Cinco elementos para combatir la corrupción

Fernando Ravsberg

La Contralora ha jugado un papel clave en la lucha contra la corrupción. Foto: Raquél Pérez

HAVANA TIMES, 8 dic — El Presidente Raúl Castro acaba de elogiar el trabajo de la Contraloría General de la Republica en su lucha contra la corrupción y no es para menos, siempre existieron estafas pero nunca se habían “destapado” tantas como en los últimos años.

Decenas de directivos, dirigentes y empresarios (nacionales y extranjeros) han ido a parar a la cárcel. El efecto más evidente de esta política es una contracción del mercado negro que perdió a algunos de sus más destacados proveedores.

Y aprietan aún más la tuerca al cuestionar la supuesta ineficiencia de la burocracia. Castro hizo responsable cada dirigente de lo que ocurre en su sector, “quien no pueda hacerlo que lo diga porque no vamos a permitir que se cometan una y otra vez los mismos errores”, dijo.

Sin embargo, a pesar de la presión legal, los ladrones no pueden parar. “Sé que me esperan años de prisión pero si ahora me salgo no podría tapar los negocios que ya he hecho y además el nivel de vida de mi familia se vendría abajo”, comentó uno de ellos.

Entre los mecanismos preferidos de Cuba para evitar la corrupción está la centralización pero una dosis exagerada de esa medicina lleva a la paralización de la actividad económica, tal y como ocurrió con la extinta cuenta única de divisas.

En el encuentro contra la corrupción que se desarrolló en la Habana se demostró que este es un problema afecta a todos los países. Foto: Raquel Pérez

Un especialista en el tema me explicaba que en la corrupción influyen 5 elementos, el monopolio sobre una actividad, las reglas y la discrecionalidad de los funcionarios, el acceso de la población a la información, la rendición de cuentas de los dirigentes y el control social sobre el gobierno.

El monopolio en cualquier actividad económica permite a quienes la dirigen la posibilidad de manipularla a su conveniencia. Un buen ejemplo es la telefónica cubana donde han robado mucho dinero sin dejar de ser rentables, gracias a los precios disparatados que cobran a los usuarios.

El otro aspecto clave es limitar la discrecionalidad de los funcionarios estableciendo normas que reglamenten su actividad pero cuando se crea un exceso de ellas, como suele ocurrir en Cuba, los deja sin libertad de acción para resolver los problemas.

Terminan priorizando la regla por encima de la eficiencia. Sé de un campesino comunista al que le donaron en el exterior un tractor nuevo pero, sin pensar en la escasez de insumos del sector, el Ministerio de Agricultura le prohibió importarlo porque “viola las normas establecidas”.

Otro de los elementos es la trasparencia cuya escasez es la mejor trinchera de la corrupción. Tener unos medios de prensa como los de Cuba, incapaces de denunciar a ningún dirigente político ni empresarial, es el sueño de todo timador de cuello blanco.

Pero lo cierto es que la trasparencia no basta como se puede comprobar en países menos “opacos” que Cuba y que son, sin embargo, mucho más corruptos. Debe además existir una verdadera rendición de cuentas de los dirigentes.

Hace unos años, los estudiantes le pidieron al presidente del parlamento, Ricardo Alarcón, que los ministros informaran al pueblo de sus planes y pasado un periodo hicieran un balance para que la gente decida si merecen o no mantenerse en el cargo.

Para lograrlo hay que generar mecanismos de control social que permitan a la población cuestionar los planes, informes y balances de sus dirigentes, garantizando que esas críticas ciudadanas se respondan con acciones concretas y públicas.

El Fiscal General de Cuba asegura que la lucha contra la corrupción está siendo exitosa. Foto: Raquel Pérez

El Fiscal General de Cuba asegura que la lucha contra la corrupción está siendo exitosa. Foto: Raquel Pérez

La combinación armónica, inteligente y adaptada a la realidad de cada país de estos 5 elementos serviría para dejar sin oxígeno a la corrupción, permitiendo a la vez que continúen las demás actividades económicas en beneficio del resto de la gente.

Un buen ejemplo es el del nepotismo, puede considerarse correcto prohibir a los ministros contratar a sus familiares pero “el paraguas se traba” cuando resulta que su primo es la persona más adecuada para el puesto en cuestión.

Es cuando los funcionarios deberían saltarse las reglas pero de forma trasparente y rindiendo cuentas públicas. Nadie cuestionará a un ministro de finanzas que contrate como asesor a un Premio Nobel de Economía, aunque este sea su hermano.

Además la “regla” contra el nepotismo es tan fácil de violar que da risa. Les basta con contratar en su sector al hijo del otro dirigente y esperar la lógica reciprocidad. Aquí otra vez la trasparencia sería más efectiva que la norma y el procedimiento.

Medito en voz alta sobre la complejidad de aplicar semejante sistema a la realidad de un país, el especialista sonríe y me responde que si eliminar la corrupción fuera sencillo no se estaría extendiendo por el mundo a los niveles y a la velocidad que lo hace.

Publicado con la autorización de  BBC Mundo.

2 thoughts on “Cinco elementos para combatir la corrupción

  • Cuando le van a dar al camarada Ravsberg el carnet de militante del PCC? Cuando Granma le va a dar una plaza? Por dios, cuando regresa a uruguay!!!

  • Ha Fernando se le ha olvidado el mecanismo mas efectivo de todos para luchar contra la corrupción: Una prensa independiente que fiscalice la labor del gobierno; para lo que hace falta otro elemento carente en Cuba: Libertad de Expresión.

    No es posible que un gobierno vigile eficazmente la corrupción dentro del propio gobierno. Un ladrón no puede vigilarse a sí mismo. Como mucho podremos ver a la cúpula de la jerarquía vigilando la corrupción de la base de la jerarquía.

    ¿Y qué pasa cuando la corrupción está en la cúpula?

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