA TIMES, 25 dic — El Castillo de la Real Fuerza es una fortaleza militar con diseño europeo; es una de las más antiguas  del  Nuevo Mundo. Se encuentra aledaño a la Plaza de Armas, lugar declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.

La antecedió “La Fuerza de La Habana” conocida como la Antigua Fuerza, la cual, al igual que esta, fue edificada con el propósito de impedir que la villa de San Cristóbal de La Habana fuera saqueada por los corsarios y piratas pero en 1555 el corsario francés Jacques de Sores la destruyó e inmediatamente tomó y ocupó la Villa pues el hecho de estar situada muy adentro del canal de la bahía constituía un problema estratégico de la fortaleza.

En 1558, se comenzó a edificar el que conocemos hoy día y se terminó  en 1577; luego, se le realizaron ampliaciones a la planta alta, hasta llegar a techar su totalidad, con el fin de servir de alojamiento de la tropa y residencia del Gobernador; sirvió  de cuartel y principal defensa de la ciudad. Sus constructores fueron Bartolomé Sánchez y Francisco Colona.

Entre las adiciones sobresale la torre-campanario rematada por una veleta de bronce con forma de mujer, llamada “La Giraldilla,” según algunos, como evocación a la Giralda de Sevilla.

Su planta está formada por un cuadrado perfecto de poco más de 30 metros con cuatro baluartes, uno en cada ángulo. Está rodeada por un amplio foso y el acceso a su interior es por medio de un puente levadizo de madera.

Hasta finales del siglo XVIII, es decir, por más de 200 años, la planta alta sirvió de residencia   para  los Capitanes Generales y soldados de la guardia real.

Está distanciada de las aguas por la Avenida del Puerto (avenida de Céspedes) y frente a la Plaza de Armas.  Al Castillo de la Real Fuerza se le considera la fortaleza existente, de diseño europeo, más antigua del Nuevo Mundo.

Ha tenido también usos civiles pues fue  también biblioteca nacional, museo de armas,  de cerámica contemporánea.

LA GIRALDILLA

El  campanario se encuentra en la esquina noroeste del castillo y sobre él se encuentra una réplica de la veleta denominada La  Giraldilla, considerada la obra escultórica más antigua de Cuba, realizada por Jerónimo Martín Pinzón, maestro fundidor (1607-1649).  La escultura original tenía una palma real y la cruz de Calatrava, orden militar española pero el fuerte viento las arrancó.

Actualmente, ocupa su lugar una copia pues la pieza original se conserva en la entrada del museo y  les da la bienvenida a todos cuantos entran (junto a una campana hecha por el mismo artista traída del convento de Santa Clara).

Constituye la escultura fundida en bronce más antigua de Cuba y fue hecha en 1632.  Se dice que representa a  Doña Isabel de Bobadilla, esposa de Hernando de Soto quien fuera la única gobernadora que ha tenido Cuba.

Cuenta la leyenda que su esposo salió a explorar el sur de EE.UU. y ella iba cada día a un lugar alto y cerca del mar  a esperar el regreso de su esposo. Él no regresó jamás pero su amor, su fidelidad y su valentía convirtieron la Giraldilla en un símbolo de la capital.

MUSEO NAVAL

Este lugar es hoy el museo naval y cuenta con 12 salas. Las que corresponden a los 4 vértices de la figura geométrica son denominadas por letras. La  A presenta la monografía del castillo; la  B, una colección de pecios rescatados como discos y barras de plata y oro de 22 quilates del siglo XVI, cadenas, piedras talladas, botones, leontinas, etc.; la C, la vida a bordo y la D, instrumentos de navegación.

Por otra parte, la 1 es el área de información; la 2  presenta los antecedentes de la construcción naval en Cuba. Se exponen instrumentos utilizados por los aborígenes hechos de caracoles y rocas; también, una réplica de una de las canoas usadas; las 3 y la 4, las riquezas del Nuevo Mundo; la 5, la construcción naval del  siglo XVII; la 6, el Real Arsenal de La Habana; la  7, El  Santísima Trinidad; la 8, Decadencia y fin del Real Arsenal de La Habana y la 9 es el patio.

