Periodismo en Cuba, con y sin permiso

Fernando Ravsberg

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Foto: Raquel Pérez Díaz

HAVANA TIMES — La pasada semana publicamos una crónica del periódico Juventud Rebelde denunciando las trabas burocráticas que se les imponía a sus periodistas para hacer un simple reportaje sobre la heladería Coppelia, un verdadero ícono de La Habana.

Los colegas dan un paso trascendental haciendo pagar el costo del escarnio público a los burócratas que los “pelotearon” durante dos semanas, sin acceder a darles nunca el ansiado “permiso” para hacer el reportaje sobre la “Catedral del Helado”.

No queda claro si el problema está en quienes niegan esa “autorización” o en quienes creen que su deber es pedirla y esperar disciplinadamente a que les abran la puerta de un lugar al que puede acceder cualquiera, incluso un periodista.

Mediante ese procedimiento los colegas de los medios nacionales casi nunca logran ver los problemas existentes en los sitios que visitan. En general, cuando finalmente los dejan acercarse es para presenciar una obra montada en un escenario perfecto.

¿Qué pasa cuando a un corrupto le pedimos permiso para hacer un reportaje sobre su empresa? Tratará de evitarlo o nos demorará hasta “ordenar” las cosas, de forma que no podamos detectar los mecanismos que utiliza para apropiarse de lo ajeno.

Cuentan trabajadores de una empresa de alimentos del Ministerio de la Pesca que la entrada de periodistas va siempre precedida de una limpieza y un orden que no existe normalmente. Además de una mesa de degustación y una javita de regalo.

Cuando los directivos de una heladería se niegan a pasar por el tamiz del periodismo cubano, solo puede haber una explicación, y no es la seguridad nacional. Foto: Raquel Pérez Díaz
Cuando los directivos de una heladería se niegan a pasar por el tamiz del periodismo cubano, solo puede haber una explicación, y no es la seguridad nacional. Foto: Raquel Pérez Díaz

Los reportajes eran excelentes, los periodistas escribían que la empresa iba viento en popa, ni una palabra del contenedor de camarones desaparecido ni sobre la cuenta de cientos de miles de dólares en el extranjero que llevó a la cárcel al director.

Una de las tareas de la prensa es destapar los casos de corrupción, y en Cuba es más importante aún, dado que todos los medios de producción pertenecen al pueblo y, por ende, son los intereses de toda la ciudadanía los que se afectan cuando un directivo roba.

Ese objetivo es imposible de lograr si los periodistas piden permiso para cada acontecimiento que quieren cubrir. Eso explica que haya habido 30 pacientes muertos de hambre y frío en un hospital psiquiátrico y ningún medio nacional acudiera a averiguar por qué.

Recuerdo al colega alemán Günter Wallraff, quien para hacer sus reportajes de investigación actuaba de forma encubierta, como emigrante, como opositor a la dictadura griega o como novato periodista en uno de los medios más grandes de su país.

Algunos cuestionaron sus métodos, pero sus trabajos eran portadores del realismo que solo puede surgir del conocimiento de la realidad desde dentro. Y los efectos eran tales, que los corruptos hacían lo imposible –legal e ilegalmente- por impedir su publicación.

El periodismo habría perdido una fuente clave de información si Wikileaks hubiese pedido permiso al Departamento de Estado de EE.UU. para publicar.
El periodismo habría perdido una fuente clave de información si Wikileaks hubiese pedido permiso al Departamento de Estado de EE.UU. para publicar.

Es curioso que Julian Assange y su Wikileaks sean tan elogiados por la prensa de Cuba. No me lo imagino a él o a su equipo pidiendo permiso al Pentágono o al Departamento de Estado para hacer públicas las comunicaciones secretas filtradas a la prensa mundial.

Si el periodismo cubano pretende algún día jugar el papel que le corresponde, deberá comprender que su primer compromiso es con la ciudadanía, la cual les paga sus salarios y a la cual pertenecen todos los medios que se roban los corruptos.

De todas formas hay que aplaudir que Juventud Rebelde denuncie por sus nombres a los burócratas que les niegan el permiso, pero no basta, el paso siguiente es demostrarles que no se necesita de ellos para hacer reportajes sobre lo que ocurre en la sociedad cubana.

7 thoughts on “Periodismo en Cuba, con y sin permiso

  • Amigo exelente articulo, has puesto el dedo en la yaga, es que en Cuba no existe un periodismo de investigacion, no se llegan al fondo de los problemas, la prensa que yo sepa nunca ha destapado por si misma un apto de corrupcion sin la intervencion del MININT,ha sido para publicar lo ya hecho y para constatarlo en los medios como noticia, eso me recuerda a la pelicula Todos Los Hombres del Presidente de Robert Redford.

  • Creo que Fernando ya entro por el aro despues del sustico que le metieron. Periodismo de investigacion en la Catedral del Helado es para estudiantes de primer año de periodismo. Periodismo de investigacion es preguntarle a la controladora general si ya esta investigando de donde Tony Castro saco el dinero para darse unas vacaciones millonarias en el mediterraneo, preguntar si hay alguien preso por el contrabando de armas bajo sacos de azucar.

  • Pero todavía Fernando no sabe que la dictadura castrista no da permisos para hacer reportajes de ninguna de sus instalaciones?, ..que dicen que son del pueblo, pero mentiras, por eso los pelotearon y les hicieron el caso del perro.

  • habra que preguntarse tambien que ha pasado con aquellos que como Assange han liberado documentos secretos del gobierno cubano ? ;)

  • Muy bien Ravsberg, el periodismono pide permiso. Si los socialistas democráticos, o como tú nos llamado los comunistas críticos, hubieramos pedido permiso, la crítica que hemos estado haciendo al estatal-socialismo desde el 1991, nunca hubiera llegado a nadie. La hemos hecho y aquí estamos, a pesar de diatribas, persecusiones y represiones. Igual puede decirse del periodismo independiente de la oposición. Y a tí aunque algunos te critiquen y no te comprendan, hay que agradecerte tu blog, tus escritos y tu persistencia. El día que en Cuba se premie el periodismo honesto y verdaderamente revolucionario, tú tendrás allí tu lugar.

  • “La Catedral del Helado!”, buen chiste ajajajaj, en todo caso capillita y de mala muerte. En otro orden de cosas, Juventud Rebelde con su crónica paleolítica se desayunó que en Cuba se le ponen trabas a los periodistas para realizar su trabajo; pero para eso ni tan siquiera tenían que salir de la redacción del periódico, solo hacer un poquito de esfuerzo mental y recordar a cuantos periodistas ellos mismos les vetaron sus trabajos por “no ajustarse” a lo que se puede o no publicar. Bueno el recurso de los disfraces, aqui les propongo algunos: Caballero de Paris (en nueva versión), panelista de la Mesa Redonda, Antolín el Pichón; no aconsejo el disfraz de cubano emigrado porque con seguridad van a tratar de extorsionarlo y sacarle haste el último dólar. Artículo de “café con leche”, el Sr Fernando descubrió el agua tibia. Saludos.

  • “El día que en Cuba se premie el periodismo honesto y verdaderamente revolucionario, tú tendrás allí tu lugar.”

    Pedro:

    Con todo respeto, pero esta es una de las afirmaciones más desacertadas que he podido leerle.

Comentarios cerrados.