La cultura como vital encanto de Cuba

Por Fernando Ravsberg

Foto: Raquel Pérez Díaz

 

HAVANA TIMES — El pasado fin de semana salí con la pequeña Lucía a recorrer las calles de La Habana Vieja, atraídos por el espectáculo de danza infantil realizado en sus plazas. Fue fascinante la calidad de los grupos, el entorno y el gran número de niños que había entre el público.

Nos sentamos en el suelo de la Plaza de Armas, sobre adoquines de madera, parte de una “escenografía” que nos trasladó en el tiempo. Los niños bailaban con una gracia y maestría que solo se puede lograr con la suma de escuela y genética.

Lucía recorriendo su ciudad y su cultura. Foto: Raquel Pérez Díaz

El audio estaba defectuoso y el vestuario de los chicos muy austero, pero la magia de la cultura nos envolvió a todos. Cuando digo a todos me refiero también a decenas de turistas que hacían videos y fotos para después agradecer con aplausos el espectáculo.

Paseando el casco antiguo encontramos un grupo de estadounidenses haciendo cola frente a un vendedor ambulante de churros, una familia latinoamericana esperando para entrar a la Casa del Chocolate y una pareja de abuelos asiáticos haciéndose fotos con un viejo trompetista.

Todos parecen fascinados con La Habana Vieja, por los caserones restaurados, sus patios interiores, los parques y plazas, las calles empedradas. Los guías, rodeados de turistas, explican en diferentes idiomas las historias de edificios y de gentes a través de los siglos.

Este pantallazo me hizo pensar que algo ha estado cambiando durante los últimos años en el tipo de turismo que llega a Cuba. Y también parece haberse transformado el paisaje social del cubano que los “recibe” cuando salen de la habitación a recorrer el país.

Una amiga con larga data de trabajo con turistas asegura que “antes venían muchos hombres solos y lo primero que preguntaban era donde está la Casa de la Música. Hoy llegan más parejas, familias y grupos, cuyo interés principal es conocer La Habana Vieja, Varadero o Viñales”.

Los grupos de turistas escuchan fascinados las historias que cuentan sus guías. Foto: Raquel Pérez Díaz

Los visitantes quedan impactados con las propuestas socioculturales de los cubanos, Fusterlandia en Jaimanitas, el callejón de Hamel en Centro Habana, el de los peluqueros en La Habana Vieja o la finca agroecológica de Funes a la salida de la capital.

Parecería que hay una conjunción entre lo que los turistas buscan y lo que Cuba puede y quiere ofrecerles. La gigantesca inversión que la nación hizo y hace en la educación y la cultura podría ser auto financiado si se aprovecha bien el boom turístico actual.

Es imprescindible, por ejemplo, contar con una guía de espectáculos seria que les permita a los visitantes estar al tanto de los conciertos, las funciones de danza, galerías de arte y sus exposiciones, los clubs temáticos, el teatro, festivales de cine, artes plásticas y un larguísimo etc.

No está mal vender el show de Tropicana, pero limitarnos a ofrecer solo un espectáculo de cabaret es reducir la cultura cubana al cliché de los años 50. Sería muy tonto esconder el rico mosaico cultural construido por la nación desde antes incluso de serlo.

A Eusebio Leal y al equipo que restauró La Habana Vieja habrá que rendirle permanente homenaje y no solo por el rescate del casco antiguo, también por señalar uno de los caminos que conducen al autofinanciamiento de la Cultura, poniendo el mercado a su servicio.

La cultura de las McDonald’s rendida ante el encanto de los churros. Foto: Raquel Pérez Díaz

La locomotora del turismo puede arrastrar muchos vagones de la economía, pero la cultura no es un vagón más, sino el alma del tren. Manejada con inteligencia, sin concesiones mercantilistas y sin prejuicios ideológicos, podría incluso llegar a autofinanciarse.

No se trata de multiplicar los grupos musicales que hoy tocan las mismas canciones en todos los restaurantes. Las bandas de jazz y la música clásica, por ejemplo, deberían tener también un espacio, igual que se puede escuchar La Guantanamera instrumental en la plaza de San Marcos de Venecia.

