Que el marabú os ilumine

Fernando Ravsberg

Marabú. foto: trabajadores.cu

HAVANA TIMES, 24 junio — Revisando los periódicos cubanos a través de internet me topo de nuevo con llamados al ahorro de energía eléctrica, algo que al parecer resulta tan vital que un periodista lanzó la dramática consigna de ahorro o muerte, sin incluirle el Venceremos.

El asunto me preocupó tanto que traté de averiguar en España cuáles son las alternativas energéticas de un país que, como Cuba, no tiene petróleo, ni caudalosos ríos ni dinero suficiente como para construir centrales nucleares.

Finalmente encontré un especialista en energías renovables, un sector en el que este país es puntero. El señor, en una sola conversación, cambió completamente mi opinión sobre el marabú, ese arbusto espinoso que devora los campos cubanos.

Me explicó que ellos miran con envidia las “plantaciones” con que cuenta Cuba. Con estas se podría crear energía eléctrica instalando plantas de biomasa e incluso aprovechando las capacidades generadoras de los centrales azucareros.

Mi sorpresa es aún mayor cuando me dice que no es nada nuevo, que desde hace 10 años la Universidad de Camagüey viene realizando un estudio que confirma que la isla cuenta con suficiente biomasa como para emprender el proyecto.

Incluso los investigadores encontraron una buena plantación del arbusto en esa provincia -alrededor de 50 mil hectáreas- ideal para situar la planta de biomasa, donde se encuentran además centrales azucareros con capacidad de generación eléctrica.

La idea es dividir el terreno en tres, con el fin de rotarlos y tener siempre la cantidad de madera necesaria. De esta forma la producción de energía eléctrica sería suficiente para abastecer a toda la provincia de Camagüey.

Uno de los investigadores, el Máster Rafael Leyva, le decía hace un año a Juventud Rebelde que “podremos generar hasta 13 megawatts a partir de la cosecha de diez hectáreas diarias de marabú que rindan 35 toneladas cada una”.

Los camagüeyanos han llegado a adaptar una máquina cortadora de caña para que tale marabú con lo cual el corte podría ser mucho más rápido, aunque tratándose de un equipo ruso habría que ver si no gasta más de lo que produce.

Una planta de biomasa cuesta 15 millones de euros y le ahorra al país 45 mil toneladas de petróleo (más que 300,000 barriles) al año. Como cualquier enerva renovable resulta algo más cara que la tradicional pero le permitiría a Cuba avanzar en el camino de la autosuficiencia energética.

El gran problema de estas plantas de energía en el mundo es la escasez de biomasa para hacerlas factibles. Cuba es una excepción, gracias al aporte realizado durante décadas por las granjas estatales el marabú ocupa 2 millones de hectáreas.

El especialista español me explica que el proyecto podría incluso empezar con una mínima inversión, utilizando la capacidad instalada de algunos centrales azucareros, una brigada de trabajadores con sierras eléctricas portátiles y una máquina para trocear el arbusto.

A primera vista el asunto parece una idea genial. Las fábricas de azúcar no funcionan la mayor parte del año a pesar de que algunas tienen instalaciones para generar energía y están conectadas a la red eléctrica nacional.

Para que las piezas del rompecabezas encajen aun mejor, coincide que los centrales están paralizados durante el verano, estación en la que se dispara el consumo eléctrico en todo el país a raíz del agobiante calor tropical.

Viéndolo desde fuera es difícil de entender por qué los organismos no ponen manos a la obra. Me refiero al ministerio de la Industria Básica, que controla la generación eléctrica, el de la Agricultura, dueño del marabú, y el del Azúcar que administra los ingenios.

No pretendo criticar a nadie porque en realidad no manejo las razones por las que no se avanza en este sentido, pero, cuando el gobierno anuncia que el país necesita ahorrar petróleo, uno se pregunta qué pasa con estas iniciativas.

Qué mejor forma de ahorro que quemar marabú, imagínense que los estudios dicen que la combustión de 3 toneladas de este arbusto produce una cantidad de energía equivalente a la generada por una tonelada de petróleo.

Qué ironía sería si al final de la jornada el tan vilipendiado marabú termina siendo el combustible cubano.

Publicado con la autorización de BBC Mundo.