Precios e impuestos en Cuba

Fernando Ravsberg*

Los más humildes, como esta maestra jubilada, también están obligados a comprar en estas tiendas y a pagar precios inflados. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — El último Consejo de Ministros anunció que uno de sus objetivos es “establecer los principios para la formación de precios a la población con un enfoque integral”, asegurando “el equilibrio monetario entre los ingresos de la población y la circulación mercantil minorista”.

El asunto es clave para una buena parte de los ciudadanos, sobre todo para aquellos que viven de un salario estatal en pesos cubanos, a pesar de lo cual deben pagar algunos productos de primera necesidad en pesos convertibles, equivalentes al dólar.

Es verdad que muchos de esos artículos deben importarse y el gobierno asegura que la economía nacional ya no tiene capacidad para subvencionarlos como hizo durante décadas. Sin embargo, este no es el único elemento que infla los precios minoristas.

Desde que se autorizó a los cubanos el uso del dólar se estableció un impuesto del 240% a todos los productos vendidos en moneda dura. Entonces se dijo que el objetivo era redistribuir, utilizando el  dinero de ese gravamen para subvencionar a los más humildes.

Recordando al cineasta Titón, se podría decir que el guión no era malo pero la puesta en escena fue un desastre. La medida se aplicó a todos los productos, incluso a los de primera necesidad, algunos de los cuales solo se venden en la red de tiendas de divisas.

La desaparición o reducción de las subvenciones obligó a todos los ciudadanos a comprar parte de sus insumos familiares en esas tiendas, donde -gracias a ese 240%- un litro de aceite de soya les cuesta el equivalente al salario de varios días de trabajo.

La aplicación de gravámenes en los precios de los artículos de primera necesidad termina siendo un castigo contra los más pobres. Foto: Raquel Pérez

Además están las multas que aplican los tenderos, hay supermercados donde he visto productos de importación que cuestan un 500% más que en el país de origen. Y estas alzas de precios no son precisamente para redistribuir entre los humildes.

Para evitar ese robo al consumidor, recientemente el gobierno anunció la unificación de los precios de 100 artículos de primera necesidad, de tal forma que ahora todas las tiendas de divisas están obligadas a venderlos exactamente al mismo precio.

Parece bastante lógico que ahora se establezca un sistema de formación de precios que tenga en cuenta los ingresos de la gente. También se podría pensar en eliminar o reducir al mínimo la carga impositiva sobre los productos de primera necesidad.

Para lograr realmente redistribuir riquezas, los impuestos deberían pesar solo sobre los productos suntuarios, aquellos que no son imprescindibles para vivir. Aplicárselos a la leche, el aceite, el jabón o las carnes termina siendo un castigo para los más pobres.

Se han abierto kioscos en todos los barrios para vender en moneda convertible, basta pararse en uno de ellos para comprobar que muchos de los que compran ahí son personas humildes que ahorran cada centavo para adquirir lo más necesario.

Hace unos días atrás la gente se quejaba de que escaseaba el detergente en las tiendas de divisas. En realidad el problema era que solo se ofertaban paquetes grandes y lo cierto es que muchos cubanos apenas pueden pagar los U$D 0.50 que cuesta el más pequeño.

La paulatina desaparición de la libreta de racionamiento tal vez sea una medida económicamente razonable pero si se eliminan las subvenciones debería garantizarse que nadie, ni siquiera las tiendas del Estado, especulen con los alimentos de la gente.

Los ciudadanos pueden comprender la necesidad de pagar un valor que incluya el costo internacional del aceite, el transporte y los gastos comerciales pero multiplicarlo artificialmente por 2,4 para obtener el precio final parece excesivo.

Hay supermercados donde los precios de algunos productos importados llegan a costar 5 veces más que en el país de origen. Foto: Raquel Pérez

En otros países del mundo el Impuesto al Valor Agregado puede rondar el 20% y es una tajada nada despreciable la que se llevan los Estados, teniendo en cuenta que el IVA se aplica a cada cosa que se vende en un país, desde un litro de leche hasta una casa.

Para mejorar la situación en Cuba, el Consejo de Ministros no tendría ni siquiera que modificar el guión, bastaría con aumentar los gravámenes de los artículos suntuarios, garantizando el mínimo precio posible a los productos de primera necesidad.

Si el anunciado “enfoque integral” de los precios contempla “los ingresos de la población” seguramente tendrá el apoyo sincero de la mayoría de los cubanos, sentirán que las reformas dejan de ser una abstracción económica y empiezan a beneficiar sus vidas diarias.
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(*) Publicado con la autorización de BBC Mundo.

3 thoughts on “Precios e impuestos en Cuba

  • Para el ‘Comandante Bajo Cero’ el precio final ‘parece’ excesivo…

  • No puedo creer el precio de ese queso que pusieron en la foto…
    En cuanto a la eliminacion del “super impuesto” a los productos de primera necesidad en CUC, esta fuera de toda discusion. Hay muchos paises donde productos como la leche, el pan, los huevos entre otros no pagan IVA. No veo porque en Cuba deberia ser diferente. La tan cacareada politica de subvencionar los productos de la libreta usando el impuesto en CUC, para mi es un fracaso. Al fianl, hay productos (algunos de primera necesidad) que no hay forma de adquirir si no se tienes CUC (como por ejemplo, el famoso detergente).

  • como pueden vender un queso 5 veces mas caro que en su Pais de origen que ciudadano con lo poco que se gana en Cuba puede permitirce algo asi ni aqui con salario alto es increible esto lo queda es verguenza.

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