Es imprescindible que se coordinen estrategias y se promuevan acciones de retroalimentación. La cultura cubana podría convertirse en una fuente inagotable de atractivo turístico, a la vez que vamos sembrando en el alma de la pequeña Lucía el espíritu de su nación.

11 thoughts on “La cultura como vital encanto de Cuba

  • Después de los recientes encontronazos con voceros oficialistas parece que Ravsberg se ha llamado a contar y ha decidido que a estas alturas, dónde va a ir que más valga… así que esperemos varios artículos como este dedicados a darse una muy necesitada y urgente “limpieza”.

  • quien sera el encargado de decirle a Fernando que Cuba antes de la Revolucion no era la selva del Matto Grosso ??

  • El patriotismo barato: La foto dice: la cultura del Mc Donald rendida ante el encanto de los churros”. Donde esta el Mc. Donald para comparar?, acaso todos los extranjeros comen Mc Donalds?, no sera que no hay nada mas que comer en el area?, porque churros hay en todas partes y rellenos de cremas, chocolate, etc.. No seria major sencillamente decir: “los turistas queriendo probar los churros cubanos”?

  • Hay un detalle interesante y es que en esta bonanza de turismo he escuchado a cada locales fabricar su propia version disparatada de la historia de un edificio X o de una esquina de la Habana. Todo con animo de hacer la propina mas jugosa. Menos mal que por cada uno de estos hay mas que demistifican esas “historias”.

  • A mi personalmente no me interesa mucho que haya una franquicia de McDonalds en un lugar como la Plaza Vieja. Y si preferiria que hubiese ofertas mas locales (que ya las hay). Y no, churros no hay en todas partes (depende de lo que definas como todas partes) mientras que la susodicha franquicia si esta en muchas partes.

  • A mi tampoco me interesa un Mc Donald en Cuba y por esa misma razon no tiene sentido compar un churro con algo que no existe en el lugar. No se donde tu vives, pero en USA hay hasta una cadena llamada CHURROMANIA donde hay una extensa variedad de churros, sin hablar de España y otros lugares de America Latina. No le des vueltas a lo que trato de decir. Cual es la cultura del Mc Donald?

  • en que se diferencia una franquicia de Mc donals ,que puede ser de uno o dos cubanos, pues una franquicia se compra…a un puesto de churros o de fritas ? Solo su espiritu antiyanky ?

  • Javier : las mitificaciones, forman parte de la cultura …no ha oido hablar del Mounstro del Lago..no se que creo en escocia ?? Nunca ha oido un cuento del Guayabero ?? No sea tan cientifisista, please !!!

  • Si conoces la Habana Vieja, sabras que en la calle O’reilly y Aguacate habia un banco norteamericano antes de 1959. Ese edificio se mantuvo siendo un banco; hoy es una sucursal del Banco Metropolitano. Pues resulta que hace un par de meses, escucho a un conductor de bicitaxi diciendole a un turista que alli habia vivido Fidel Castro. A eso me refiero con los llamados “mitos”.

  • Atanasio, yo vivo en Australia. Y en Adelaide, que es la ciudad que mas cerca me queda, hay un par de lugares donde venden chocolate caliente y churros(por mas detalles, se llama San Churro) Pero no es algo que se encuentre muy diseminado.Definitivamente, no es parte de la cultura culinaria de aqui.

  • Hola, Javier…Hace unos días probé los San Churros en Sydenham, Melbourne….¡¡¡Riquisimos!!!!…Pero justo a unos metros de ese lugar están los consabidos McDonalds, y Starbucks, y KFC..etc, etc…Y cada cuál escoge lo que guste, según dicten paladar y bolsillo…Es decir, que buena parte de lo que se requiere en Cuba es recuperar la competencia de ofertas que existió, con altas y bajas, hasta 1968…Y por cierto, comer McDonalds habiendo tantas posibilidades de hamburguesas reales se me ocurre un despropósito…Eso sí, la “real” que escogí de almuerzo costó ¡¡¡35 AUD!!!

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