Yanet Salgado, de La Habana a Guyana y viceversa

Por Ivett de las Mercedes

En una tienda en Guyana

HAVANA TIMES – Los cubanos han probado muchas opciones para sobrevivir a la escasez. Algunos  se lanzan a la aventura en otros países buscando productos para traer y vender en Cuba. Yanet Salgado Oliva, de 24 años y natural de Mayabaque, viaja a Guyana con frecuencia.

HT: ¿Cómo surge la idea de viajar a Guyana?

Yanet Salgado: Mi papá se documentó con unas amistades del barrio. Ellos han viajado a muchos países y viven de la venta de ropa y calzado. Siempre tuvieron suerte en el negocio y pensamos que a nosotros también nos iba a ir bien. El primer viaje lo hizo mi papá solo, fue con unos amigos y resultó que, en un descuido, al segundo día de haber llegado, mientras se bañaba, le robaron todo el dinero.

En la habitación había cinco personas, nunca supo cuál de ellos tomó el dinero; al final regresó con lo poco que pudo comprar. Eso le sirvió de experiencia, desde entonces duerme con el efectivo encima. En el año 2017 hicimos juntos el primer viaje. Por suerte, la venta de los cochinitos* nos alcanzó para hacerme el pasaporte, así como comprar los pasajes y el hospedaje.

HT: ¿Cómo es la compra del pasaje?

YS: Salimos muy temprano de la casa, el trasporte hacia La Habana la mayoría de las veces está crítico. Casi siempre llegamos a las 9 am al edificio Bacardi, en la calle Monserrate, de La Habana Vieja. El servicio es muy rápido, y el trato de los empleados muy bueno. Los precios del pasaje oscilan entre los 600 o 700 cuc,  ida y vuelta. Hay que pagar obligatoriamente los 31 cuc de la estancia en el aeropuerto. A veces hay ofertas más baratas y nos ahorramos un poco. En el pasaje también está incluido el hospedaje del hotel.

HT: Imagino que sentiste temor de alejarte de tu familia

YS: Sí tuve miedo, ya la segunda vez me relajé un poco. Nunca me había separado de mi niña, y mucho menos de mi madre, jamás había montado en avión.

HT: ¿Qué tal tu estadía en la aeronave?

YS: En realidad fue buena. Las aeromozas están en constante comunicación, el servicio es excelente y los pasajeros están en lo suyo; algunos van en viaje de negocios, otros para la entrevista en la embajada de Estado Unidos. He viajado en la aerolínea Aruba, pero mi preferida es Copa.

HT: ¿Cómo trascurre para ti un día de compras?

YS: Salimos del hotel temprano. Un poco nerviosos, porque la gente sabe que los cubanos que van a comprar andan con muchos dólares y allí abundan los llamados ¨malandros¨. Aunque en las tiendas hay seguridad, algunos de los tenderos son cubanos, a veces nos ayudan, pero la mayoría nos embarcan, pues suben los precios.

Las bolas antes de viajar a Cuba.

HT: ¿En el pago del hospedaje está incluido el trasporte?

YS: Si, pero solo desde el aeropuerto hasta el hotel. Allá nos espera un taxi, a veces nos trasladamos hasta diez personas en un mismo carro. Luego tratamos de no utilizar el taxi para ir a las tiendas, porque ese servicio sí habría que pagarlo aparte, además es imprescindible visitar la mayor cantidad de tiendas de posibles.  Las hay chinas, hindúes, y, por supuesto, guyanesas. En algunas podemos regatear, en otras no.

HT: Entonces van de tienda en tienda

YS: Cuando ya tenemos muchas cosas compradas  regresamos al hotel a dejar la mercancía y volvemos a salir. Todo eso tiene que ser antes de las cinco de la tarde. De noche es muy peligroso estar en la calle, sobre todo, para los cubanos. Por lo que utilizamos ese tiempo para comunicarnos con nuestra familia por Internet. De Guyana solo conozco el área de las tiendas. 

HT: ¿Cómo llevan el control de la mercancía y cómo la empaquetan?

YS: El control lo llevamos en una libreta, anotamos cuánto nos costó cada pieza, cuando llegamos a Cuba ya es solo vender y recuperar lo invertido. A todas las prendas le quitamos las etiquetas y el nailon, de esa manera pesa menos. En el hotel prestan el servicio de retractilar por 5 dólares cada bola. En cada una ponemos diez pares de zapatos, igual que en las bolas donde van las colchas, las sabanas y las ropas. Los empleados del hotel envuelven el maletín en un nailon. Uno le va dando nalgazos mientras el otro estira el nailon a presión hasta convertirlos en una bola pequeña.

HT: ¿El servicio del hotel es bueno?

YS: Nos dan la opción de coger el cuarto con aire acondicionado o con ventilador, en eso consiste a veces la rebaja. En el pago se incluye el desayuno y la comida, el almuerzo lo buscamos en la calle. De aquí de Cuba llevamos galletas, refrescos, barra de guayaba, laterías, así economizamos.

HT: ¿Te has enterado de algún cubano que haya sido agredido por los malandros?

YS: Conocimos a un cubano al que los malandros le dieron una puñalada, estuvo ingresado en Guyana tres meses, y a algunas muchachas solas las han asaltado. Mientras más personas salgan juntas es mejor, siempre será más difícil agredir a un grupo.

HT: ¿Cuánto peso pueden traer?

YS: Arriba podemos cargar 10 kilos y un regalo, abajo son 120 kilos.

En el hotel hay una pesa, el servicio cuesta dos dólares, constantemente rectificamos el peso de las bolas. Tratamos de no pasarnos porque el nailon de retractilar también pesa.

HT: Cuando llegas a Cuba ¿ya te están esperando los clientes o tienes que empezar a buscar posibles compradores?

YS: Sí, la gente sabe que llegamos. En este último viaje nos fue más fácil y no hubo descontrol, con la locura de la llegada muchos se aprovechan. En general voy con encargos, pero casi siempre aparece algo que compro para probar si tiene salida aquí. A las personas les doy plazos, no todo el mundo tiene el dinero completo. A veces pagan antes del mes, otros no pagan, algunos se pasan hasta cinco meses para liquidar la deuda. Por ejemplo, una vez le tuve que quitar la mercancía a un cliente porque se demoraba mucho. Desgraciadamente, si no fías no vendes.

HT: ¿Cómo establecen los precios?

YS: Un peso o dos por debajo de  otros vendedores, esto es una competencia. De ese dinero tenemos también que pagar el carro que nos trae del aeropuerto a la casa.

HT: ¿Y si te decomisan la mercancía?

YS: Esos son riesgos que hay que correr; si sucede, viajaste por gusto. La gente no nos ve como trabajadores, para ellos somos unos aprovechadores. Olvidan que si no fuera por nosotros nunca tendrían un par de tenis con calidad para trabajar o para la escuela de sus hijos, somos los únicos que cobramos a plazos, que es otra ventaja. No tienen en cuenta el sacrificio, el esfuerzo, el estrés que supone viajar a un país extraño para ganar unos cuantos dólares que al final se van en la comida… y después todo continúa igual.

3 thoughts on “Yanet Salgado, de La Habana a Guyana y viceversa

  • Interesante saber todo lo que hace un cubano para sobrevivir. Como este caso hay muchos en diferente partes del mundo y siempre corriendo riesgos.

  • Debe ser bastante estresante, ojalá que ganen algo y recuperen lo invertido. ¿Y qué son los cochinitos?

  • Los cochitos son cerdos. Chanchos.

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