Cine/Cuba: ¿Extras o protagonistas?

Fernando Ravsberg*

La crisis en el cine afecta todo, se producen cada vez menos películas y se pierden preciosos materiales de archivo. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES — “Nos quieren cambiar el guión sin consultarnos”, me explica un cineasta cubano refiriéndose a la reestructuración del sector, en la que ya trabajan funcionarios de una comisión gubernamental y de la dirección del Instituto de Cine (ICAIC).

Lo sorprendente es que dejaron fuera del dialogo los verdaderos protagonistas, los directores, actores, guionistas, camarógrafos, sonidistas y fotógrafos, gente de cine que tendría mucho que aportar en la redefinición de esta industria cultural.

Pero en este tema los cineastas no aceptan papeles secundarios, así que un centenar de ellos se auto convocó a un encuentro para debatir por cuenta propia y elegir democráticamente una comisión que los represente ante los funcionarios que “olvidaron” invitarlos.

Fue su respuesta a la exclusión, “¿cómo se van a tomar decisiones sin contar con los que hacemos el cine? Se justifican diciendo que hay 2 representantes nuestros en la comisión pero lo cierto es que no tienen ningún mandato de los cineastas y tampoco nos han informado nada”.

Hoy algunos de los pesos pesados han muerto pero hay varias generaciones de cineastas creando en las más difíciles condiciones. Son ellos los que reclaman el deber y el derecho de participar en el diseño del cine cubano.

Los trabajadores del cine cubano “no somos borregos”, “en tiempos de Alfredo (Guevara) en el ICAIC se cultivó el coraje y la valentía para expresar nuestros criterios, al punto de convertirnos en un organismo anti dogmático y contrario a la ortodoxia pro soviética”.

“Había muchos problemas pero éramos capaces de producir cada año entre 6 y 12 películas, 10 animados, una cincuentena de noticieros, documentales y se compraban 3 estrenos”, recuerdan y reconocen que se hacía gracias al financiamiento del Estado.

Ahora apenas se producen películas por falta de presupuesto, “hay un gran deterioro de las salas de cine y se nos ha echado a perder muchísimo material de archivo, lo cual es imputable a la crisis económica pero también a la incapacidad para buscar soluciones”.

Agregan los cineastas que “ya no se compran estrenos, se vive de lo pirateado, por eso solo vemos películas norteamericanas. Si mañana se acabara el bloqueo habría que cerrar 3 o 4 canales de TV cubanos que solo emiten programas pirateados”.

En sus buenos tiempos el cine cubano fue capaz de “producir cada año entre 6 y 12 películas, 10 animados, una cincuentena de noticieros, documentales”. Foto: Raquel Pérez

Y aunque la programación pirata pueda parecer muy barata, los cineastas creen que se pagará “un alto costo ideológico y cultural en la formación de las nuevas generaciones”. Por eso proponen soluciones para aumentar la producción nacional.

“El ICAI es hoy un gigante burocrático con una producción colapsada y por primera vez no está dirigido por gente que tenga que ver con el cine”, me explican y agregan que “nosotros queremos que en el debate opinen los realizadores sean o no del ICAIC”.

En concreto lo que piden los cineastas es que sus representantes electos sean parte en la comisión gubernamental que decide el rumbo que tomará la cinematografía nacional, para garantizar que los que trabajan en el sector tengan voz y voto.

Y entre las propuestas que traen la primera es que el ICAIC siga siendo un organismo rector pero que ya no tenga el monopolio y que el cine pueda ser producido a través de mecanismos institucionales, independientes, de coproducción con terceros o de fórmulas mixtas.

Solicitan la promulgación de una Ley de Cine, en cuya elaboración participen todos y que sea el cuerpo legal que ordene y proteja esta actividad artística y económica en el país, además de que se reconozcan los derechos del autor audiovisual.

Aspiran también a crear un Fondo de Fomento al Cine, “al que accedan todos los autores en igualdad de derechos y condiciones, en convocatoria abierta y ante un jurado independiente, cuyo parámetro de selección sea la calidad y factibilidad integrales de los proyectos”.

En concreto lo que piden los cineastas es que sus representantes electos sean parte en la comisión gubernamental que decide el rumbo que tomará la cinematografía nacional, para garantizar que los que trabajan en el sector tengan voz y voto.

Normalmente las autoridades cubanas aseguran que la democracia en la isla no solo se ejerce durante las elecciones sino en las constantes consultas que se realizan con la población sobre los más disimiles temas del acontecer nacional.

En este caso lo tienen particularmente fácil porque los creadores cinematográficos ya se han reunido, alcanzaron algunos acuerdos importantes y eligieron una comisión para que los represente. Solo hace falta abrirles la puerta y escucharlos.

Lo que está en juego hoy es el futuro del cine cubano, una de las expresiones artísticas más logradas y populares de la isla. Un lugar que se ganó por la calidad estética de sus obras y también por la valentía con que han expuesto los temas más álgidos de la sociedad.

Pero desde sus inicios el ICAIC ha provocado también gran irritación en los amantes del “mutismo socialista”. En varias ocasiones intentaron tomar por asalto la institución pero figuras como Alfredo Guevara lograron contener “las invasiones bárbaras”.

Hoy algunos de los pesos pesados han muerto pero hay varias generaciones de cineastas creando en las más difíciles condiciones. Son ellos los que reclaman el deber y el derecho de participar en el diseño del cine cubano. Y parecen el contrapeso ideal a tanto funcionario.
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 (*) Publicado originalmente por BBC Mundo.

One thought on “Cine/Cuba: ¿Extras o protagonistas?

  • // Lo que sí sé //

    No sé si el ICAIC se va a poner peor que lo que siempre fue, pero sí sé que el señor en la primera foto ¡está maltratando bastante la pelìcula que tiene en las manos!

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