Permuto casa 1X1 para Artemisa

Fernando Ravsberg*

Los cambios están siendo atractivos incluso para algunos emigrados que regresan a montar sus negocios. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — Redujeron el número de burócratas a la mitad, bajaron drásticamente el presupuesto de gastos administrativos, convirtieron en viviendas decenas de locales ocupados por oficinas y centralizarán en un solo edificio todos los trámites legales de la población.

Solo por estas cosas ya vale la pena pensar la posibilidad de permutar la casa para la provincia de Artemisa, un laboratorio donde el gobierno de Raúl Castro prueba una forma de organización de la administración pública menos burocrática, más eficiente y barata.

Lo que ocurre en esa región, limítrofe con La Habana, es que se ha constituido un verdadero gobierno provincial con poder y presupuesto para operar de acuerdo a las prioridades y necesidades de la población del propio territorio.

Convirtieron al Consejo de la Administración Pública en un gobierno local que dirige a la mayoría de las instituciones nacionales que operan en la provincia, incluyendo sectores tan importantes como la Salud, la Educación o la Agricultura.

Semejante descentralización contrasta con el resto de las provincias donde funciona un parlamento local sin “poder ejecutivo”, que se limita a apoyar lo que en el territorio deciden hacer los organismos de la administración central y las empresas.

En Artemisa se dan los primeros pasos hacia una administración horizontal para terminar con la estructura vertical de gobierno que, durante décadas y desde La Habana, tomaba las decisiones sobre lo que había que hacer hasta en el último pueblito del país.

La experiencia piloto busca devolver el poder a los municipios, son ellos los que determinarán sus necesidades y administrarán, de acuerdo a sus prioridades, el presupuesto. Ya se les autorizó a abrir cuentas bancarias en pesos cubanos y en moneda dura.

La nueva forma de gobierno permitió reducir la burocracia político-administrativa a la mitad. Foto: Raquel Pérez

Tampoco dependerán exclusivamente de lo asignado por el Estado, el Consejo de la Administración de Artemisa determinó que todas las empresas que funcionen en el territorio deberán pagar un impuesto provincial del 1% sobre sus ingresos brutos.

No será poco dinero. Esta provincia abastece de alimentos a la capital y construye la primera Zona Especial de Desarrollo, casi 500km cuadrados, donde funcionará el principal puerto de Cuba, una gigantesca terminal de contenedores, una refinería y decenas de empresas extranjeras.

La descentralización de la provincia busca una mayor flexibilidad de las políticas internas. Por lógica estas se deberían adaptar mejor a la realidad local que las directrices elaboradas en una oficina de La Habana por personas que ni siquiera viven en la región.

En la agricultura, por ejemplo, los hospitales de Artemisa podrán decidir si compran directamente a las cooperativas agropecuarias sus alimentos, saltándose así al intermediario oficial, un organismo cuya ineficiencia ha provocado incluso la pérdida de cosechas.

También avanzan rápido en la política de promoción del trabajo autónomo, ya otorgaron más de 20 mil licencias y están entregando negocios estatales improductivos en alquiler a los “cuentapropistas” para que estos los pongan en marcha.

Además de las peluquerías, que ya funcionan en todo el país, incluyen cafeterías y hasta un parque infantil, resucitado gracias a un emigrado que decidió “permutar” para Artemisa desde Perú, donde vivió años trabajando como repostero.

Diunesky Giménez, originario de esta provincia, me cuenta que cuando se enteró de las nuevas posibilidades no se lo pensó 2 veces: gastó sus ahorros en un castillo inflable, carritos eléctricos, una máquina de helados, una gigantesca cama elástica y regresó a su tierra.

Por US$7 diarios alquiló al municipio un terreno en una esquina del parque central de Artemisa y lo convirtió en parque de diversiones. Tiene 6 empleados y dice que se siente satisfecho con sus ingresos. Solo en un domingo llega a ganar más de US$100.

El gobierno de Artemisa avanza con más rapidez en el alquiler trabajadores autónomos de negocios deficitarios estatales. Foto: Raquel Pérez

La descentralización puede traer consigo beneficios importantes para la población si las necesidades y prioridades se determinan desde los municipios, se reduce la burocracia parásita y se logra mayor eficiencia administrativa, creando un gobierno con poder real.

El Primer Secretario del Partido Comunista (PCC) en la provincia, Ulises Guilarte, nos aseguró que el principal problema que enfrentan es cambiar la mentalidad de los cuadros, acostumbrados por décadas a que las decisiones las tomaran desde La Habana.

Según Guilarte, en el nuevo esquema organizativo provincial, el PCC centrará su accionar en los asuntos políticos e ideológicos, dejando las funciones administrativas y de gobierno regional en manos del Consejo de la Administración Pública.

Lo que nadie me pudo explicar es a qué se dedicará ahora la Asamblea Provincial del Poder Popular, más allá de elegir el presidente del Consejo. Ese parlamento regional nunca tuvo demasiado poder pero en la futura estructura parece adquirir un rol aún más virtual.
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(*) An authorized Havana Times translation of the original published in Spanish by BBC Mundo.

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