UE-Cuba ¿Epílogo de la Posición Común?

Fernando Ravsberg*

En 6 meses Cuba y la UE deberían sentarse a la mesa de negociación. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — Posiblemente las relaciones de Cuba y Europa den un giro a mediano plazo. Bruselas se muestra dispuesta a sentarse a dialogar con La Habana sobre los temas que los dividen, para suplantar las medidas unilaterales por un acuerdo mutuo.

Eso me explicó el Embajador de la UE en Cuba, Herman Portocarrero, quien nos recibió tras su último viaje a Europa. Fue una conversación informal con el objetivo de darnos un pantallazo sobre el nuevo escenario de las relaciones entre La Habana y Bruselas.

El diplomático asegura que es posible tener una relación normal con Cuba y que esta surgirá de una negociación bilateral. Solo la preparación para sentarse a la mesa será de unos 6 meses y conseguir
un acuerdo tardará al menos 1 año y medio más.

Me asegura que el nuevo enfoque de la UE se corresponde con los cambios y reformas que hay en la isla. Cree que un acuerdo le permitiría apoyar a Cuba en temas como la seguridad alimentaria, la
modernización económica, impuestos o microcréditos.

Le llama la atención “la libertad de expresión que existe en el campo económico porque el primer paso siempre es abrir un espacio de debate y nuestra esperanza es que se abran otros espacios intelectuales para
debatir los asuntos sociales”.

Pero mientras se discute, Europa mantendrá la Posición Común. De todas formas, Portocarrero dice ser optimista y menciona que la UE tiene hoy buenas relaciones con países con los que la separan fuertes
diferencias en el campo político.

Esta idea me despierta la duda sobre por qué no hay una Posición Común para naciones como Arabia Saudita, por ejemplo. Me responde que “Cuba por razones históricas y políticas tiene alta visibilidad y es un país
que siempre destaca”.

Pongo cara de no entender la explicación y entonces me cuenta que la UE funciona en base a un consenso de los Estados miembros y “en varias capitales europeas, como en EEUU, Cuba es un asunto de política
nacional”. Ya comprendo un poco más.

Portocarrero cree que el modelo europeo es la tercera opción que permitiría a Cuba “salvar los logros de la revolución.” Foto: Raquel Pérez

Entre los temas más difíciles para el consenso está el de los DDHH, “tenemos diferencias pero hay que buscar asuntos donde haya intereses comunes. Por ejemplo, verlos como un todo, con las libertades públicas
y también los derechos sociales”.

Portocarrero cree que para Cuba será un importante logro político dejar la Posición Común y tener un acuerdo negociado, La Habana “quiere tener una relación normal con Europa que le dé un reconocimiento internacional que ahora no tiene”.

Entre los europeos hay personas interesadas en invertir y habrá más en base a una reforma económica que abra nuevas posibilidades y dé mayor seguridad. “Este país va a necesitar proyectos importantes de
infraestructura pública, de energía, etc.”, me dice.

Pero hay también una visión geopolítica de Bruselas, “nos importa la estabilidad de la región caribeña, donde varios países de la UE tienen intereses, incluso territorios. El interés de todos es que el futuro
de Cuba sea pacífico y que se mantenga la estabilidad”.

Agrega que “todo el mundo (en Latinoamérica) está satisfecho de que hayamos dado este paso” porque Cuba se involucra cada vez más en la región, con el CELAC es más que obvio. Así el dialogo con La Habana
podría ser también un mensaje para el resto del continente.

Haciendo historia le hago notar una rara coincidencia: cuando EEUU aprobó la Ley Helms Burton, la UE adoptó la Posición Común e inmediatamente después La Casa Blanca se comprometió a no sancionar a
las empresas europeas que inviertan en Cuba.

Le digo que en política no hay coincidencias. Se ríe y me responde que eso puede ser cierto en Cuba pero entre Bruselas y Washington a veces sí las hay. Me recuerda que la UE se opone a cualquier medida
extraterritorial y así lo expresa en la ONU.

“Nosotros defendemos un modelo de sociedad, no somos un imperio, a nuestra forma somos idealistas, no pretendemos controlar a nadie sino compartir nuestras experiencias y aconsejar a la sociedad cubana para
un futuro próspero”.

Portocarrero me asegura que a pesar de las graves dificultades económicas que atraviesa Europa, su modelo de sociedad de bienestar sigue siendo una tercera opción “que permitiría (a Cuba) salvar los logros de la Revolución”.

(*) Publicado con la autorización de BBC Mundo.