Acerca de la construcción naval en Cuba resulta interesante saber que los primeros buques construidos fueron hechos por particulares interesados en la pesca, el cabotaje y el contrabando.

La metrópoli conoció de las ventajas de los puertos y las ensenadas así como de la proximidad de bosques con excelentes maderas para la construcción y reparación de embarcaciones por lo que ya a mediados del siglo XVI en el puerto de La Habana  había comenzado la construcción naval.

El primer galeón que aparece en el libro de registros de la Casa de Contratación de Sevilla es el san Andrés de 350 toneladas botado al agua en 1551.

Felipe II, en 1561, reorganizó el sistema de flotas formado por buques mercantes y de guerra. Sus rutas, basadas en conocimientos de las corrientes marinas y los vientos, constituirían el circuito comercial entre España y el Caribe.

Una de las 2 rutas de España hacia el Nuevo mundo era  La Habana; por otra parte, en La Habana confluían todas las flotas cargadas con las riquezas de distintos países de América para continuar junto a la Armada su regreso a España. Esto hizo de La Habana un puerto clave lo que le valió el título de la Llave del Nuevo Mundo.

La real  cédula de  abril de 1617  ordenó establecer un astillero en La Habana, pero no fue hasta 1722 que comenzaron las obras en los terrenos colindantes con el castillo de la Real Fuerza y el muelle de San Francisco. En 1724 se botó al agua el navío San Juan de 50 cañones.

La riqueza maderera de la región propició el desarrollo de la construcción naval en otros puntos cercanos. En el puerto de Cabañas (oeste), se construyeron naves como La Magdalena, capitana de la Real Armada, La Criolla, mercante de 700 toneladas y Nuestra Señora de la Concepción que fue nave Almiranta de la Flota de  nueva España.

Se construyó aquí un total de 22 navíos de línea, 6 fragatas y 3 paquebotes. Los mayores buques tenían un porte de 80 cañones.

Construido en el Real Arsenal de La Habana, el navío de línea Santísima Trinidad  fue el mayor de su tipo, en ese momento, en la historia y uno de los más controvertidos. Llegó a tener 140  bocas de fuego. Fue botado al agua en 1769. Un temporal propició su hundimiento en 1805, luego de la batalla de Trafalgar.

Por otra parte, la industria naval mundial se desarrolló aceleradamente, se revolucionaron la artillería y el blindaje y de vela se pasó a vapor. Terminaron las grandes construcciones navales en La Habana y la actividad del Real Arsenal quedó reducida a  la reparación de buques.

Solo se botaron al agua entre 1844 y 1852 un bergantín, una corbeta y el vapor Colón, que cerró la producción naval del Real Arsenal. Y para culminar la historia constructiva, la Ordenanza de Arsenal establecida el 7 de mayo de 1886 definió al astillero habanero como inapropiado y se limitó su función a reparaciones menores hasta quedar abandonado en los últimos tiempos de la dominación española.

El tema de las embarcaciones y los grandes navegantes se aborda en monedas, billetes y medallas de disímiles países. Esta exposición es una mirada a cómo el hombre premia importantes hazañas navales y embarcaciones famosas por su belleza o  poderío; donde el universo de leyendas se funde con la realidad y tal y como ocurrió con la literatura, el cine, la filatelia, se nos presenta ahora en la numismática.

Una bellísima amalgama histórica nos embarga cuando visitamos el Castillo de la Real Fuerza.

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2 thoughts on “Castillo de la Real Fuerza de La Habana

  • Simplemente Moustro !

  • Estan super Buenas esas fotos , Quiero ir a cubaaaaaaaaa !!!!!!!!!!!!!!!

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