Baracoa, ciudad primada

Fotorreportaje por Onel

HAVANA TIMES — El último tramo de mi viaje al oriente de Cuba aconteció en el impresionante pueblo de Baracoa, provincia de Guantánamo. Pensé encontrarme una comunidad diferente, típicamente oriental, con gran influencia caribeña, mucho chocolate y una naturaleza exuberante; excepto por esto último mi visión de turista frívolo fue crudamente defraudada. Especialmente las casas del chocolate, no malgasten su dinero con semejante agua de culo.

Los jineteros en su asedio enrarecen el ambiente y distorsionan la realidad ¿a dónde se mudó aquella gente natural y auténtica que encontré en un viaje anterior, hace más de una década?

La primera vez que presencié el majestuoso Duaba unas criollas lavaban ropa contra las piedras; el bucólico paisaje fue sustituido por un turista obeso, rojo como un camarón entre tragos y calenturas, abracaba a una mulatica.

Pero no todo es tan terrible. En verdad no tengo forma de expresar, sin recurrir a grandilocuentes adjetivos, toda la belleza del sitio. Es impresionante esa villa, la primera fundada por los españoles, crecida y mantenida en aislamientos durante siglos, al borde del bosque tropical húmedo más exuberante del país. Perforando con esfuerzo la capa de jineteros unos rostros, ciertas expresiones faciales todavía recuerdan lo que debió haber sido en sus tiempos gloriosos Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.

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